Revista Cine

Critiquita 422: Astro City: Victoria, K. Busiek, B. Anderson y G. Nolan, DC-ECC 2014

Publicado el 07 octubre 2014 por Lord_pengallan

Astro City ya ha pasado por aquí varias veces así que quizás recordéis que principalmente lo sigo por inercia. Como sale de ciento en ciento no presiona y, aunque mediocre, es original. 
Critiquita 422: Astro City: Victoria, K. Busiek, B. Anderson y G. Nolan, DC-ECC 2014
Lo bueno de este tomo es que es bueno. Por encima de la media. No estamos ante nada extraordinario, es Busiek, pero sí hemos salido de la mediocridad durante un rato. Este tomo son 3 historias, una que ocupa 4/6 del tomo y luego 2 autoconclusivas. La 1º es la arena porque las otras 2 son flojas y no aportan nada. Vaya por delante que a mi me gusta Astro City cuando las historias las protagonizan superhéroes y ese es el caso del 1º relato (también de los otros). En un principio no es nada original ya que es una historia de Superman, Wonder Woman y Batman, pues aunque Busiek se ha ocupado de que no le puedan acusar de plagio eso es lo que son Samaritano, Victoria Alada y Confesor. Además, en su momento era original y transgresor hacer que Samaritano y Victoria Alada estuviesen enrollados, pero ahora no porque eso lo ha asumido DC en un intento desesperado por atraer la atención sobre 2 pilares de su Universo que cada vez conectan menos con el público por ser viejunos y coartar la creatividad. En fin, que la historia es convencional y simple, pero lo que ha marcado la diferencia esta vez es que Busiek la ha usado para decir algo personal. Por ello no importa esa convencionalidad y simpleza. El estadounidense deja por un momento de expresar los lemas ñoños de nuestro tiempo (todo el mundo es un héroe, la gente humilde siempre es buena, si trabajas obtendrás lo que buscas...) para mojarse diciendo que hay que superar los orígenes de Wonder Woman. Ella nació para revindicar a la mujer y en manos de los guionistas se acabó convirtiendo en alguien sectario. Sólo ayudaba a los suyos, a las mujeres, una actitud algo antipática teniendo en cuenta que el público mainstream, hasta ayer, era aplastantemente masculino que explica el que, a pesar de su longevidad e importancia, no es popular como Superman o Batman. La historia de Busiek dice que los tiempos han cambiado, que la mujer ya ha sido revindicada, aunque el patriarcalismo sigue proyectando una oscura sombra. Todos sabemos ya que una mujer es igual de capaz que un hombre y que el heroísmo no es cuestión de sexo por ello en el panorama (cuasi)horizontal en que nos encontramos alguien sectario está fuera de lugar. Así, en esta historia vemos evolucionar a Wonder Woman admitiendo que no sólo las mujeres necesitan ayuda, que muchos de sus problemas también lo tienen los hombres, también pueden ser sujetos débiles en determinadas circunstancias, e integrándose en la sociedad que ya no es patriarcal. Construir desde fuera ha sido eficaz y por ello ya no se sostiene esa distancia y ese sectarismo en la vertiente profemenina (más que feminista) de Wonder Woman; Victoria Alada no tiene la dimensión pacificadora de la amazona de DC. Este mensaje de que la mujer ya no debe ir sola porque ha demostrado que es un igual es lo que aporta solidez a esta historia que, como os he dicho, en la superficie es muy convencional, si bien al contar con la ventaja de la ausencia de continuidad Busiek ha podido aprovecharse del misterio ya que los lectores no teníamos elementos para especular. No obstante también ha captado bastante bien la tensión que sufre Victoria Alada en este período crítico que es esta historia. El estadounidense acierta plenamente en su forma de humanizar a su superheorína, el aspecto clave de toda historia heroica. Victoria Alada sacada por sorpresa de su zona de confort y totalmente desorientada y autocuestoniándose es lo que salva a esta historia, que es un born again en toda regla, de ser un mero panfleto ya que con ello Busiek ha dado alma a la historia y así el relato no ha sucumbido ante el discurso.
Siendo así las cosas duele que las 2 historias que completan este tomo caro, las tapas duras le sobran pues es una obra del montón,  sean flojas. Es denunciable la carencia de imaginación en la historia que se ocupa del ayudante del Hechicero Supremo del universo de Busiek y en la historia del villano que no puede dejar de serlo.
A los dibujos tenemos al dibujante regular de la serie, B. Anderson, un tipo tosco y torpe al que le viene grande su opción por el realismo, que si bien no estropea la labor de Busiek, nunca la ha hecho más atractiva. No sólo es que su dibujo es muy mediocre, es que su narrativa es aburrida. No puedo decir que lo hace mal, pero desde luego el trabajo de Anderson jamás ha brillado, ni siquiera durante una viñeta. Cierra el tomo (con las portadas en una galería en vez de en su sitio) G. Nolan que hace grande a su compañero porque su dibujo es muy simple y muy limitado y sin originalidad y sin personalidad. Espero que no sea el sustituto de Anderson porque el tipo está todavía muy verde. Debería hacer las practicas en otro sitio. Lo único que no necesita Astro City es tener un dibujante que haga áridos los habitualmente mediocres guiones de Busiek.
En fin, pues un tomo más de esta serie en donde lo autoral se confunde con lo industrial, que para variar está bien. Lo mejor es que vuelve a demostrar que los superhéroes aún tienen mucho potencial al dejar claro que lo que pasa es que están muy mediatizados por la editorial y las ideas preconcebidas del gran público. Ese seguramente sea el valor de esta serie. El hacernos ver que la forma clásica de narrar superhéroes no está agotada. Busiek demuestra que el problema actual no es la caducidad sino el inmovilismo. No es necesario una revolución, aunque tampoco es que eso venga mal, si nos movemos dejando atrás lo trillado. Eso es en el fondo lo que nos dice la historia de Victoria Alada. Los superhéroes están conectados a su Tiempo por lo que nunca se agotan. Lo que se agota es la forma de explotarlos. 

Volver a la Portada de Logo Paperblog