Revista Cine

Crítica transformers: la era de la extinción (2.014). por...

Publicado el 14 agosto 2014 por Matias Olmedo @DragsterWav3
CRÍTICA TRANSFORMERS: LA ERA DE LA EXTINCIÓN (2.014). POR ALBERT GRAELLS
Sinopsis: Cuatro años después del asedio de Chicago el gobierno ha dado caza a los transformers, acabando con todos los decepticon y casi con todos los autobots, de los que sólo quedan Optimus Prime, Bumblebee, Hound, Drift y Crosshairs. Harold Attinger, un veterano agente de la CIA, utiliza la tecnologia rescatada para diseñar sus propios transformers, y deja el proyecto en las manos de Joshua Joyce, un empresario multimillonario que pretende sacar tajada. Mientras tanto Cade Yeager, un ingeniero inventor a punto de perder su granja, compra en una subasta un camión atrotinado que resulta ser Optimus Prime. Cuando los descubren, tanto Optimus como Cade, su hija y el novio de esta son perseguidos por James Savoy, un agente rencoroso que perdió a su familia en el asedio de Chicago, y Lockdown, un cazarecompensas transformer que colabora con Attinger para poder llevarse a Optimus con "los creadores".
La cuarta entrega de la saga Transformers resulta, mayormente, decpcionante, no sólo en su concepción sino también en su realización. A diferencia de en las tres anteriores entregas, en "La era de la extinción" Michael Bay no estaba motivado para dirigirla, y eso se aprecia en la estructura narrativa y en el acabado visual. Bay está hasta las narices de los transformers, de los decepticon, de los autobots y del mecánico que los repara. La cuarta parta de "Transfomers" la ha tenido que dirigir por narices, porque sino no le financiaban "Pain & Gain", que en definitiva era lo que tenía ganas de hacer. Y como no tenía ganas de hacer "La era de la extinción", pues la ha dirigido sin ninguna motivación, con total desgana y sin esforzarse lo mínimo para hacer un buen trabajo. De ahí que las escenas de acción con los transformers y con las naves espaciales y con los efectos especiales resulten aburridas y nada emocionantes, porque Bay se limitó a hacer lo que ya había hecho tres veces antes. Bay ha dirigido "La era de la extinción" con el piloto automático puesto y teniendo la cabeza en otro sitio, pensando en cualquier cosa del mundo mundial menos en los transformers.
De hecho, las escenas mejor filmadas de "La era de la extinción" son las que no aparecen los transformers, escenas que recuerdan a anteriores trabajos de Bay, como "Pearl Harbor" o las dos entregas de "Bad Boys". Las escenas de la granja, fotografiadas con una luz cálida, encuadrando el atardecer una y mil veces, o las escenas con Kelsey Grammer y Stanley Tucci, fotografiadas con una luz más tenue. Eso es lo que le gusta rodar Bay, y es lo único de "La era de la extinción" que luce muy bien, las escenas que hacen recordar a los anteriores mejores trabajos del director.
Todo lo demás, las escenas de acción y los transformers y los efectos especiales, resultan aburrido y tedioso, porque "La era de la extinción" no deja de ser la misma película rodada por cuarta vez pero con mucho más metraje completamente innecesario. En esta cuarta entrega no hay nada que no se haya visto en las tres anteriores películas de "Transformers" o en cualquier otro trabajo de Bay, que aquí únicamente se repite una y otra y otra y otra vez.
El guión no es para tirar cohetes, de hecho es bastante mejorable. Las tramas que protagonizan Grammer  y Tucci resultan las más interesantes, la trama de los transformers luchando por sobrevivir importa más bien poco a nada, y la trama de Mark Wahlberg y su hija y el novio de esta resulta irritable y tediosa. No sé cuántas películas he visto ya en que un padre quiere que su hijita del alma sea feliz, pero en cuanto la chica se enamora al padre le falte tiempo para coger la novio y matarlo a hostias, pretendiendo que su hija sea feliz estando sola y siendo virgen el resto de su vida.. Ese ilógico comportamiento esquizofrénico impide que el espectador sienta empatía por dicho personaje, y si ese personaje resulta ser el protagonista entonces la historia principal pierde interés, sobre todo cuando muchos de los diálogos son ridículos y/o absurdos.
Mark Wahlberg es un actor bastante bueno, y aquí actúa bien, por mucho que su personaje debería estar un poco mejor construido. Wahlberg intenta que su personaje reciba un poco de cariño por parte del espectador, y lo consigue, salvo en los rifi-rafes con el novio de su hija, que ya entonces su personaje se vuelve irremediablemente irritable. Grammer y Tucci son los secundarios de lujo, y son actores tan buenos que no hace falta insistir en lo bien que lo hacen y lo genial que interpretan a sus personajes.
El personaje de Jack Reynor es de los que están más mal construídos, su personaje sí que es esquizofrénico. A ratos parece un tipo duro de películas de acción como Jason Statham, y otras veces parece como el personaje de Shia LaBeouf y no deja de gritar y agitar el cuerpo histéricamente. Ni el actor ni el personaje al que interpreta convencen. La hija de Wahlberg está enamorada de un chico que, qué casualidad, es un buenorro con cuerpo danone, con una cara de niño bonico, y con un cochazo para alucinar. Ahora no recuerdo ninguna película en que la chica no se enamore de un modelo de pasarela que tiene unos abdominales con los que se puede rallar queso parmesano: "Carrie", "Taken 2", "Crepúsculo" (en éste caso de dos tíos buenorros), "Los juegos del hambre" (otra que tal), "Meet Joe Black", "Sin salida", "Pearl Harbor" (otra que no se conforma con un solo cuerpo danone), "El indomable Will Hunting"... en fin, los ejemplos son incontables. En la vida real los héroes no son así: tienen barriga, o tienen los dientes mal colocados, o son calvos, o les queda mal la barba, o tienen que ir al trabajo en autobús, o viven en un cuchitril, o todas o algunas de esas cosas juntas. Y quizá no salven unas cuantas veces el planeta Tierra de unos alienígenas metalúrgicos, pero la gente valiente capaz de sacrificarse y arriesgarse por los demás muchas veces tienen esos defectos y muchos más. Sus vidas son un desastre, no tienen una casa genial, y ni siquiera tienen coche. El cine no refleja esta realidad, la mayoría de las veces, y "Transformers" no es la excepción. Si hubiesen hecho "La era de la extinción" con protagonistas humanos más reales, más representativos, el resultado hubiese sido más llevadero e incluso entretenido.
Pero el guión tiene dos aspectos positivos. El primero es que los persones cómicos, y eso sí es una mejora en cuanto a las anteriores entregas, están más y mejor regulados. Ya no tienen diálogos vergonzosos, ni su presencia es un lastre para el film, y su tiempo en pantalla es el correcto, no más de lo necesario.
Además la historia de "La era de la extinción" es claramente anticapitalista y antirepublicana. Anticapitalista no sólo por los innumerables destrozos de vallas publicitarias de Victoria’s Secret i Leo Meesi en calzoncillos que se aprecia en el film, sino también por la mirada crítica al progreso tecnológico y a la expansión económica sin control ético y moral, que se ve reflejada en el personaje de Tucci, claramente inspirado en Steve Jobs. Y antirepublicana por el personaje de Grammer, que refleja, sobre todo por su discurso, el conservadurismo extremista del Tea Party, y recuerda al mensaje que se usaba en el gobierno de Bush, que para defender la democracia había que limitar los derechos y las libertades. Está muy bien que un film como “Transformers” tenga una mínima crítica social y política, por desgracia ese mensaje queda prácticamente oculto bajo una infinita y saturada capa de efectos especiales.
En cuanto a la música éste no es el mejor trabajo de Steve Jablonsky. Lo mismo que con Bay él también estaba hasta las narices de hacer la misma composición por cuarta vez. No se oye ni un ápice de la épica, de la emoción, de la grandiosidad, de la inmensidad que se aprecia en muchas de las composiciones de Jablonsky. “El juego de Ender” o “Steamboy”, sin ir más lejos, son los mejores trabajos de éste genial compositor, que sin embargo en “La era de la extinción” parece que ha hecho la música teniendo depresión y ansiedad a la vez.
Los efectos especiales, por supuesto, son inmejorables, perfectos, alucinantes… pero son un coñazo. Serán todo lo bueno que se quiera pero son los mismos que ya vimos en las tres anteriores entregas de “Transformers”, y hay tantísimos efectos especiales durante tanto rato que al final cansa al espectador. Además, el diseño de dos de los autobots es ridículo, uno con aspecto de samurái, y el otro con aspecto de Santa Claus, fumando puro además. Cosas así que hace que los efectos especiales luzcan realistas pero no creíbles.
Como conclusión, “Transformers: La era de la extinción” es una secuela completamente innecesaria, y un película aburrida, tediosa y demasiado larga. No merece la pena verla, y desde luego no invita a ver les futuras secuelas. No hace falta verla porque ya la hemos otras tres veces.
Mi calificación es:CRÍTICA TRANSFORMERS: LA ERA DE LA EXTINCIÓN (2.014). POR...

Volver a la Portada de Logo Paperblog