Revista Cultura y Ocio

Crónica de Catania

Por Lola2011
Crónica de Catania¡Hola a tod@s!
Ya recuperada del viaje y con la perspectiva de la distancia paso a contaros mi viaje a Catania.
La experiencia de la casa okupa fue eso: toda una experiencia. Aunque mejor de lo que imaginaba. Mi hijo me cedió su habitación con vistas al Duomo (la catedral), que tiene bastante "apañada";  nos alumbrábamos con velas y nos "duchábamos" con una manguera en el jardín; fue como estar de acampada o algo así.
Crónica de CataniaLa casa era una antigua imprenta en la que todavía se conservan periódicos desde el año 1934. En ella viven varios chicos y celebran fiestas los fines de semana para subsistir. A menudo me cruzaba en el pasillo con algún desconocido, y creo que los más sorprendidos eran ellos al toparse con una señora de mi edad y condición, jeje.
Fue divertido, pero tengo que confesar que mi casa me pareció un palacio cuando regresé a ella.
Por las mañanas Álvaro trabajaba y yo paseaba por la ciudad y hacía la compra como una siciliana más, Catania es una ciudad pequeña y muy agradable en la que conviven el barroco siciliano y las ruinas romanas que encuentras a cada paso.
Por las tardes visitábamos  algunas poblaciones de los alrededores.
Crónica de CataniaEn la costa, las rocas negras de lava volcánica ofrecen un paisaje único. Estuvimos a Aci Trezza, Acireale, Siracusa y Ortigia.
Me ha costado seleccionar unas cuantas fotos de entre tantas imágenes maravillosas, pero podéis ver más en Facebook donde he creado un álbum. La foto del tramonto (atardecer) está especialmente dedicada a Cantares, que me la había pedido ;) Y he añadido un amanecer en el Etna que tampoco tiene desperdicio.
Crónica de CataniaPor las noches, después de cenar, a falta de tele, internet o lectura (imposible para mi leer a la luz de las velas) pasábamos un rato de botellón (allí no está prohibido) en la Piazza del Teatro o la del Duomo. Una curiosa fauna urbana se reune allí cada noche: las chicas muy arregladas y con tacones de vértigo para el suelo adoquinado de la ciudad, y los chicos...¿cómo os diría? como los de las pelis de mafiosos de los años sesenta, para que os hagáis una idea.
Crónica de CataniaMi hijo, que parece el alcalde de la ciudad y conoce a todo el mundo, me presentaba a amigos y conocidos que alucinaban bastante con la madre del spagnolo: noctámbula, bebedora, tatuada y residente en casa okupa ¡jajaja! con lo conservadores que son ellos.
Lo mejor, pasar unos días con Álvaro después de tanto tiempo y tener la sensación de que nunca nos hemos separado.
Lo peor, tener que esperar hasta Navidad para volver a verle. Pero bueno, parece que él es feliz allí y eso es lo que importa.

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