Revista Cultura y Ocio

Crítica literaria nº 50: David Copperfield

Publicado el 13 enero 2016 por Tazadelibros @Tazadelibro

Crítica literaria nº 50: David Copperfield

Título: David Copperfield

Editorial: Alba Editorial

Sinopsis
Para conmemorar el Año Dickens 2012 Alba publica en edición de bolsillo la monumental obra de Charles Dickens, David Copperfield. Una obra clave de la literatura universal, con un precio muy competitivo. Una novela que gusta a todo tipo de lector y que ahora ofrecemos en bolsillo. Traducción íntegra de Marta Salís, la prime ra en español en más de cincuenta años.

Ante todo tengo que decir que es una novela perfecta para quien aspire a ser novelista. La narrativa, la construcción de personajes, los escenarios, el contexto, la descripción, todo, está hecho de forma magistral. Si he leído esta novela, que me ha llevado tiempo y fuerza de voluntad, es para aprender a escribir.

La historia de David Copperfield es la de un personaje con un comienzo en la vida muy duro. Por avatares del destino queda en la calle desamparado, teniendo que buscar una fuente de ingresos de cualquier modo, y aprovechando cualquier oportunidad para prosperar. Poco a poco va escalando posiciones en la esfera social, y lo vemos crecer, desarrollarse, enamorarse y sufrir, con el paso del tiempo y los infortunios. También lo veremos ser feliz, y experimentar el contraste de las diferentes circunstancias. Ante todo nuestro protagonista es inocente y bueno, sus decisiones son bondadosas, posee un gran control de sí mismo, aunque su ingenuidad le pueda llevar a dar pasos en falso. Además es un gran observador, tanto de lo externo como introspectivo:

"[...] Creo que la memoria de la mayor parte de los hombres puede conservar una impresión de la infancia más de lo que generalmente se supone; también creo que la capacidad de observación está exageradamente desarrollada en los niños y además es muy exacta. Esto me hace pensar que los hombres que destacan por dicha facultad es, con toda seguridad, porque no la han perdido, más que porque la hayan adquirido"

La novela puede transmitir ideas y valores que no se entienden en nuestro tiempo, pero considero que se hace desde la dulzura y el respeto, y no desde el dogmatismo ni la misoginia, por eso a pesar de establecer una relación entre la feminidad y la misericordia, y entre el esfuerzo y la recompensa, que no comparto, creo haber sabido extraer conclusiones útiles y coherentes, de observaciones que no pueden tomarse en su totalidad, pero encierran certezas humanas. Lo que quiero decir con esto es que los valores transmitidos, si los despojamos del matiz de género o clase, pueden sernos útiles. Como otras novelas de la época, tiene gran parte de culebrón, de romanticismo que roza lo cursi, y el lenguaje a veces resulta en exceso recargado y pedante (en especial en el caso de algunos personajes), sin embargo, la trama nos empuja a leer hasta el final, y a querer saber qué va a ser, finalmente, de David Copperfield y los que le rodean. Además, aunque siempre bajo el prisma del matrimonio, los temas que aborda sobre los conflictos, y las fortunas, de las parejas sentimentales, tampoco tienen desperdicio:

"Has escogido tú mismo con toda libertad, y has escogido una criatura encantadora que te quiere mucho. Ella es tu deber y tu felicidad el apreciarla tal como la has escogido, por las cualidades que tiene y no por las que no tiene. Trata de desarrollar en ella las que le faltan. Y si no lo consigues, hijo mío, tendrás que acostumbrarte a pasarte sin ellas. Pero recuerda que vuestro porvenir es asunto completamente vuestro. Nadie puede ayudaros."

Sin duda esta novela tiene personajes carismáticos y entrañables, de estos que son tan reales que en la última página te sientes soltándoles la mano. Además, poseen unos matices que los hacen, hasta cierto punto, imprevisibles, y difíciles de etiquetar como "buenos" o "malos", cosa que aporta realismo a la obra, ya que en la vida no podemos ver esta división tajante que a veces nos muestra la ficción.

Otra de las cosas que me ha gustado mucho de esta lectura es la capacidad de autocrítica de alguno de los personajes, y la revisión que hacen de sus vidas, de su errores y de sus aciertos, así como otros siguen cayendo en la misma piedra, y ni aún con las peores consecuencias de sus actos cambian de forma de obrar:

"¿Sabes, hijo mío? Cuando miro mi vida pasada y veo en la tumba personas con las que hubiera podido vivir en mejores relaciones... Si he juzgado severamente los errores de otro en cuestiones de matrimonio es quizá porque tenía triste razones para juzgarlo así por mi cuenta"

Para terminar decir que quizá entra demasiado en detalles, y que los personajes se explayan, en algunos casos, hasta ser tediosos (quizá porque forma parte de la personalidad del personaje), el protagonista en su narración nos hace partícipes de una gran cantidad de pormenores que pueden frustrarnos un poco, y hacernos saltar de párrafo en párrafo a toda velocidad, saltándonos la "paja".

Además, la novela ofrece tal cantidad de personajes, que no es de extrañar que nos olvidemos de la existencia de alguno de ellos cuando reaparece. Por otro lado, si algunos de ellos se hace querer, incluso después de ser detestados, otros son profundamente desagradables hasta el final, lo cual da otra dosis de realismo a la historia.

Para dar fin a esta reseña, decir que la recomiendo a todo aquel que quiera una buena novela, un clásico, y esté armado de paciencia para viajar por una obra que tiene poco y mucho que ver con nuestro tiempo. Es también para románticos, y es sobre todo, para quien quiera aprender a escribir. Una obra de manual, llena de recursos, y sabiduría.

Le doy cuatro de cinco tazas, porque creo que a las casi quinientas páginas le sobraban unas veinte.

Crítica literaria nº 50: David Copperfield

Crítica literaria nº 50: David Copperfield


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