Crónica concierto alejandro escovedo | campus rock (cádiz)

Siempre es de agradecer el poder tener la ocasión de ver a un artista de tamaña calidad como es Alejandro Escovedo, inmerso en una gira europea que le ha traído a Cádiz… y a precio de amigo, pues las entradas eran diez euros más baratas que en el resto de los shows en España. Por ello, a pesar de que el Aulario “La Bomba” de la Universidad de Cádiz presentaba un buen aspecto (unas doscientas personas) se demandaba mucho más público, comenzando por muchas de las bandas de rock de la provincia. Pero bueno, los que estábamos ese jueves 16 de marzo de 2017 podremos asegurar que hemos visto uno de los grandes conciertos de la temporada por estas tierras gaditanas.

Antes del maestro texano, comenzaba su actuación la banda de músicos que ha traído Escovedo para esta gira. Se trata de Don Antonio, un cuarteto transalpino encabezado por su líder a las seis cuerdas, quien da nombre a la formación, un bajo, batería y un saxofonista y encargado del sintetizador. Un combo que suena de maravilla, virtuosos con sus instrumentos y que en su media hora de actuación sorprendieron con un surf fronterizo con toques mediterráneos. Algo así como mezclar a Los Lobos y Ry Cooder con recuerdos de los temas más movidos de su Italia natal. Muy simpáticos y divertidos desde el – Buona sera per tutti- con el que saludaron al público hasta un divertido twist con el que finalizaron, dejaron un ambiente perfecto para el “cabeza de cartel”.

Con diez minutos para cambiarse, volvieron a aparecer los Don Antonio con Alejandro Escovedo para deleitarnos con una hora y media de absoluto deleite, rock & roll de altísima calidad que dejó a todos satisfechos. Llegaba para presentar en fecha única en Andalucia su último trabajo “Burn something beatiful”, fruto de su colaboración con Peter Beck (R.E.M.) y Scott Mc Caughey (The Minus 5), un disco importante en su carrera, una vez superada la hepatitis C que estuvo a punto de costarle la vida y que pudo costear el caro tratamiento gracias a un concierto benéfico en su honor donde actuaron gente de la talla de Bruce Spingsteen o Lucinda Williams. Aún así, a las diez y veinte sonaban los primeros acordes de “Can´t make me run”, grandísima canción del anterior “Big station” pero el nudo de la actuación fue el nuevo LP, del que pudimos escuchar interesantes composiciones como “Horizontal”, “Shave the cat”, “Beauty of your smile”, “Farewell to the good times” o “Beauty and the buzz”, donde Escovedo cambió la guitarra eléctrica por la acústica. Momentos espectaculares, ya que enlazó varios medios tiempos acongojantes como “Sensitive boys” que dedicó a Chuck Prophet y las maravillosas “Sister lost soul” y “Down in the bowery”. En ese momento ya estábamos todos extasiados ante el tremendo directo que nos estaba ofreciendo, con una banda engrasada que, incluso, ofrecía buenos coros. La comunión con el público era perfecta y el concierto transitaba de menos a más. Con todo a su favor y disfrutando encima del escenario “Sally was a cop” confirmaba todo lo anteriormente tocado, con una interpretación estratosférica que se sumó a “Always a friend”, corte que cantó en el pasado junto a Bruce Spingsteen y que sirvió de colofón perfecto, aunque todavía quedaba un bis, donde dejó las seis cuerdas para quedarse solo con el micrófono.

Además de todo lo bueno vivido desde el punto de visto musical, hay que agradecer el sonido limpio y perfecto que acompañó toda la actuación, así que “chapeau” por los técnicos, como a los responsables de que Alejandro Escovedo pudiese tocar por estas latitudes y en un lugar tan bonito como es el patio del Aulario de la Universidad. Esperemos que en las siguientes convocatorias acuda mayor número de personas, pues es la única forma de poder ver y escuchar a bandas de este calibre.

Por José Luis “El Director”.