Con puntualidad comenzó el concierto del cuarteto norirlandés – portuense. Acostumbrado a que nada empiece a su hora en estas latitudes, llegué tarde, sólo para ver parte de la primera mitad y la segunda completa. El bar irlandés Molly Malone presentaba un aforo medio y un público variopinto, entre extranjero y español y de muy diferentes edades. Algunos comiendo, otros oyendo el directo… para todos los gustos.
El concierto se planteó en formato bastante reducido, con un set mínimo de batería, guitarra eléctrica, bajo, la voz principal y algún coro casi testimonial. Muy buen sonido el de estos chicos, con una voz muy nítida y bien sacada en la mezcla. A nivel individual se nota la solidez de todos los componentes, cosa que repercute positivamente en su directo. Incluso con este formato semi – acústico, se les nota actitud y ganas. Aunque no siempre sea posible, hay que verlos en formato eléctrico, está claro.
Fueron desgranando temas propios mezclados con versiones. Curiosamente, éstas versiones no aportaban nada nuevo y se notaba un escalón considerable entre el sonido “100% Becky” y las versiones. Sinceramente, con los temas que tienen, no veo la necesidad de meter un arsenal de temas ajenos además planteado con cierta incoherencia musical (Rolling Stones, Gnarls Barkley, Marvin Gaye, Mando Diao…). Con la calidad y la proyección que tienen, a mi juicio y puedo equivocarme, esta propuesta es un lastre que no les permite crecer.
Como he comentado, hay que verlos en eléctrico.
Nacho (Erasmus Arne Saknussemm).
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