Crítica | “El secreto de Adaline”, el peso de la eterna juventud

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Ficha técnica | Título original: The Age of Adaline. Director: Lee Toland Krieger. Guión: Salvador Paskowitz & J. Mills Goodloe. Reparto: Blake Lively, Michiel Huisman, Harrison Ford, Ellen Burstyn, Kathy Baker, Amanda Crew. Género: Drama romántico, Fantástico. Duración: 112 minutos. Año: 2015. País: USA. Fotografía: David Lanzenberg. Música: Rob Simonsen. Productora: Lionsgate, Sidney Kimmel Entertainment, Lakeshore Entertainment. Distribuidora: eOne FIlms España.

Melodrama de esos que descarté de pasada,  porque leyéndome la sinopsis y viendo el tráiler aventuré la trama, a pesar de que no me equivoqué mucho, ya que mi imaginación estuvo a la altura de Salvador Paskowitz & J. Mills Goodloe, los guionistas de la película, no contaba con la interpretación de Blake Lively, aunque ya fuera una de las cosas más positivas de ‘Gossip Girl’ (2007-12), ni tampoco conté con la explicación a lo ‘Expediente X’ (1993-2002).

Adaline Bowman (Blake Lively), nacida a comienzos del siglo XX, adquiere a los 29 años la eterna juventud tras un accidente. Tras años de vida solitaria y permanecer con la misma edad durante 8 décadas, conoce a Ellis Jones (Michiel Huisman), un hombre por el que podría merecer la pena perder la inmortalidad.

Blake Lively encarna a Adaline, y sus alter ego, nació en el siglo XX y a los 29 años tuvo un accidente y por un cúmulo de elementos mágicos, que tratarán de explicarnos mediante un narrador y mucho morro, vemos que durante décadas Adaline ha permanecido igual, aunque no le pesan los años, los recuerdos y cierta melancolía sí que lo hacen. En una fiesta de navidad conocerá a Ellis Jones, interpretado por Michiel Huisman y a partir de ahí todo cambiará, sobre todo cuando Adaline, bueno Jenny, se deje llevar por sus sentimientos y tenga que enfrentarse a algo más que la inmortalidad: a su pasado.

“El secreto de Adaline” es una película romántica con toques fantásticos. Es de esas películas que tienes que ver sin darle vueltas al argumento, si lo haces, como me pasó a mí, la verdad es que perderá todo el sentido que tiene y la verás como algo mediocre en cuanto a trama, ya que en sí tiene cierto encanto y melodrama que engancha, incluso puede que te lleve a cierta reflexión, pero la que salva la película es la actuación de Blake Lively, la cual expresivamente está fantástica, eso es innegable.

La película en sí no está tan mal, a nivel técnico está cuidada, tiene cierto encanto, huele a drama de época aunque no lo sea del todo, tiene esa atmósfera romántica empedernida que cautiva, ese momento en el que parece que todo se está derrumbando y una protagonista que toma las riendas de la película muy bien, probablemente sin ella no sería lo mismo. Además contamos con un co-protagonista decente, Michiel Huisman; y los papeles secundarios de Ellen Burstyn, a la cual ya vimos también de pasada en “Interstellar”, sin olvidar a Harrison Ford y Kathy Baker. Hasta aquí todo correcto. Si fuera así sería para darle un 6, más o menos. Pero cuando empiezan a darle forma a los astros para contarnos la milonga de los grados perdidos, la nevada inusual y el rayo, más el accidente de coche, ahí ya tiemblas, no sabes si de risa, de pena al ver que la trama se vuelve extraña o simplemente, si lo dejas pasar, sería lo mejor que podrías hacer, ya que quitando esos momentos tiene un tono bastante positivo.

Resumiendo, “El secreto de Adaline” se queda con un 5 por dos razones. La primera es Blake Lively. La segunda es la reflexión intrínseca que te deja, ¿cómo me tomaría yo esta situación? Esa pérdida de los que te rodean mientras que tú estás igual, tus hijos envejeciendo y tu quedándote estancada… no sé, eso en cierto modo me ha gustado, pero no puedo decir mucho más de ella, la recomendación me la ahorro, ya que el cine es muy personal.

Crítica: María José Díaz-Maroto