Crítica | Nunatak: Rompe el cielo con su último disco

El Tiempo de los Valientes[Dro / Warner]★ ★ ★★
[Teresa Cerón López] @ecosdelvinilo
Nunatak es un término groenlandés que designa una cumbre montañosa que sobresale de una capa de hielo. La banda cartagenera de pop-folk formada por Adrián Gutiérrez, Alex Dumdaca, Fernando Besada, Gonzalo Ruiz, Pedro Hernández y José Manuel Lucas, no podría haber elegido mejor nombre para la formación. Sus canciones nos llevan de la mano a una especie de imaginario entroncado con la naturaleza, el azul del Mediterráneo que baña nuestra ciudad, la arena de nuestras playas y nuestro espíritu científico.Acaban de sacar un nuevo disco, El Tiempo de los Valientes, editado por Warner y producido por Raúl de Lara. Y es que nadie como ellos para hablar de coraje, de resistencia y de valentía en estos duros tiempos que corren; lo hacen con sobrada naturalidad a lo largo de diez canciones que traducen distintos estados de ánimo y nos exhortan a vivir.El disco se abre con Bestias Sedientas, una canción rompedora que conjuga a la perfección la potencia y grandeza que la banda ha ido adquiriendo a lo largo de estos dos últimos años.Con una letra cuidadísima, estrofas como: ”Agotas todo el aire alrededor y piensas que tu mierda  aun huele mejor. No necesito más para sobrevivir. Alguien a quien amar, versos que hablen de ti” abren paso a las dosis de realidad que inundarán la grabación. En Bestias Sedientas el universo de la banda se expande a otra dimensión gracias a un coro grupal perfectamente engrasado.Romper el Cielo fue el primer adelanto que los cartageneros regalaron a sus seguidores. Es una especie de aguacero musical. Una lluvia constante y rítmica. Un canto a la percusión encarnado en la figura de dos científicos de otra época que, aún sabiendo que la sociedad nunca los entenderá, deciden no renunciar a un fabuloso invento que se traen entre manos y al hacerlo explotar, comprueban que el cielo se rompe.La entiendo como un duelo épico entre el temido miedo que a todos nos acompaña en algún momento de nuestra vida, y el valor para afrentar al monstruo que nos impide salir de nuestra zona de confort.A Miles de Kilómetros es el tercer corte. Una joya pop que contagia luz e irradia autenticidad. En ella se rinde tributo a todas aquellas personas que se han ido uniendo en el camino. Es un viaje en carretera, es también confidencia y pena. Es un homenaje al equilibrio y la convivencia bajo el grito: ”Este viaje infinito acaba de empezar”.Le sucede Disonancia Perfecta, la cual posee un tempo mucho más moderado.  Creo sin temor a equivocarme que su atractivo radica en la fuerza del coro. Es más, el coro grupal es el verdadero protagonista de Disonancia centrando toda la atención del oyente. Es otra vuelta de tuerca perfectamente orquestada por la banda, es una canción que asume riesgo y nos obliga a reconocer que Nunatak ha crecido como agrupación en sus letras: ”No pierdas tiempo esperando la escena ideal. No hay un momento correcto y beso ideal. Sin miedo, sin miedo...”.Susurro en el Viento es un cuento pop luminoso con música y letra envolventes. Recuerda a los orígenes del grupo y al oírla por vez primera, aparecieron en mi mente las imágenes de sus primeros videoclips entre naturaleza y espacios abiertos que te sacan una sonrisa de satisfacción. Es la predecesora de la tenebrosa Nadie nos va a Salvar, un experimento perfecto de sintes ochenteros, electrónica y percusión. La letra reza esperanza aún en mitad de un caos espantoso: ”Descifre el final, esta vez no habrá paz...Nadie nos va a salvar”. La pérdida te vacía y el valor te fortalece si tienes claro que nada está en tus manos.Aún Respira viene acompañada de un videoclip fabuloso, dirigido por Adrián Gutiérrez  con estética pop y reminiscencias de musical. Posee una melodía sureña cargada de matices y cuenta con la colaboración de Carlos Madrid en la letra. Lo clásico y la vanguardia se toman la mano en un tema que vuelve a dejar patente la dualidad entre la oscuridad y la luz  como esperanza: “Si sientes bien, sientes que aún respiras”...El séptimo corte da título al disco. En palabras del propio grupo es: “un homenaje a las madres”. Se vislumbra como un futuro himno, aunque en realidad, cualquier canción de El Tiempo de los Valientes tiene atributos para serlo. La letra es estremecedora: ”Los miedos que enterré son peldaños bajo mis pies. Ellos me hacen ser más fuerte”.Esos “ellos”, son nuestros hijos y los “miedos”, las adversidades que toda madre debe enfrentar cuando decide traer una criatura al mundo desde el primer instante de su gestación. Las voces son poderosas y rítmicas, se palpa la producción de Raul de Lara entre arreglos de cuerdas precisas.Y casi llegando al final de este impactante viaje nos aborda Sigues en Pie, una canción que rompe techo y es puro equilibrio entre coro y estribillo. Resume perfectamente la esencia de los Nunatak en directo: derroche de sonido expansión, alegría y dinamismo.El disco cierra con el lamento de un desdichado explorador, protagonista de El Espejismo. Un auténtico punto de inflexión que cierra un LP que amplía el universo de mis paisanos, pero sin perder de vista la esencia que los caracteriza. Otra vez vuelven a regalarnos frases demoledoras a través de bocas ajenas. Frases que  hacen pensar en tu papel como ser humano y en si merece la pena tanto dolor. El protagonista de El Espejismo lucha por encontrar el azul del mar en su ardua travesía, pero “tropiezo en mi mediocridad” se dice a sí mismo entre el cansancio y la desesperación.
Es el broche de oro a un disco humanista, explosivo, solo apto para valientes. Sonoro y maduro. Un disco en el que se combina el pop, el folk, el rock, los sintes, las atmósferas claustrofóbicas y las capas de voces con unas poderosas letras que convierten a Nunatak en una banda imprescindible dentro y fuera de España.
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