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Crítica ghost in the shell (2017), por albert graells

Publicado el 23 junio 2017 por Matias Olmedo @DragsterWav3
CRÍTICA GHOST IN THE SHELL (2017), POR ALBERT GRAELLS
CON SPOILERS
Antes de empezar con la crítica he de decir que de “Ghost in the Shell” no he leído el manga ni he visto la serie de televisión, pero sí he visto las tres películas y los cuatro OVA's que preceden a la tercera película, de modo que esta “Ghost in the Shell” la criticaré como película en sí y también como adaptación de la obra en la que se basa y que he visto.
Bien, dicho esto empezamos la crítica. Empiezo advirtiendo que la película, esta “Ghost in the Shell”, no me ha gustado nada. Si a alguien le gusta me parece perfecto, está en su derecho, me parece legítimo que a al alguien le guste esta “Ghost in the Shell”, pero está completamente equivocado. La película falla muchísimo como película en sí y como adaptación de la obra en la que se basa.
Como adaptación en sí está muy mal por varios motivos. El anime de “Ghost in the Shell” es una obra que tendrían que haberla adaptado como Zack Snyder adaptó “Watchmen”. Es decir, tenemos una obra que es magnífica, estupenda, prácticamente una obra maestra. Si tienes una obra así, y no puedes mejorarla porque está tan bien que no puede ser mejor, entonces no pretendas cambiar lo que no puedes hacer mejor, simplemente cópialo y trasládalo calcado a la imagen real.
Aquí nos encontramos con que de “Ghost in the Shell” sólo han adaptado la forma, es decir, un poco la estética, y mostrando una historia que más o menos es una mezcla de muchos momentos y tramas de las películas anime. Pero sin embargo sudan del contenido, es decir, se olvidan de mostrar y contar todo lo que hacía interesante las películas anime de “Ghost in the Shell”, todo el entramado de discusiones y peleas entre las Sección 9 y los diferentes ministerios, todo el trasfondo político que dominaba el mundo de “Ghost in the Shell”, toda la vertiente filosófica en torno a la conversión del hombre en Dios, la realidad cibernética como sustitución progresiva de la realidad física, y la deshumanización que conlleva ese cambio de realidad como paso necesario del hombre para convertirse en Dios, así como la neoliberalización de la capitalización social que eso conlleva. Todo eso lo han quitado, simplificando “Ghost in the Shell” de tal manera que lo pueda entender el rango de público que no tenia interés en ver la película y que por tanto no vería la película, que son los espectadores de 7 a 13 años. Eso, o los guionistas, productores y directivos del estudio creyeron que los espectadores que íbamos a ver la película, es decir, los fans del anime, somos tonticos de carrito y que no íbamos a entender toda la vertiente política y filosófica que entendimos del anime.
CRÍTICA GHOST IN THE SHELL (2017), POR ALBERT GRAELLS
Claro, si al adaptar una obra que es buena, de esa obra quitas lo más interesante, todo lo sustancioso, es decir, la mayor parte de lo que la hace buena, y dejás simplemente la estética, la forma, entonces te va a salir un truño, porque de esa obra que es buena no estás adaptando lo que la hace buena. No cabe entender como el “Ghost in the Shell” de 2017, durando 107 minutos, es decir, 24 minutos más que el “Ghost in the Shell” de 1995, no tenga nada de toda la extensa vertiente política y filosófica que el “Ghost in the Shell” de 1995 tiene en apenas 83 minutos.
Una de las grandes cagadas de la película es la dirección de Rupert Sanders. No se entiende cómo confiaron éste proyecto en las manos de Sanders, que después de haber dirigido sólo un cortometraje le contrataron para dirigir “Blancanieves y la leyenda del cazador”, una superproducción de 175 millones de dólares, y la cosa salió cómo salió, mal. Entonces ¿Porqué contrataron para dirigir esta “Ghost in the Shell” a alguien que dirige evidentemente mal, que no sabe dirigir a los actores, y que tiene fama de estar más pendiente de su polla que de los avatares de un rodaje? Hubiese sido una decisión mucho más acertada que le hubiesen confiado esta adaptación a las hermanas Wachowski, por ejemplo, o Mamory Oshii mismamente, pero no a Sanders.
Los actores de esta “Ghost in the Shell” están muy mal dirigidos. No lo hacen mal, actúan lo mejor que pueden y prácticamente todos cumplen, pero sólo eso, cumplen, no están aprovechados como podrían estarlo. Por ejemplo, Takeshi Kitano. No es que Kitano haga un mal trabajo, porque es una actorazo, pero en la película vemos a Takeshi Kitano, no al Jefe Aramaki de la Sección 9. Seguramente Sanders le dijo a Kitano que actuara como le diera la gana y ya. Hombre, a ver, a un actor, aunque sea el mejor del mundo mundial, no le puedes decir que actúe como le dé la gana y ya, tienes que saber qué quieres de él, que interpretación quieres que te haga. Claro, el actor lo hará muy bien, pero hará muy bien lo que le dé la gana, no lo que tú quieres o lo que necesita la película.
Pero Sanders no sólo es incompetente dirigiendo actores, también es incompetente planificando y diseñando visualmente la película. En esta “Ghost in the Shell” se puede ver cómo Sanders ha copiado de momentos o aspectos de “Blade Runner”, “Akira”, “El caballero oscuro”, “Wanted”, “Blade II”, “Los Vengadores”, “RoboCop” (remake), “Snow Crash”, “G.I.Joe”, “Matrix”, “Inception”, “Catwoman” o “Resident Evil: Venganza”. Es decir, de todo menos de “Ghost in the Shell”. Sanders no dota a esta “Ghos in the Shell” de algo que sea visualmente original o singular, ni siquiera un poco. Visualmente esta “Ghost in the Shell” ya la he visto en todas las películas anteriormente mencionadas. Sanders planifica “Ghost in the Shell” copiando visualmente de las películas que he mencionado, no es capaz de IMAGINAR. Esa es la palabra clave para todo director de cine, debe ser capaz de IMAGINAR, y Rupert Sanders no lo hace.
CRÍTICA GHOST IN THE SHELL (2017), POR ALBERT GRAELLS
En cuanto al casting, debo decir que no han elegido mal a los actores. Scarlett Johansson encuentro que da el pego como la Mayor Motoko Kusanagi (Mayor Mira Killian en el live-action, con dos cojones). Pilou Asbaek es una calcada representación de Batou. Takeshi Kitano es una buena elección para interpretar el Jefe Aramaki, independientemente de que luego interpretativamente esté desaprovechado. Y Chin Han es una buena elección para interpretar a Togusa, pero claro, es que en el anime Togusa es un personaje fundamental y aparece mucho rato, en cambio en éste live-action a Togusa se le ve sólo dos minutos y como personaje no aporta nada ni resultado necesario para el desarrollo de la historia. Por supuesto no me olvido de Michael Pitt, que interpreta muy bien a una suerte de “El Titiritero” pero que en el live-action no le llaman “El Titiritero” porque no. El personaje de “El Titiritero” en esta “Ghost in the Shell”, por cierto, está irracionalmente cambiado con respecto al “Ghost in the Shell” de 1995; no sólo no le llaman “El Titiritero”, sino que en el live-action es un humano cuya mente fue introducida en un cuerpo cibernético mientras que en la película anime era una inteligencia artificial que tomaba consciencia de sí misma, es decir, quitan de éste personaje el elemento que hacía que la película anime se titulara precisamente “Ghost in the Shell”, desaprovechan el personaje convirtiéndolo en un ser vivo físico cuando lo interesante era que era un ser vivo virtual.
Cabe destacar lo excelente de los efectos especiales, tanto los físicos como los digitales, las cosas como son. La película es una mierda, pero sus efectos especiales son inmejorables. Tiene un buen diseño de producción, muy extenso y detallado. Nada más que sea positivo se puede decir de esta “Ghost in the Shell”, a parte de que ha dado trabajo a mucha gente, pero también lo da el narcotráfico y la trata de blancas.
El guión... es un completo desastre. Un equivalente culinario del guión de esta “Ghost in the Shell” sería una rata cocida a base de planchazos, aderezándola con un chorrito de semen, esparciendo caspa por encima, y con un acompañamiento de estornudos, escupitajos y vómitos de un hipopótamos gastroenterítico, y para beber café hecho con heces de caballo con diarrea y extracto de pis de mil perros.
La película no empieza hasta pasado un minuto y 45 segundos de logos y títulos iniciales, demasiado para la paciencia del espectador.
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La empresa que fabrica los protésicos, robots, cyborgs y ginoides se llama Hanka cuando en “Ghost in the Shell 2: Innocence” es Locus Solus. Y el programa de creación de cyborgs completos es el proyecto 2571 cuando en la película anime original era 2501. No hay justificación alguna para cambiar aspectos como estos, por tanto dichos cambios son innecesarios y, por tanto, molestos.
La escena de la inserción cerebral de la protagonista a su cuerpo cibernético, en el live-action, sucede antes de la que tendría que ser la escena inicial, que es la del tiroteo en el rascacielos. La escena del tiroteo tendría que ser la primera, y la siguiente la de la inserción cerebral, como en el “Ghost in the Shell” de 1995 ¿Porqué? En la escena del tiroteo, la primera de la película anime, hasta que la Mayor Kusanagi no interviene, tú no supones que su cuerpo es cibernético, es cuando actúa cuando te das cuenta de que tiene un cuerpo cibernético, y luego te meten la escena de la inserción cerebral durante los título de crédito iniciales para que veas porqué tiene un cuerpo cibernético. Si tú metes la escena de la inserción cerebral antes de la escena del tiroteo, estás quitando el elemento sorprendente. En el live-action cuando el espectador ve intervenir a la protagonista no le sorprende que pueda hacer lo que hace porque ya le han enseñado que tiene un cuerpo cibernético.
La escena de la inserción cerebral, encima, en el live-action, está mal hecha y copiada. En un momento de dicha escena se puede escuchar, sin venir a cuento, efectos de sonido de palomas echando a volar. Luego las luces epilépticas de colores, también sin venir a cuento, que suponen un obstáculo visual y molestan mucho. Y por último, y lo que más fastidia, es que en dicha escena de inserción cerebral no ponen la música de Kenji Kawai, sino que la sustituyen por una composición sosa. Pero es que encima la música de Kenji Kawai sí que está en la película, pero en los títulos de crédito finales. Es absurdo. Si vas a meter la música de Kenji Kawai métela en la escena de la inserción cerebral, que es dónde tiene que estar y dónde tiene sentido que esté la música de Kenji Kawai, no la margines a los títulos de crédito finales dónde puedes meter la cucaracha ya no puede caminar y Paquito el chocolatero. Si vas a meter en el live-action la música de Kenji Kawai, no hay motivo para no meterla en la escena de la inserción cerebral.
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En el live-action, después de la escena de la inserción cerebral, y antes de la escena del tiroteo en el rascacielos, hay una escena, que cronológicamente sucede después de la inserción cerebral, en el que la protagonista se despierta de la intervención, de la inserción cerebral, despierta desorientada, sin saber qué le ha pasado ni dónde está, y el personaje de la Doctora Ouelet, interpretado por Juliette Binoche, le comenta sin tapujos que sus padres han muerto, que su cuerpo quedó destrozado y que no tuvieron más remedio que coger su cerebro y meterlo en un cuerpo cibernético. Pero se lo dice así, tal cual, fríamente, como quien te recuerda que tienes hora con el médico. Hombre, la Doctora Ouelet será muy inteligente, pero tiene la capacidad empática de una pelota de ping pong. El personaje de Gary Oldman en el remake de “RoboCop” era mucho más sensible. Después de que duerman a la protagonista porque estaba hiperventilando porque se estaba asustando mucho (normal, con el estrés y las preocupaciones que le causan doctoras insensibles), la Doctora Ouelet habla con el presidente de Hanka, que es la empresa que ha fabricado el cuerpo cibernético y que ha introducido la mente de la protagonista en ese cuerpo. Hablan de que el cuerpo es un producto de la compañía, que han introducido la mente de la protagonista en el cuerpo cibernético no para salvarle la vida sino para conseguir un producto de venta que incremente los beneficios de la compañía, que van a usar a la protagonista como un arma y que ingresará en la Sección 9. Es decir, dan una información que ya se ha dado antes o que se volverá a dar posteriormente, y es más, al repetir la información esta escena hace que se estropee la sorpresa que podría dar esa misma información cuando se da posteriormente. En resumen, toda esta escena no solamente es irrelevante, no sólo no aporta nada, es que además sobra, es contraproducente para la película que esta escena esté en el metraje. Son tres minutos de metraje que sobran completamente.
Un año después la protagonista trabaja en la Sección 9, combatiendo el ciberterrorismo. Mmm... Aquí hay varias preguntas que se plantean pero que la película no responde. La Sección 9 es un departamento funcionarial del gobierno, pero la protagonista tiene un cuerpo que fue construido por Hanka, es decir, la protagonista, fácticamente, es propiedad de Hanka. Entonces, si la protagonista es una propiedad de una compañía privada, y la Sección 9 es un órgano funcionarial ¿cómo es que la protagonista trabaja en la Sección 9? ¿El gobierno le compró la protagonista a Hanka? Si eso es así entonces la protagonista deja de ser propiedad de Hanka y pasa a ser propiedad del gobierno. ¿Entonces cómo es que cuando la protagonista resulta herida va a que la reparen a Hanka en vez de ir a que la reparen en la Sección 9, como es el caso de Batou? ¿Y porqué el presidente de Hanka no deja de tocarle los cojones a Aramaki para decirle lo que tiene qué hacer o dejar de hacer con la protagonista? El presidente de Hanka no es el superior de Aramaki, no tiene derecho a decirle al jefe de la Sección 9 lo que tiene que hacer con la protagonista, porque supuestamente la protagonista pertenece al gobierno y no a Hanka. No se explica muy bien en la película cual es la situación legal y administrativa de la protagonista y cómo ha llegado a dicha situación. Que esa es otra ¿La Sección 9 no le pide a Hanka que explique de quien es la mente que ocupa el cuerpo cibernético, sus documentos de identidad, el reporte de la situación de la que rescataron a la protagonista, una justificación de la intervención de inserción cerebral, etc? Porque Hanka no parece que haya justificado todo eso, y que la Sección 9 no lo investigara sería muy negligente.
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Hasta el minuto ocho no empieza la escena con la que tendría que empezar la película, me refiero al tiroteo en el rascacielos y la intervención de la protagonista. Es decir, que entre la presentación de logos iniciales, la escena de la inserción cerebral, que debería ir después, y la otra escena que sobra completamente, entre pitos y flautas la película no empieza hasta el minuto ocho. En general la película está mal montada, sobretodo en el principio y en el final. Por ejemplo, en un momento en que aparece el personaje de Aramaki, pero en distintos planos de Aramaki en una misma escena, parece que sean distintos planos de Aramaki en distintas escenas, y eso se puede ver porque en un plano Aramaki viste de una manera, en un plano posterior viste de otra, en la misma escena, y en el plano siguiente de Aramaki el personaje vuelve a vestir como antes. Eso sucede al principio, previo al tiroteo, y también al final, y deja una sensación muy rara, te saca mucho de la película.
Hablando de Takeshi Kitano. Todos los actores en la película hablan inglés, pero todos, salvo Aramaki, que habla japonés. Mmm... aquí hay varias cuestiones. La historia de la película se sitúa en Japón, en un Japón distópico futurista, pero en Japón. Puedo admitir que la protagonista tenga un rostro occidental, y también el personaje de Michael Pitt, porque sus cuerpos fueron diseñados, incluso me parece aceptable que Batou tenga un rostro occidental. Pero vemos que el presidente de Hanka es occidental, que los directivos y/o científicos de Hanka que van siendo asesinados son occidentales, que la Doctora Ouelet es occidental... Joder, hasta los putos barrenderos son occidentales. En la película parece como si en Japón sólo una décima parte de la población es japonesa, porque la mayoría de los personajes tienen un rostro occidental.
Y con respecto a lo de inglés/japonés, lo del idioma es algo acojonante. En esta película todos los actores, en la versión original, hablan inglés. Tú, como espectador, lo que asumes es que ese inglés, aunque sea inglés, en la ficción de la película en realidad es japonés, porque la película sucede en Japón, pero por x razones no rodaron la película en japonés si no en inglés. Esto normalmente sería aceptado sin problemas por el espectador. ¿Qué ocurre? Que efectivamente en la película todos los actores hablan inglés... salvo Takeshi Kitano ¡Qué habla japonés! Es de una incoherencia que desborda toda comprensión humana, se entiende menos que lo de “Cuanto peor mejor para todos y cuanto peor para todos mejor para mí el suyo beneficio político.” Takeshi Kitano es el único actor en toda la película que en su versión original habla japonés, lo cual descoloca de arriba a abajo la cuestión idiomática que hasta ese momento el espectador ya tenía mínimamente aceptada. Es decir, que cuando el resto de personajes se les escucha hablando inglés, en la ficción están hablando inglés realmente. En la ficción de esta “Ghos in the Shell” todo el mundo en Japón habla inglés, incluso los japoneses, también la madre de la protagonista; nadie habla japonés salvo Aramaki. Esta incoherencia idiomática te descoloca tanto que te saca de la película. Y Rupert Sander asegurando, antes del estreno de la película, que en ella Takeshi Kitano hablaba inglés y lo hacía muy bien. Sí, mis cojones. ¿Qué costaba que Takeshi Kitano dijera sus frases en inglés, aunque no tenga ni puta idea? Tampoco entiende Michael Fassbender el castellano, y lo hablaba en “Assassin's creed”, lo hablaba de puta pena pero lo hablaba. Y sino también podría haberlo doblado otro actor que supiera hablar inglés. En fin, dejadez y pereza que empeora aun más el resultado final de la película, aunque teniendo en cuenta todo lo demás tampoco viene de aquí.
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Yo no sé si en el Japón del futuro Santiago Calatrava habrá creado escuela, pero la evolución del mobiliario del hogar que se aprecia en la película resulta poco razonable. La protagonista duerme en una cama absurdamente incómoda, superdura, prácticamente como si durmiere en un banco de un parque. Y la Doctora Ouelet, en su casa, directamente no tiene cama, duerme en el suelo. ¿Pero acaso no duerme más cómoda la gente en una cama con colchón? ¿Para qué dormir en el suelo o en una superficie dura? ¿O es que acaso no hay colchones en el futuro?
Hay una escena en la que todos los agentes de campo de la Sección 9 y el jefe de la Sección 9 están reunidos examinando una recreación virtual del escenario del crimen en el rascacielos. Bueno, mientras Aramaki, Batou y la protagonista están a lo que tienen que estar, es decir, centrados en el caso, los demás se ponen a discutir sobre los beneficios en la vida cotidiana de las mejoras cibernéticas. Vamos a ver, esto no es serio. Están investigando una serie de crímenes ¿no pueden dejar la discusión esa para el descanso del café? ¿Y Aramaki no les dice nada?
Posteriormente la protagonista y Batou cogen el coche para a ir a las instalaciones de Hanka Robotics, en ese momento Batou es tan chulo que conduce sin mirar a la carretera en lapsos de tiempo alarmantes para la seguridad vial. Un director de cine tiene que estar atento a estas cosas, para que una escena que podría ser buena (que no es el caso, porque es una escena que también sobra) no caiga en la mediocridad (como sí es el caso) por una situación inverosímil, como es que un personaje conduce sin mirar a la carreta pero no tiene ningún accidente.
La protagonista se inmersa en el cerebro cibernético del ginoide que acabó con la vida de un directivo de Hanka en el rascacielos, para ver si así puede averiguar dónde se esconde el personaje de Michal Pitt. En dicha inmersión la protagonista reconoce el sitio en el que se esconde el personaje de Pitt, una discoteca Yakuza. Vamos a ver, para que alguien reconozca un sitio por dentro, tiene que haber estado en ese sitio anteriormente. ¿La protagonista estuvo anteriormente en esa discoteca Yakuza? ¿En qué circunstancias? ¿Y porqué no se explica en la película? Eso sí sería necesario que se mostrara en la película. ¿Y si no ha estado anteriormente en esa discoteca Yakuza, cómo puede reconocerla? ¿Y porqué eligió el personaje de Pitt esa discoteca Yakuza como uno de sus escondites? ¿Cómo llegó a acordarlo con la Yakuza y a qué acuerdo llegaron? En la película hay escenas que sobran y faltan escenas necesarias.
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Los agentes de campo de la Sección 9, incluyendo Batou y la protagonista, entran de incógnito en la discoteca Yakuza, haciendo que otro miembro del equipo les pase las armas a través de la ventana que hay en los baños para hombres ¿Porqué? ¿No son una unidad policial? ¿Porqué no entran a saco y hacen una redada, como hacen posteriormente en otra escena de la película? Es absurdo que se pongan a investigar de incógnito, perdiendo el tiempo tratando de que no les descubran, cuando no tienen porqué ir de incógnito para registrar la discoteca porque pueden entrar directamente en plan redada como hacen posteriormente. En la discoteca, por cierto, la protagonista se entretiene con un gangster con un aspecto repugnante, porque suda como si en vez de una discoteca estuviera en el interior de un reactor nuclear ¿Porqué narices suda tanto el gangster ese? ¿Hay algún motivo por el que sude como si tratara de inundar la discoteca? ¿Aporta algo a la historia? No ¿Entonces porqué cojones ponen a un gangster asquerosamente sudoroso?
Por algún motivo la protagonista sale a la calle a buscarse una prostituta con la que follar, y se la lleva a casa. Empiezan a besarse... y corte a la siguiente escena ¡Pero hombre! No te quedes ahí. Si la protagonista folla en un momento dado en el lapso de tiempo en que se desarrolla la historia de la película, pues muéstralo, muéstralo todo, no enseñes sólo los besicos. Ya que pones una escena que no aporta nada y sobra totalmente, pues al menos ponla toda, no quites lo más interesante. Ruedas una escena que sobra totalmente y no aporta nada, y de esa escena quitas la parte que hubiese interesado. ¿Cómo puede ser que a lo largo de la película se cargan a un montón de peña, y por una escena de sexo que hay no la muestras? ¿¡Tendrás valor?! ¿Porqué no mostrar carne joven, algo que alegre la vista? No, prefieres mostrar gangsters sudando aceite para bebés.
Vamos ahora con la escena de la persecución de la protagonista al barrendero, que ni de lejos es tan buena como la misma escena en la película anime. ¿Desde cuando un barrendero dispone de camuflaje termo-óptico? En la película anime el camuflaje termo-óptico lo lleva un sicario, un mercenario, que es creíble que lleve un camuflaje termo-óptico porque por su profesión se mueve mucho en el ambiente del mercado negro. Pero en el live-action el camuflaje termo-óptico lo lleva un simple barrendero. ¿De dónde ha sacado el barrendero un camuflaje termo-óptico? No puede haberlo conseguido.
El caso es que la protagonista alcanza al barrendero y le da de hostias como si la vida en la Tierra dependiera de ello. Cuando el barrendero queda suspendido en el aire a cámara lenta, se oye, sin razón alguna, como estrellitas, como cuando se pasa el dedo sobre el borde de copas de cristal. Desde luego los encargados de los efectos sonoros de la película ni tienen imaginación ni tuvieron ganas de hacer su trabajo lo mejor posible.
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Scarlett Johansson, cuando su personaje termina de hostiar al barrendero, se pone en plan pose, pero muy forzadamente, se nota mucho que está posando. No es verosímil, no es creíble, las personas no nos movemos posando, ni siquiera los modelos lo hacen cuando no trabajan. Durante toda la película Johansson camina y se queda quieta de una manera en la que se ve que está posando, se mueve forzadamente, no resulta natural. Una muestra de lo mal que dirige Sanders a los actores.
El momento de la foto de la hija... en la película anime funcionaba muy bien, pero en el live-action es un desastre. Vamos a analizar porqué sucede eso. En la película anime, cuando interrogan al barrendero, le hacen ver que la foto que dice que es de su hija en realidad en esa foto no sale su hija sino que sale él. Anteriormente, antes de que empezara la persecución al barrendero, éste, en el camión de la basura, lo quiso enseñar esa misma foto a su compañero, pero éste rehusó mirarla. Ahí está, ese es el detalle por el que la foto es tan importante, porque si el compañero del barrendero hubiera mirado la foto hubiera visto que en la foto sale el barrendero y no la hija del barrendero, y hubiera sospechado que su compañero, el barrendero, había sido pirateado. Sin embargo en el live-action no existe el momento en que el barrendero le muestra la foto a su compañero, de modo que en el interrogatorio lo de la foto carece de emoción y de relevancia.
El interrogatorio acaba con el barrendero suicidándose. Pero vamos a ver ¿Que puta lógica tiene que, para evitar que un detenido intente huir, le pongas una soga al cuello? Es de una subnormalidad inconcevible. Joder, basta con unas esposas ancladas a la mesa, de toda la vida Dios. ¿Para qué la soga al cuello? Así no haces más que darle la oportunidad de suicidarse, que es precisamente lo que no quieres. No tiene absolutamente ningún sentido.
En otra redada en otro sitio la protagonista se distancia del resto de agentes de campo de la Sección 9, es atacada hasta que la dejan inconsciente, y se despierta atada y delante del personaje de Pitt que, al igual que ella, es una persona cuya cerebro extrajeron de su cuerpo orgánico y lo introdujeron en un cuerpo cibernético. Todo eso está muy bien pero, cuando diseñaron el cuerpo cibernético del personaje de Pitt ¿Porqué pusieron en el pecho un tatuaje de la casita del que lo sacaron, si además precisamente no querían que tuviera recuerdos al respecto? No tiene sentido.
La protagonista y el personaje de Pitt no dejan de hablar durante media hora, el tiempo que han tardado los demás agentes de las Sección 9 en cruzar veinte metros hasta dónde está la protagonista ¿Acaso iban en Rodalies?
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El presidente de Hanka es más chulo que un ocho. O sea, vamos a ver ¿Cómo puede el servicio de seguridad de una compañía privada detener a una funcionaria policial del gobierno? El servicio de seguridad de una compañía privada, por muy compañía de seguridad que sea, no tiene competencias para detener a nadie, y menos hacerlo fuera de las instalaciones de la compañía, esa es función de la policía. Es decir, el presidente de Hanka secuestra a una policía, con la intención, además, de matarla. Pero es que no sólo a ella, manda a que se carguen a todos los agentes de la Sección 9, y también al jefe de la Sección 9, Aramaki. Es decir, el presidente de Hanka ordena que se carguen a toda una unidad policial de élite. El presidente de Hanka lleva una inyección letal en el bolsillo interior de su chaqueta como quien lleva una billetera, va armado con una pistola como si fuera un agente de seguridad, e interviene las comunicaciones de la Sección 9. Simplemente es inverosímil, no es creíble. Es que alguien, por muy malo que sea, no puede tener tanto morro. El tío actúa como si las leyes fueran con él, somo si pudiera cargarse a toda una unidad policial de élite sin temor a que le ocurra nada. No sólo eso, además mata de un disparo de la Doctora Ouelet porque sí, de gratis. Es absurdo. ¿Pides a la Sección 9 que investigue los asesinatos de los científicos de tu compañía, y al único que te queda con vida te lo cargas tu mismo? Es insuperablemente estúpido. El tío la mata sin ningún motivo, sin necesidad alguna, gratuitamente.
Ademas el tío es incoherente total. Se queja de que la protagonista actúa humanamente y no como un robot. Pero vamos a ver ¿Si lo que quieres es algo que actúe como un robot, porqué no construyes un robot? ¿Porqué metes una mente humana en un cuerpo cibernético si no quieres ningún elemento de humanidad? Es que es de sentido común, si yo quiero hacer una cosa no hago la contraria.
La Docotra Ouelet tampoco es mucho más coherente. Sabe que el proyecto 2571, en el que participa, no sólo no es ético sino que además es delictivo y criminal, y aún sintiéndose mal y culpable, no llama a la policía, no avisa a la Sección 9. La Doctora Ouelet, al ver que estaban matando a los directivos y científicos de Hanka relacionados con el proyecto 2571, podría haberlo contado todo a la Sección 9 desde el principio de la película, y de paso podría haber salvado su vida, pero la tía se calla.
Resulta que, antes de que sus mentes fueran introducidas en cuerpos cibernéticos, tanto la protagonista como el personaje de Pitt eran adolescentes, japoneses además, que, junto con otros 97 niños y adolescentes escapados de sus casas, vivían en una casita de diez metros cuadrados. Vamos ver ¿Cómo pueden caber 99 niños y adolescentes de una casita de diez metros cuadrados? No se puede.
CRÍTICA GHOST IN THE SHELL (2017), POR ALBERT GRAELLS
El caso es que el presidente de Hanka hace que incendien la casita y secuestren a los 99 niños y adolescentes para experimentar con ellos. A ver, puedo entender que lo de secuestrar a 99 niños y adolescentes responde a una necesidad, que será reprochable, pero es una necesidad. ¿Pero incendiar la casita para qué? ¿Qué necesidad había incendiar la casita? Ninguna ¿Entonces porqué incendiaron la casita?
Otra cuestión que se plantea es ¿Porqué secuestrar a niños y adolescentes para tener mentes que introducir en cuerpos cibernéticos? O sea ¿No hay enfermos terminales? ¿Porque no proponérselo a enfermos terminales en vez de secuestrar a niños y adolescentes? Seguro que la gran mayoría de enfermos terminales incluso lo agradecerían y hasta se presentarían voluntarios.
Otra cosa que no se entiende es... secuestran a 99 niños y adolescentes ¿Y la policía no hace nada? ¿No investiga nada? ¿No encuentran ninguna pista? Me puedo creer que la policía sea incompetente para encontrar a un ladrón que le ha quitado la bolsa a una anciana, pero es imposible que la policía sean tan incompetente como para no averiguar nada sobre el secuestro de 99 niños y adolescentes.
Las incoherencias no terminan aquí. A los 99 niños y adolescentes los secuestraron hace un año, lo sabemos porque la madre de la protagonista cuenta que su hija lleva un año desaparecida. A esos 99 niños los secuestraron para experimentar con ellos, sacarles el cerebro de su cuerpo orgánico y meterlo en un cuerpo cibernético. Lo hicieron uno por uno, la protagonista fue la última, antes que ella fue el personaje de Pitt, y los otros 97 murieron. Hasta ahí bien ¿Qué pasa? Que hicieron la inserción cerebral de la protagonista hace un año. ¿Hicieron 99 inserciones cerebrales en unos días? ¿Cómo es posible? Si a cada fracaso tenían que volver a calcular la inserción para que tuvieran más posibilidades de éxito, tendrían que haber tardado años hasta llegar a la inserción de la protagonista, no días. ¿Y cómo pensaba el presidente de Hanka rentabilizar toda la inversión que ha hecho para conseguir apenas una sola inserción de una mente a un cuerpo cibernético? No se explica eso en la película.
Luego, la madre de la protagonista, que no sabe que su hija es en realidad la policía con la que está hablando, le dice a esta que el ministerio le dijo que su hija se había suicidado. ¿Qué ministerio le dijo eso? Porqué hay varios. Y si eso es cierto significa que hay un ministerio que ha colaborado con Hanka en esto del secuestro de los niños y adolescentes y la inserción de sus mentes en cuerpos cibernéticos ¿Entonces cómo es que eso no sale en la película? Tendría que salir eso en la película.
CRÍTICA GHOST IN THE SHELL (2017), POR ALBERT GRAELLS
El coche de Aramaki no es a prueba de balas, pero sí lo es su maleta; y su revolver, además, a pesar de tener una recámara con capacidad sólo para seis balas, dispara más de seis balas sin recargar. Vale que sea una película de ciencia-ficción futurista con cyborgs y ginoides, pero esto...
El presidente de Hanka controla por control remoto un tanque araña que acorrala a la protagonista y al personaje de Pitt cuando estas estaban dándose la cháchara en las runas de la casita. Vamos a mer. En “Iron Man” nos creemos que Tony Stark sabe llevar la armadura porqué la construyó. Sin embargo en esta película no vemos la razón por la cual el presidente de Hanka sabe controlar un tanque araña, por lo tanto como espectadores no podemos entender cómo es que sabe controlar un tanque araña, y por lo tanto no nos lo creemos como espectadores. Además, cuando el tanque araña coge al personaje de Pitt por la cabeza, el presidente de Hanka le habla al personaje de Pitt cuando él está en otro sitio y no puede oírle. ¿Entonces porqué le habla? Es absurdo. El personaje de Pitt no va a oír lo que le dice.
Cuando la casita explota por la granada que ha lanzado el tanque araña, se nota que los cuerpos de la protagonista y del personaje de Pitt que salen volando son simples maniquíes. Con el dinero invertido en la película no costaba animar digitalmente un poco los maniquíes para que no parecieran maniquíes y no quedara cutre.
Aramaki llega hasta dónde está el presidente de Hanka, le dispara en el pecho y éste cae hacia atrás a una piscina. ¿No podían haber rodado una muerte de villano menos cliché, más original? Yo qué sé, una muerte tipo Hans Gruber, algo memorable. Por ejemplo, que le abrieran la cabeza y despacito muy despacito le extrajeran el cerebro por el agujero del cráneo. Algo así.
El final ya te mata como espectador. Con respecto al final, el live-action se folla a la película anime. El “Ghost in the Shell” de 1995 terminaba con Motoko Kusanaki abandonando su cuerpo antes de que se lo cargaran, fusionándose con “El Titiritero” en la realidad virtual en un único ser vivo, dejando en parte de ser Motoko Kusanagi, para después volver a ocupar brevemente un cuerpo prestado por Batou para despedirse de él y volver definitivamente a la realidad virtual para vivir allí como ser vivo virtual. Es decir, no ganaban los malos pero tampoco ganaban los buenos, era un final agridulce pero un buen final. En el live-action la protagonista no se fusiona con el personaje de Pitt, conserva su cuerpo siendo ella misma por entero, viviendo en el mundo físico, y volviendo a reencontrarse con su mamá. Un final feliz de mierda.
Llevo 18 película del 2017 vistas, y esta “Ghost in the Shell” es con diferencia la peor. Parece como si Rupert Sanders hubiese querido superarse, a ver si podía dirigir una mierda mayor que la de “Blancanieves y la leyenda del cazador”, y lo ha hecho, ese mérito sí se lo reconozco. Si pretenden hacer una secuela, que se la ahorren, que directamente ofrezcan pastillas de cianuro, les costará menos y será menos doloroso y ofensivo para el espectador. Si no tienen planes para hacer una secuela, entonces que usen los DVD's y BluRay's de la película para abonar jardines públicos, que es lo más positivo que puede ofrecer éste live-action de mierda.
Mi calificación es:CRÍTICA GHOST IN THE SHELL (2017), POR ALBERT GRAELLS

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