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Crítica star wars. episodio iii: la venganza de los sith (2005), por albert graells

Publicado el 11 enero 2016 por Matias Olmedo @DragsterWav3
CRÍTICA STAR WARS. EPISODIO III: LA VENGANZA DE LOS SITH (2005), POR ALBERT GRAELLS
Introducción: ¡Guerra! La República se desmorona bajo los ataques del despiadado Lord Sith, el Conde Dooku. Hay héroes en ambos bandos. El mal está por doquier. En una contundente jugada, el diabólico líder droide, el General Grievous, ha irrumpido en la capital de la República y ha secuestrado al Canciller Palpatine, líder del Senado Galáctico. Mientras el ejército droide separatista trata de huir de la capital sitiada con su valioso rehén, dos Caballeros Jedi lideran una misión desesperada para rescatar al Canciller cautivo...
"La veganza de los sith" es la mejor entrega de la segunda trilogía de Star Wars, resulta incluso mejor película que "El retorno del Jedi", la irregular tercera entrega de la primera trilogía. "La venganza de los sith" termina por ser una excitante conclución de la segunda trilogía de Star Wars, un emocionante punto y a parte de la saga.
"La venganza de los sith" es realmente una película bastante buena, sobretodo comparada con sus antecesoras. Tiene menos defectos y más virtudes. George Lucas mostró en "La venganza de los sith" escenas que quedan grabadas en la memoria del espectador y que son sencillamente impresionantes.
Primeramente y ante todo hay que agradecer a George Lucas que mantuviera a Jar Jar Binks lo más desapercibido posible. En "La venganza de los sith" el sujeto sólo aparece en dos escenas, apenas unos segundos, y no dice absolutamente nada, no tiene ni media sílaba de diálogo, se calla la boca. Eso algo que todos los fans de Star Wars le estamos muy agradecidos a George Lucas. Sólo eso ya sitúa a la película muy por encima de sus antecesoras.
Hayden Christensen mejora destacablemente su actuación con respecto a "El ataque de los clones". Sigue habiendo momentos dónde Christensen no resulta muy convincente, pero realmente en "La venganza de los sith" se ve que trabajó mucho su interpretación. Sólo hay que ver el momento en que Padme le revela a Anakin que está embarazada. La reacción que muestra Christensen es fantástica. Para Anakin el hecho de que Padme esté embarazada es un problema, no es algo que le guste oír. Pero al mismo tiempo le parece maravilloso que vaya a ser padre, para él es una sensación de felicidad inmensa. Christensen consigue mostrar precisamente eso, y lo hace a la perfección. Con pocas lineas de diálogo consigue transmitir asombro, miedo y felicidad. Y consigue que el espectador sienta eso mismo. Christensen consigue que el espectador sienta lo que siente el personaje. Que me parta un rayo si eso no es una excelente labor de actuación.
CRÍTICA STAR WARS. EPISODIO III: LA VENGANZA DE LOS SITH (2005), POR ALBERT GRAELLS
Esa escena no es la única en la que Christensen muestra una labor interpretativa realmente trabajada. En la mayoría de las escenas se le ve con una gran presencia, y sobretodo en el último tercio, cuando Anakin muestra dudas y muestra tener miedo. O cuando se pasa al lado oscuro de la fuerza, Christensen se ve muy intimidante, realmente se ve como Darth Vader. A pesar de lo que puedan objetar algunos (o muchos), creo que la elección de Christensen como Anakin Skywalker, aunque seguramente no fuera la mejor, desde luego sí que fue acertada.
Otro aspecto en el que "La venganza de los sith" supera a "El retorno del Jedi", a parte de que no salen los ewoks, es la introducción. Mientras que en "El retorno del Jedi" el rescate de Han Solo toma casi 40 minutos (se come casi una tercera parte del metraje de la película cuando podía haber tomado perfectamente 20 minutos), en "La venganza de los sith" el rescate del Canciller Palpatine toma poco más de veinte minutos. Es sin duda una gran introducción. Hay batallas especiales, duelos de sables láser, robots disparando, y la presentación de un curioso e interesante villano, además de la muerte de otro villano. Es una introducción con energía, imaginación, y también un poco de comedia.
Otro elemento destacable de la película, y es algo que cabe apreciar, es el trabajo interpretativo de Ewan McGregor. No sólo porque haga una buena interpretación en sí, que también, sino porque consigue capturar el carácter que Alec Guinnes le dio al Obi-Wan Kenobi mayor y transmitirlo en el Obi-Wan Kenobi joven. Realmente Ewan McGregor luce como luciría Obi-Wan Kenobi en su juventud, un caballero sabio pero a la vez un experimentado Jedi.
Pero sin duda es Ian McDiarmid el interprete que más se luce en "La venganza de los sith" haciendo de Canciller Palpatine/Darth Sidious/Emperador. Mientras su personaje pasa por Canciller, McDiarmid se expresa de forma sutil y moderada, pero poco a poco, a medida que avanza la película, McDiarmid se muestra más enérgico interpretativamente, y cuando se descubre como Darth Sidious y después se convierte en Emperador, entonces ya sencillamente deja de contenerse y exagera su actuación hasta momentos que llegan a ser casi ridículos. Hace un Nicolas Cage. Pero está bien, porqué el personaje pide una actuación exagerada. Cuando el personaje deja de disimular, el actor deja de contenerse. La actuación de McDiarmid evoluciona del mismo modo que lo hace el personaje. Y sabe exagerar bien, coherentemente. Nunca da la sensación de no tomárselo en serio, todo lo contrario, la intensidad con la que actúa, y que gradualmente aumenta, resulta muy interesante. Realmente es una notable interpretación.
CRÍTICA STAR WARS. EPISODIO III: LA VENGANZA DE LOS SITH (2005), POR ALBERT GRAELLS
Debo mencionar también el mejor momento no sólo de la película, sino también de toda la segunda trilogía de Star Wars. Me refiero a la escena de la ópera, cuando Anakin entra en el balco del Canciller Palpatine y los dos se ponen a hablar. Hay tres motivos principales por el que esta escena es tan buena. Primero que muestra como un Maquiavelo conspira para provocar el declive de un sistema democrático, vemos como un fascista se apropia de la palabra democracia para conseguir sus fines antidemocráticos, vemos como un fascista se hace llamar demócrata para acusar a los demócratas de fascistas, eso es algo que sucede mucho en la política y es un reflejo de las maquinaciones políticas que muchos utilizan para conseguir el poder de manera ilícita. Segundo porque vemos con una atmósfera de misterio una pequeña muestra de la mitología de Star Wars, lo cual está muy bien porque toda saga fantástica (Harry Potter, El señor de los anillos, Juego de Tronos, etc) tiene su propia mitología, y en los primeros dos episodios de la segunda trilogía no hay ninguna mención a esa mitología, y en la primera trilogía la mitología es brevemente mencionada, pero sin embargo en "La venganza de los sith" Lucas nos regala una evocación muy digna a la mitología del universo de Star Wars. Y tercero porque la escena resume lo que es la película, una ópera, una colosal historia shekaspeareana acompañada por una música apabullante.
Precisamente ese es uno de los mejores aspectos del film, la música compuesta por John Williams, con temas dramáticos, románticos, de aventura, pero también de acción, de tragedia, de lucha, de épica. La música engrandece la historia, hace que sea más emocionante, y que el espectador sienta la intensidad con el que los personajes viven lo que les sucede. La música hace que el espectador vea "La venganza de los sith" como si estuviera viendo una ópera.
Sin embargo estropea destacablemente el conjunto el excesivo, abusivo y saturado uso de los efectos digitales para casi absolutamente todo. Es evidente que en una película de ciencia-ficción de las características de Star Wars es inevitable el uso de efectos digitales, pero los efectos digitales terminan por resaltar de manera evidente la falsedad de aquello que se pretende recrear cuando se puede hacer realmente, como los decorados. Hay momentos en que los escenarios, que podrían haber sido perfectamente decorados construidos, cantan bastante que son efectos digitales, cuando eso no debería pasar. Para ser efectivos los efectos digitales deben pasar desapercibidos, hacer creer al espectador que lo que ve es real, que no es algo recreado digitalmente. En eso "La venganza de los sith" falla en bastantes momentos, lo que termina por bajar la calidad del resultado final del film.
CRÍTICA STAR WARS. EPISODIO III: LA VENGANZA DE LOS SITH (2005), POR ALBERT GRAELLS
No puedo terminar esta crítica sin antes destacar una escena muy significativa del film. El momento en que Anakin Skywalker se convierte definitivamente en Darth Vader, cuando los médicos del Emperador lo están reconstruyendo, debido a heridas terribles, transformándolo en el Darth Vader que todos conocemos (escena que recuerda a cuando en "Dragon Ball Z" reconstruyen a Frezer después de que su cuerpo quedara destrozado en su lucha contra Goku), esa escena es intercalada con la escena de Padme, esposa de Anakin, dando a luz. En esa escena somos testigos de la transformación de Anakin en padre, un padre monstruoso que no quiere morir. Su respiración profunda es el sonido del padre, del padre primordial freudiano, de ese padre obsceno superpoderoso, la personificación del Superego, que cinematográficamente siempre ha sido un componente subjetivo de destacados personajes malvados, como la madre de Norman Bates en "Psicosis". Es destacable como George Lucas construye tan bien una intercalación entre la escena del nacimiento de Luke y Leia y la transformación definitiva de Anakin Skywalker en Darth Vader para mostrar la subjetividad del mal.
Lo mejor: La música de John Williams.
Lo peor: La manía de George Lucas en abusar de los efectos digitales.
Mi calificación es:CRÍTICA STAR WARS. EPISODIO III: LA VENGANZA DE LOS SITH (2005), POR ALBERT GRAELLS

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