Revista Cultura y Ocio

Crítica literaria nº42: The Heir (The Selection, #4)

Publicado el 01 junio 2015 por Tazadelibros @Tazadelibro
Crítica literaria nº42: The Heir (The Selection, #4)Ficha técnicaTítulo: The Heir (The Selection, #4)Autora: Kiera CassEditorial: HarperTeenIdioma: Inglés (no disponible en español)352 páginas
SinopsisVeinte años atrás, America Singer participó en la Selección y se ganó el corazón del príncipe Maxon. Ahora ha llegado el momento de que la princesa Eadlyn celebre su propia Selección. Eadlyn no espera que su Selección sea para nada como el cuento de hadas que fue para sus padres. Pero, conforme avanza la competición, comienza a descubrir que encontrar un “felices para siempre” no es tan imposible como creía. 

(Traducción propia)
Crítica“La última y me pongo a estudiar”, me digo mientras paso la página número cien sin ningunas expectativas de volver a mis apuntes. Todos los sabemos. Prioridades. Gracias, The Heir, por inaugurar la temporada de exámenes. Como ya os avanzamos en nuestra sección Hablemos de sagas, La Selección se amplía, Kiera Cass no nos abandona. Recapitulemos. No me emocionó mucho The One, es más, me pareció un poco falto de salero para ser un final de saga. Que no lo fue, pero para el caso. Ya me entendéis. No tenía mucha gracia porque se veía venir de lejos quién iba a tener un final feliz con quién. El caso es que Mer ha vuelto, pero esta vez la batuta la lleva su hija, Eadlyn, cuyo nombre significa “nacida en la realeza”. Y menos mal, porque en otro sitio no hubiera durado ni una semana. Ah, pero ella ODIA tener que ser la reina algún día. SEGURO. Venga, ven y cuéntame otro cuento. Le echa la culpa a su hermano gemelo (¡sorpresa!) por haber nacido siete minutos después. ¡Pero si te encanta ser la heredera! Qué hipócrita. Crítica literaria nº42: The Heir (The Selection, #4)
Ya, para empezar, Eadlyn necesita que vaya alguien a bajarle los humos porque se los vemos desde el otro lado del Atlántico. La han entrenado para ser reina y eso se nota: modales impecables, saber estar, don de palabra. Todo muy bien, no tengo queja. Es lo que se espera de una futura gobernante. Pero, ¿es realmente necesario, Eadlyn, que nos recuerdes cada veinte páginas que eres la chica más poderosa del mundo, que otros personajes no utilizan la fórmula correcta para dirigirse a ti, que nadie está por encima de ti y que trabajas MUY duro y por eso te mereces todos los caprichitos que te das? En serio, pon los pies en el suelo, que hay gente que se está muriendo de hambre y a ti te preocupa que una adolescente se ponga una de tus tiaras para pasearse por el palacio. ¡Ah, que esa es otra! Colecciona tiaras. CAN YOU NOT, EADLYN, PLS? Una princesita, vamos.MENOS MAL que la autora ha sabido darle un giro al personaje, porque de otra manera lo había dejado hacía dos días. Eadlyn trabaja duro porque, como a mí, le bailan los números y tienen que esforzarse el doble, es inteligente, sarcástica y guapa. Y muy independiente. Una buena protagonista que, como ya he dicho, no deja de tener sus cosas de adolescente mimada, que espero que corrija a lo largo de las páginas que le quedan. De momento, me hace reír y eso es algo muy valioso. “Didn't they know who I was, what they'd trained me for? I was Eadlyn Schreave. No one was more powerful than me. So if they thought I was going down without a fight, they were sadly mistaken.”
Crítica literaria nº42: The Heir (The Selection, #4)
Otro dato importante y que enlaza con la historia anterior: adiós a las castas, hola al mundo libre. Problema: nunca llueve a gusto de todos. En todas partes tiene que haber alguien cabreado y esta vez vienen con fuerza. Hay revueltas y levantamientos. Un caos, y al pobre Maxon no dejan de salirle canas. La gente no está contenta porque, a pesar de la aparente libertad para ejercer la profesión que se quiera, sigue habiendo segregación, discriminación y miradas por encima del hombro, que ya sabemos que eso no gustan a nadie. Yo no quiero decir nada, pero Winter is coming, Eadlyn, y te lo vas a comer enterito.En el palacio andan cortos de ideas, pero no de hombres, así que deciden desplazar la atención del pueblo celebrando la Selección de Eadlyn. La primera Selección de una mujer. Ella no está para nada contenta con la idea, HOW DARE YOU, PEASANT? El amor es de débiles y su independencia no es sacrificable. Así que sí, por el bien de Illéa y de la salud mental de sus padres, decide ir adelante con el tema, pero no sin sus condiciones. Vale, traedme todos los hombres que queráis, que yo los tendré por aquí unos tres meses, y luego les damos puerta. Es un poco borde, sin duda. Soy fan. Pero lo de la colección de tiaras me sigue sin convencer. “I only have one heart, and I'm saving it.”


Por lo tanto, tenemos un montón de testosterona contenida que se ve de lejos que va a estallar por alguna parte. Hay tantos chicos que la mitad de las veces no sabía a quién se estaba refiriendo la autora y, si os digo la verdad, me he quedado con el nombre de cuatro o cinco a lo sumo. Kile, que es mi favorito y que, gracias a toda mi suerte y sex-appeal, seguro que acaba solo y abandonado en alguna cuneta. TEAM KILE ALL THE WAY. Fox, Henri, Erik, Hale, Ean. Los demás están borrosos. Como iba diciendo, son adorables. Evidentemente esta no es, ni de lejos, la representación fiel de un ente masculino en un entorno en el que se siente amenazado por otros entes masculinos, todos compitiendo “civilizadamente” por la mano de la futura reina de su país. Kiera Cass se las apaña, pero sigue pareciendo demasiado un libro para chicas. En la realidad, habrían aguantado menos de dos semanas y habría habido heridos graves.
A pesar de todo, lo he disfrutado como ningún otro libro en mucho tiempo. Sería por las ganas que tenía de leerlo. A lo mejor simplemente me ha gustado porque era mejor que mis apuntes. No es original, pero sí adictivo. Es predecible, como todos, pero con una trama llena de altibajos y un final que te hará desear que el siguiente capítulo se llame Agradecimientos. WHY? O sea, not bad, pero que mejorePuntuaciónCrítica literaria nº42: The Heir (The Selection, #4)
Crítica literaria nº42: The Heir (The Selection, #4)

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