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Crónica Cannes 2013: "Behind the Candelebra" el plumón de Michael Douglas despide a Soderbergh

Publicado el 21 mayo 2013 por Fimin

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Steven Soderbergh se despide del cine mientras Michael Douglas se reencuentra con él. Y lo más curioso de todo, es que lo hacen en Sección Oficial de Cannes y con una tv movie a cuestas. Sin duda, entramos en una nueva era, esa fábrica de sueños llamada HBO irrumpe en la escena festivalera con "Behind the Candelabra".

¿De qué va?

Antes de Elvis, Elton John y Madonna, existió Liberace: pianista virtuoso, artista exuberante, habituado a la escena y los plató de televisión. Liberace apreciaba la desmesura y cultivaba el exceso, dentro y fuera del escenario. Un día de verano de 1977, el joven y hermoso Scott Thorson entra en su camerino y a pesar de la diferencia de edad y del medio social, los dos hombres empiezan una relación secreta que duraría cinco años.

¿Quién está detrás? 

Steven Soderbergh se despide del cine en el mismo e ilustre contexto que se dio a conocer ganando la Palma de Oro con "Sexo, mentiras y cintas de vídeo". 

¿Quién sale?

Es, sin duda, lo mejor de "Behind the Candelabra". Cannes probablemente devuelva a Michael Douglas a una merecida primera plana con un merecidísimo premio al Mejor Actor. Al igual que Matt Damon, está sencillamente insuperable en su papel de super-gayer.  Ambos son secundados por la evocadora aparición de Rob Lowe y Dan Aykroyd. Vuelven aquellos maravillosos 90. 

 

¿Qué es?

El póstumo legado cinematográfico que supuestamente nos dejará uno de los principales abanderados del cine indie yankee

¿Qué ofrece?

Su principal virtud tiene nombre propio: Michael Dougles. Resulta toda una revelación y una auténtica alegría volver a disfrutar de la mejor versión posible del mítico protagonista de "Instinto Básico" y "Wall Street". Desbocadamente excéntrico y absolutamente hilarante, Douglas hace el gayer de forma acertadamente delirante y desproporcionada. Es el auténtico rey de la función (con el eprmiso de Matt Damon) en un biopic de trama excesivamente plana, previsible (y televisiva) como para competir en Sección Oficial de todo un Cannes. Sin embargo, tanto su excelente puesta en escena como el hecho que signifique la despedida de Soderbergh, y sobre todo, la recuperación de Michael Douglas, vale la pena.

Nota: 6 / 10


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