Crítica: Megamind

22 12 2010

Después de ver “Cómo entrenar a tu dragón”, una de las mejores películas del año y toda una sorpresa al venir de Dreamworks y no de Pixar, es normal que “Megamind” haya acabado deslucida y algo venida a menos. Su resultado en taquilla no ha sido malo pero parece no ser suficiente para seguir apostando por la franquicia. Tampoco se me ocurre como podría continuar la historia después de un final tan autoconcluyente.

Con “Megamind”, Dreamworks ha querido darle una vuelta de tuerca a las películas de superhéroes contando la versión del villano en vez de la del héroe. Lo malo es que ya empezamos a estar algo saturados de este género en concreto y esta película no aporta realmente nada nuevo. Además, por el público al que va dirigida, no llega a calar si tienes más de 10 años.

Los personajes, aunque bastante típicos, están bien dibujados y se nota un esfuerzo por conseguir giros argumentales que sorprendan al espectador. No llega a conseguirse del todo pero aún así el dinamismo que desprende la historia hace que no llegue a aburrir en ningún momento.

Mientras la veía no podía dejar de pensar en “Los increíbles” de Pixar, ya convertida en un nuevo clásico de la que espero que pronto tengamos continuación.

Conclusión: Está claro que “Megamind” no se puede comparar con otras producciones Dreamworks (“Cómo entrenar a tu dragón”, “Kung fu panda”…) pero sí que supera a la floja “Monstruos contra alienígenas” (lo cual no era difícil). En la película se echa de menos algún momento dramático (tan valorado en otras películas de animación) y como comedia no termina de encontrar su sitio pero aún así es simpática y entretenida.