Existe la idea en Estados Unidos que cuando ganó las elecciones Obama el racismo fue eliminado. Desde entonces, cualquier intento por recordar los tiempos en que los afroamericanos eran discriminados puede ser incomodo y herir sensibilidades si se representa tragicamente ese oscuro pasado. Es mejor dejar en el pasado modo trágico.
Es por eso que me extraña leer en varias críticas norteamericana la falta de profundidad que tiene la película sobre los temas raciales. Más en la necesidad de presentar a todo el elenco de afroamearicanos como personas buenas y donde el único con actitudes despreciables nunca da la cara. Es como si hubieran querido más crueldad.
Cuando existe historias verídicas que contar, tienes el sustento para poder representar los hechos tal y como sucedieron. En este caso, cuando está basado en la novela de de Kathryn Stockett, no puedes justificar
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