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Crítica mi amigo el gigante (2016), por albert graells

Publicado el 06 noviembre 2016 por Matias Olmedo @DragsterWav3
CRÍTICA MI AMIGO EL GIGANTE (2016), POR ALBERT GRAELLS
Steven Spielberg es uno de los directores de los que más películas suyas he visto, es un director que me gusta mucho y que es uno de los mejores directores de cine que hay actualmente. Por eso “Mi amigo el gigante” es más decepcionante por cuanto su director es capaz de mucho más y de mucho mejor.
Visualmente la película es una delicia. La fotografía está muy bien trabajada, está muy bien trabajado el uso de la luz. La planificación visual también está muy bien pensada, la composición visual dentro del cuadro y los movimientos de cámara son una muestra más de que Spielberg sabe resolver muy bien visualmente cada escena.
Los efectos especiales son espectaculares, sorprendentes. No sería de extrañar que “Mi amigo el gigante” fuera nominada al Oscar de mejores efectos visuales, porque estos en la película están muy bien integrados con la imagen real.
La música de John Williams es una buena composición, no es el mejor trabajo de Williams pero está bien. Las actuaciones están bien, en general hay un buen diseño de producción, hay un buen trabajo de sonido... ¿Qué es lo que falla entonces? ¿Que es lo que falla en la película que hace que no sea buena pese a que todo lo demás está bien, y en algunos aspectos muy bien? Principalmente dos cosas, es tremendamente aburrida y tremendamente moñas.
“Mi amigo el gigante” tiene un tempo muy lento, todas las escenas son más largas de lo que deberían porque se ha intentado que dé para dos horas una historia que como mucho da sólo para una hora. La película podría haber durado perfectamente la mitad, hay mucho relleno, pero mucho. Hay una escena, por ejemplo, en el último tercio, que es muy larga, y es total y absolutamente prescindible, no aporta nada. Es la escena en que el gigante amigo de la niña protagonista desayuna en el palacio de la reina con la reina y su amiga la niña. Si se quita esa escena la película no pierde nada.
CRÍTICA MI AMIGO EL GIGANTE (2016), POR ALBERT GRAELLS
Es muy frustrante cuando Spielberg trabaja un tempo o un ritmo muy lento porque eso hace que películas suyas que podrían ser muy buenas, por eso mismo, por tener un tempo o un ritmo muy lento, terminan por ser malas. Por ejemplo, “El imperio del sol”, “Amistad”, “War Horse” o “Lincoln” serían obras maestras sino fuera porque son un coñazo, se hacen exasperantemente largas, sobretodo “El imperio del sol” y “War Horse”. En todo lo demás esas películas no sólo están bien, sino que están muy bien, pero la lentitud del ritmo o del tempo hace que lo que podrían haber sido obras maestras terminen por ser malas película. No importa que una película tenga grandes actuaciones, un excelente guión, una magnífica composición musical, una extraordinaria fotografía, etc. De nada sirve todo eso si la película aburre, porque una película no sólo arte, es entretenimiento. La gente no quiere aburrirse, la gente no busca aburrirse, no es divertido aburrirse, no es placentero, la gente no se lo pasa bien aburriéndose. La gente no paga para aburrirse, paga para entretenerse. De nada le sirve a un espectador que las actuaciones estén muy bien, que el diseño de producción esté muy bien, y que la fotografía esté muy bien sino se lo pasa bien viéndolo porque se aburre como una ostra.
¿A cuenta de que “Mi amigo el gigante” dura dos horas si bastaba con que durara la mitad? Porque tampoco cuenta mucho, más bien poco. He visto películas que contaban más en menos de una hora de metraje que los que cuenta “Mi amigo el gigante” en dos horas, y no tenían un tempo o un ritmo frenético. ¿Qué miedo tenía Spielberg a hacer una película de una hora? ¿Creía que por durar menos iba a ser menos buena? Que una película sea buena o mala no depende de que dure más o menos. “Navidades en julio” de Preston Sturges dura sólo una hora y es una película excelente.
Es muy extraño porque Spielberg ha demostrando ser perfectamente capaz de hacer una película con un buen ritmo y un buen tempo, sobretodo películas de aventuras o infantiles, como “Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio”. No se entiende que después de trabajar tan bien el ritmo y el tempo en “Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio” Spielberg haya hecho ahora “Mi amigo el gigante”. ¿Si lo hizo tan bien antes, porque lo hace tan mal ahora?
CRÍTICA MI AMIGO EL GIGANTE (2016), POR ALBERT GRAELLS
Otro aspecto muy negativo de la película, y que la empeora todavía más, es que es muy moñas. No he leído el relato de Roald Dahl en el que se basa la película, de éste autor sólo he leído “Matilda”, pero “Matilda” no era moñas, “Matilda” tenía puntos oscuros en su historia. No sé si es así en el relato de “El gran gigante bonachón” o si también es moñas y la película respeta eso. Sea moñas o no el relato de “El gran gigante bonachón” hay que dejar claro una cosa, la literatura es la literatura y el cine es el cine, son dos medios distintos, por lo tanto la misma historia por narices será distinta en una película de lo que es en un libro. Si algo en una novela está mal o no funciona, al hacer la adaptación no se tiene la obligación de adaptar ese aspecto. Por lo tanto si una novela es moñas no hagas moñas la película, y si la novela no es moñas pues entonces tampoco tienes necesidad de hacer moñas la película.
Esta moñería hubiese estado muy bien que Spielberg la hiciera a finales de los 70 o principios de los 80, porque en aquella época los niños, que es el público mayoritario al que va destinado la película (a parte de los aficionados a Roald Dahl), lo que habían visto o veían era “Kung Fu”, “Bonanza” y “Pippi Calzaslargas”. Pero los niños del siglo XXI lo que ven o han visto es “Digimon” o “Detective Conan”, que son propuestas para un público infantil pero que tienen puntos oscuros. “Detective Conan” es un niño de seis años que no hay semana que no vea un cadáver de alguien brutalmente asesinado o alguien intenta matarle, y “Digimon” plantea una psicología y relación de personajes que son niños mil veces más adulta que “Mi amigo el gigante”.
Spielberg puede hacer “La lista de Schindler”, “Munich” o “El puente de los espías” tantas veces como quiera, ese es el Spielberg que yo quiero ver, no el Spielberg que, en vez de hacerme “Evangelion”, me hace “Las tres mellizas”, por ejemplo, y salvando las distancias entre Roser Capdevila y Roald Dahl.
Mi calificación es:CRÍTICA MI AMIGO EL GIGANTE (2016), POR ALBERT GRAELLS

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