[Crítica] ‘La mirada del amor’: como de entre los muertos

[Crítica] ‘La mirada del amor’: como de entre los muertos

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Patricia Esteban 26 octubre, 2013 0

La mirada del amor va más allá de lo que cuenta su tráiler (una historia romántica en la madurez) y, sin miedo a spoilear porque es algo que se revela en los primeros minutos del filme, hay que contar el tema verdaderamente importante de esta cinta; el hecho de enamorarse de alguien físicamente igual a tu anterior amor. Porque el personaje de Annette Bening aquí interpreta a una viuda que perdió a su marido cinco años atrás y que, aún sin haber superado esa pérdida, conoce a un hombre que es el doble exacto de su difunto. ¿Cómo reaccionar ante esta situación? La tentación está ahí.

El director Arie Posin (Historia de un secuestro, 2005) nos da aquí una posible versión de un tal encuentro (cercano a la ciencia ficción, sí, ¡pero dicen que todos tenemos una persona exactamente igual a nosotros en alguna parte del mundo!). Y nos cuenta cómo el personaje de la protagonista encuentra en un museo, lugar de piezas únicas o de falsificaciones, a un hombre, interpretado por Ed Harris, que podría ser su marido vuelto de entre los muertos. Y juega un poco el director con este tema que podría beber del Vértigo de Alfred Hitchcock pero que no se queda en eso.

Los dos personajes se conocen y se enamoran, tanto él de ella, como ella de él y/o de su marido muerto y resucitado como cuerpo. La protagonista no le cuenta nada a su nuevo amante de su extraordinario parecido físico ni de sus propios temores (ese perder un tanto la razón, ¿con quién está ahora, con su primer marido o con el nuevo novio?) ni de por qué no le quiere presentar a sus seres queridos (un vecino al que interpreta Robin Williams y que es casi como de la familia, una hija que cuando se entere de lo que pasa se va a volver loca). E, igual que el oficio de ella es decorar casas vacías para que parezcan habitadas y poder venderlas mejor, en su historia de amor en algún momento cae en el intento de “redecorar” a su amor como su anterior marido. Le intenta, cuál protagonista de Vértigo, vestir de determinada manera, o le lleva a los sitios donde pasó buenos momentos con su marido para revivirlos. Y el amor por este nuevo-repetido hombre se mezcla con la obsesión del que fuera primer y “verdadero amor”.

Posin consigue así otra vuelta de tuerca al tema del doble, que podremos ver próximamente en alguna otra película como la Enemy de Denis Villeneuve, pero tratado desde la perspectiva del otro; ¿qué hacer si se te presenta la oportunidad de volver amar a quien ya amaste y perdiste? Para el personaje de Bening la cara del amor (en el título original The face of love) tiene la apariencia de Ed Harris, quizás ahora y siempre, y todas las veces que pueda ser. Y de ahí que la protagonista transite entre el amor, la obsesión, la realidad y la alucinación en esta Mirada del amor tan particular. Por supuesto, la extraordinaria química de los protagonistas, Bening y Harris, y la muy convencible y contenida interpretación de Robin Williams (El indomable Will Hunting, El club de los poetas muertos), que interpreta aquí al vecino y amigo de la antigua pareja y ahora callado enamorado de la protagonista, redondean esta historia que contiene más de lo que parecía a primera vista.

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