Revista Cine

Crítica Terror en Chernóbil

Por Cinéfilo Criticón @cinefilocritic

Fantasías mutantes

 ★★☆☆☆ 

Esta es una historia que hemos visto un buen número de veces: donde turistas son aterrorizados por fuerzas extrañas que los obligan a gritar, correr, llorar y seguir corriendo.

Con leer el título y la sinopsis, bien se pueden dar una idea a donde todo este asunto nos lleva.

Un grupo de seis jóvenes buscan emociones extremas, de esas que uno puede contar a sus amigos cuando regresen a casa. Así que se consiguen un guía , Uri (Dimitri Diatchenko), quien los llevará a las ruinas de Chernóbil para disfrutar de una experiencia inolvidable.

El grupo esta integrado por desconocidos actores, quienes hacen lo mejor por comportarse perplejos al conocer la historia trágica del accidente nuclear, ver sus ruinas y empezar a fastidiar al pobre de Uri cuando el transporte misteriosamente sufre un desperfecto que les impide salir de tal desolador sitio.

Crítica Terror en Chernóbil

Hasta ahí, la película cumple en mantener nuestra atención por el uso de locaciones novedosas, aunque no se trate del mismo lugar que dice representar.  Es inevitable no sentir algo al ver un edificio alguna vez habitable en ruinas o la rueda de la fortuna que alguna vez servía de entretenimiento para familias, ahora toda abandonada y oxidada.

Uno pensaría que es suficiente el suspenso creado en la casi media hora conociendo el lugar, es sólo que cuando llegan los momentos de “terror” estos carecen de impacto porque de nuevo los creadores se olvidan de hacer interesantes los personajes, los mismos  por los que se supone debemos simpatizar.

Con algunas facetas que se reducen a unos hermanos con sus respectivas novias y una pareja de noruegos con extraño acento, es muy difícil no verlos como un montón de víctimas desechables que se buscaron su propia tragedia y por lo tanto no existe el deseo para que uno como audiencia quiera que este grupo de turistas logre salir de tan terrible lugar para contar sus anécdotas.

El uso de la cámara portátil que se tambalea de un lado a otro, de nuevo hace su trabajo de provocar ansiedad en los espacios cerrados y ayuda a crear la emoción requerida que tanto se necesita, aún cuando no hay nada decente por espantarse.

Encima de todo hay que creer en la inverosímil amenaza que obligaría a morirse de vergüenza las ‘Tortugas Ninja’,  al tener unos parientes no muy amigables persiguiendo carne fresca como si se trataran de animales.

Crítica Terror en Chernóbil

Debido a que se encuentran cubiertos en oscuridad, nunca se alcanza a ver con detalle las criaturas que deambulan por tan desolador sitio, pero es sí, al parecer son resistentes a las balas ya que en varias ocasiones les disparan sin consecuencias. Son como zombies económicos, a los que no tienes que esforzarte en maquillaje o efectos visuales.

No hay sorpresas o variación a la fórmula. Ya sólo esperas a ver quien es el siguiente en desaparecer en la oscuridad mientras se la pasan corriendo de un lado a otro por un buen número de edificios.

Con excepción de una escena en donde se nos pide nuestra atención viendo un niño parado, esperando sepa qué, creando suspenso para después recompensarlo con algún susto. El resto carece de emociones fuertes para poder soportar el breve tiempo de duración que hasta se siente como horas enteras.

Ya sinceramente después de tanta persecución, lo único que me mantuvo entretenido  fueron las variadas locaciones que presenciamos, siendo uno de las mejores el supuesto centro de mando del reactor nuclear.

Después de esperar que el desenlace logre cerrar con decencia un ejercicio que no propone demasiado, se hunde más con una absurda explicación sobre el origen de los habitantes que representan un insulto para la ciencia y de paso para los sobrevivientes de la catástrofe.


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