Revista Música

Croce – black

Publicado el 04 febrero 2016 por Perendengon

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Hola Graminoleños.

En la entrada de hoy tenemos doble ración. En primer lugar, y a petición de una persona tan sensible e impresionante como mi amiga Ana, vamos a dedicarle un pequeño homenaje a uno de esos intérpretes no demasiado conocidos y a los que la desgracia abrazó contundentemente. Me estoy refiriendo al cantautor norteamericano Jim Croce.

Una persona muy humilde, de clase trabajadora cuya pasión fue la música y después de mucho pelear, de dejarlo y retomarlo, por fin consiguió triunfar. Desgraciadamente el destino le jugó la mala pasada de “regalarle” un accidente de aviación en el que moriría, dejando el legado de sus canciones pero sin poder ver como se convertían en grandes clásicos de la música americana.

En sus comienzos formó parte de algunas bandas universitarias mientras estudiaba y ejerció de Disc Jockey en los garitos frecuentados por los jóvenes en aquella época. Pero lo que a él le gustaba verdaderamente era componer sus propias canciones, lo que le llevaría a publicar su primer disco, titulado Facets, que sería financiado por su familia y del que se editarían únicamente 500 copias, siendo hoy en día una codiciado pieza de coleccionista.

Las canciones de este disco no son demasiado conocidas aquí en España, salvo para los auténticos fans de Jim Croce, pero es un disco lleno de sensibilidad y sencillez. Os dejo una muestra, este Coal Tattoo.

Tras casarse con su novia Ingrid, Croce se convertiría al judaismo y además de versionar canciones de intérpretes como Joan Báez, tocaba donde podía a dúo con su mujer temas propios, aunque sin demasiado éxito. Pero como toda regla tiene su excepción, ésta sería el tema Spin Spin Spin que sonó en algunas emisoras de radio locales.

Alentados por este “pequeño éxito”, la pareja decidiría grabar un disco a dúo que se tituló Jim & Ingrid Croce. Pese a que se volcaron en su promoción, recorriendo kilómetros y kilómetros tocando sus canciones en pequeños locales, el disco no tuvo aceptación alguna.

Todo parecía indicar que la aventura musical de Jim Croce y su esposa llegaba al final. Terminaron gastándose todo el dinero en intentar promocionar su disco por lo que acabarían arruinados. Así las cosas, el cantautor abandonó la música y terminó trabajando de camionero, aunque no se trataría de un adiós sino de un simple hasta luego.

En su nuevo oficio, Croce recorría grandes distancias conduciendo su camión, teniendo mucho tiempo para que su cabeza creara nuevas canciones, por lo que la idea de retomar su carrera musical cada vez estaba más cerca, eso sí, en esta ocasión sin la compañía de Ingrid, a quien sustituiría por su gran amigo de siempre Maury Muehleison.

Las nuevas canciones de Croce contaría historias de la vida cotidiana, de personas normales, de lo que había sido su existencia en los últimos años como camionero, en definitiva, de experiencias propias del día a día. Algo que puede percibirse en su tema Operator de su tercer disco, primero tras su vuelta, titulado You Don’t Mess Around With Jim.

Tras la publicación de este disco, en el año 1972, quedaba claro que la carrera de Jim Croce empezaba a despegar. Lo que no había conseguido con la compañía de su mujer lo estaba logrando con la de su gran amigo Maury y poco a poco se fueron haciendo populares. El año 1973 iba a ser el definitivo … aunque con un final inesperado y trágico.

El año empezaba con la publicación de un nuevo trabajo titulado Life And Time que sería el disco que ya le haría conocido en todo el país, gracias a la canción Bad Bad Leroy Brown que fue escuchada en todas las emisoras de radio. Poco a poco empezaba a hablarse de su música y en tiempos en los que triunfaba el estilo de voces como Joan Báez, Don McLean, Carpenters o John Denver, Jim Croce encajaba a la perfección.

A estas alturas su carrera estaba lanzadísima y ese mismo año, tan solo seis meses después publicaría un nuevo trabajo. Un disco que nadie podía sospechar que sería el último de su carrera. Un disco que el propio Jim Croce no podría ver publicado ni el éxito que tendría. En el mes de junio, en plena promoción de su nueva creación, junto con su inseparable Maury Muehleisen sufría un accidente de aviación que les costaría la vida a ambos.

Así las cosas, I Got A Name se convertiría en el disco póstumo de Jim Croce. Él no podría vercomo salía a la venta en las tiendas de discos, ni escuchar sus canciones en las emisoras de radio, ni contemplar, por fin, el éxito de su música. Como suele suceder en estos casos, su muerte provocaría un interés mayoritario por su trabajo y I Got A Name alcanzó una gran cifra de ventas. Algo que no es de extrañar escuchando sus magníficas canciones, como la tan maravillosa que le da título.

Lo cierto es que el destino fue muy cruel con el bueno de Jim Croce. Tras tantos años de lucha por conseguir hacerse un hueco en el panorama musical, justo cuando lo logró le llegó su final. Quién sabe hasta donde podría haber llegado de no haber fallecido pero podemos hacernos una idea escuchando su mejor canción, quizás la más conocida. Una melodía que es una auténtica caricia para los oídos y que se publicaría un año después de su fallecimiento. Me refiero a la inconfundible y espectacular Time In A Bottle.

Este ha sido mi pequeño homenaje al gran Jim Croce. Espero que a mi querida amiga Ana le haya gustado. Se admiten críticas. Pero hoy me habéis pillado generoso y os voy a ofrecer más música de un intérprete que, de alguna manera, ha realizado el mismo recorrido que él aunque en sentido inverso, con la coincidencia de un final trágico. Me estoy refiriendo a Colin Vearncombe, conocido artísticamente como Black.

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Y es que a Black la vida musicalmente hablando le trató como a Croce pero en sentido contrario. Consiguió un rotundo éxito al principio de su carrera para luego seguir peleando por reeditarlo con sus siguientes trabajos sin conseguirlo en absoluto y terminar encontrando la muerte prematuramente en un accidente de coche. Eso sí, con un estilo muy distinto al de Croce.

¿De dónde viene el nombre artístico de Black? Pues bien, inicialmente Black fueron un dúo compuesto por él mismo y por Dix Dickie. Publicarían tres discos: Human Features, More Thant The Sun y Hey Presto, de los cuales solamente el último tuvo alguna trascendencia con la canción que da título al álbum.

Dado que el éxito no acababa de llegar, Dix Dickie decidiría dejarlo y Black se convertiría en el nombre artístico en solitario de Colin Vearncombe. El cambió sería a mejor, porque con el primer trabajo como solista, Black lograría el mayor éxito de su carrera. Efectivamente, estoy hablando de Wonderful Life.

La cosa tiene su aquel. Indudablemente todos conocemos a Black precisamente por ese tema, por Wonderful Life, pero la canción fue incluída en el disco a última hora y como relleno, ya que había sido publicada un par de años atras sin más pena que gloria. Eso sí, en esta ocasión se introdujeron algunos arreglos que serían mágicos para que la canción se convirtiera en un auténtico número uno.

De hecho, no estaba previsto que este tema saliera como single, ya que la canción que se escogió para dar a conocer el disco fue el otra gran bombazo de Black. El inconfundible Everything is Coming Up Roses.

El disco se convirtió de inmediato en un auténtico éxito y como segundo single saldría la balada Sweetest Smile, tras lo que, inesperadamente, la discográfica decidiría la publicación de un tercer single que no sería otro que la nueva versión de Wonderful Life. La decisión resultaría ser todo un acierto, ya que esta canción llegaría al número uno, se haría mundialmente famosa y dispararía las ventas del disco en todo el mundo. En esta ocasión segundas partes si fueron buenas.

La canción es una melodía melancólica con un principio envolvente y mágico que, a pesar de su título, habla de manera irónica de lo “maravillosa” que es la vida. Sea como fuere, Wonderful Life es Black y Black es Wonderful Life. Todo un clásico de la música de los ochenta.

El siguiente trabajo de Black intentaría seguir la senda de Wonderful Life, pero aunque sobre todo en el Reino Unido llegó a triunfar no se acercaría ni de lejos a su predecesor. El disco llevaría el título de Comedy e incluía canciones como The Big One.

Un par de años después publicaría su tercer trabajo en solitario, que llevaría el título de Black. Lo cierto es que según avanzaba su carrera musical, el éxito de sus discos iba decreciendo tanto como su popularidad. Su música se volvía cada vez más melancólica y el público empezaba a cansarse de esperar un nuevo Wonderful Life que no llegaría. De este disco, quizás la canción más destacada sea Feel Like Change.

¿Y a partir de aquí qué? Muchos pensarán que Black dejaría la música y se dedicaría a otros menesteres, porque lo cierto es que internacionalmente hablando desapareció literalmente de la circulación. Aunque la verdad es bastante distinta. Black creó su propia discográfica y ha llegado a publicar hasta 15 discos durante su carrera, aunque sin ninguna relevancia y sin ninguna nueva canción digna de reseñar.

De hecho, el pasado 10 de enero sufriría un accidente de tráfico justo cuando se dirigía a ultimar detalles para una actuación. Como consecuencia de este suceso, caería en coma y fallecería el 25 de enero de 2016, eso sí, dejándonos su pequeño legado.

Y una vez más no quiero despedirme sin recordaros que no dejéis de visitar nuestra web amiga Esencia de Trementina. Aquí os muestro a las dos artistas prepardas para la faena.

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https://www.facebook.com/esenciadetrementina

Hasta pronto Graminoleños.

JUAN JOSÉ GOMARIZ


CROCE – BLACK

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