Revista Cultura y Ocio

Críticas literarias - luis landero

Publicado el 14 febrero 2010 por Antonioparrasanz

El don de fabular

La capacidad de fabular es un regalo del destino, un don celestial, llámese como se quiera, pero se tiene o no se tiene, es decir, que las musas son generosas o no lo son; ahora, cuando se tiene, se convierte en una joya digna de ser utilizada en todo momento. Luis Landero tiene ese don, lo cual es sabido ya desde hace muchos años, pero en esta ocasión ha decidido ser todavía más generoso y entregarle el don al protagonista de esta novela, para que sea él mismo quien narre una serie de extrañas y a veces estrambóticas peripecias.

Peripecias que, curiosamente, él casi no ha protagonizado, porque ha sido más un hombre contemplativo que un hombre de acción, y aparte de cometer algunos exabruptos verbales con algún desconocido callejero, o de haber seducido a una vecina con ansias de coqueta y vientos de mujer infeliz, este hombre inmaduro lo que ha hecho casi siempre ha sido mirar, pero mirar con la atención microscópica de un taxidermista, mirar y guardarlo todo para ir sacándolo, años después, tendido en la cama de un hospital, en esos momentos oscuros en que la sombra de la muerte viene con el libro de cuentas bajo el brazo para ver cómo resulta el balance, y lo saca para entregárselo a una mujer que le escucha.


CRÍTICAS LITERARIAS - LUIS LANDERO

Por esos ojos, al tiempo que por estas páginas, han pasado seres disconformes con el destino que les había tocado vivir, nómadas que soñaban con tener una familia estable, sedentarios que querían ser aventureros o descubridores, fontaneros cachazudos que rechazan chapuzas para seguir en su tertulia, tipos que apenas se movían, vecinos que vampirizan a los recién llegados bajo el pretexto de un exceso de atenciones, o mujeres que se solazan pomadeándose la una a la otra… Y todos reunidos en un bar, el Maracaná, en el madrileño barrio de Chamberí, una atalaya desde la que observar pasar la vida y decidir, llegado el caso, si uno se sube a su carro, o tal vez lo deja pasar pañuelo en mano.

Puede ser que algún purista crea que no hay argumento en esta novela, que es sólo la concatenación de posibles argumentos frustrados, pero se equivocaría, o tal vez no conozca bien la esencia creativa del autor extremeño, y lo que es aún mucho peor, olvidaría antecedentes de relatos o historias encadenadas que tuvieron su origen en nuestro pasado literario más glorioso. Lo dicho, ojalá que la legendaria pasión de contar siga viva durante muchísimos años en las expertas manos de Luis Landero.

‘Retrato de un hombre inmaduro’. Luis Landero.

Editorial: Tusquets. Barcelona, 2009. 234 páginas.

(DIARIO LA VERDAD, "ABABOL", 13/02/10)


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