Revista Viajes

Crónica de mi primer viaje en tren por india

Por Worlding8

Llevo dos días pensando en el momento. Parece absurdo,sí, pero he oído decir tantas veces que nunca estas preparado para un viaje en tren por India que tengo cosquillas en la barriga, por fin, sabré que se siente rodeada de gente mirándote fijamente sin piedad en un espacio en el que quizás, ni siquiera cabemos todos.

El tren sale a la una del mediodía pero yo me he levantado con ansias de armar la mochila rápido e irnos lo antes posible. Nos esperan dos horas y media en autobús hasta Siliguri, la estación donde cogeremos ese tren. Tengo la necesidad de llegar pronto y tenerlo todo controlado. También tenía ganas de irme de este pueblo que tanto me ha decepcionado, quizás los dos últimos días lloviendo han ayudado, quizás el pensamiento de no haber podido disfrutar de Sikkim tanto como deseábamos.

El viaje en autobús se hace bien entretenido, los paisajes que observamos a través del cristal son de espectaculares verdes. Llovizna y el agua regaliza lentamente por los cristales mientras observo el intenso verde de la selva y el río vigilado por una niebla baja tenebrosa. Si me dijeran que estoy en una película de suspense me lo creería, incluso si me dijeran Tarzan, porque un montón de primates también forman parte de este escenario.

Muy amables los chicos del autobús nos muestran donde está la estación de tren, justo al lado de la estación de autobuses y nos bajamos. Por suerte, esta estación no esta tan abarrotada como muchas otras, eso nos permitirá una primera experiencia más tranquila, al menos por el momento.

Pero justo antes de entrar a la estación algo entorpece nuestro camino:

- Roti! Roti!- grita un hombre que se acerca.

-Cómo? Roti? Dónde?- Contento nos enseña la parada donde una mujer sonriente y su hijo esperan para vendernos. Veinte rupias nos cuesta la bandeja con cuatro rotis pequeños, patatas fritas con curry y patatas estofadas con curry y chilly, esto lo teníamos que acompañar con un buen chai, claro está!

Cuando la mujer se da cuenta de que nuestras patatas se han extinguido no duda en ponernos más, cómo voy a echar de menos esto en el resto de países asiáticos. Abundante comida, barata y buena, qué más se puede pedir? Incluso Albert vuelve a repetir, yo incapaz, no quiero salir rodando. Nos despedimos de la mujer que nos mira con ojos de admiración que hacen que nos queramos quedar un ratito más con ella aunque no podamos. Cuántas veces nos habremos despedido de gente con un nudo en el estómago durante nuestro viaje?

Los trabajadores de la estación nos informan que salimos del andén número tres. Unas escaleras con pasadizo aéreo nos conducen al lugar. Se respira mucha tranquilidad algo que nunca hubiera imaginado sentir en India. Los únicos que rondan son los vendedores de agua y patatas chips o los pobres niños que trabajan recogiendo plásticos en el andén, otros cargan con trozos de madera. Es difícil observar con tus propios ojos como los pequeños esperan a que llegue el próximo tren para lanzarse corriendo a las vías y recoger el plástico, quizás hoy tendrán suerte y ganarán alguna rupia más, eso sí nunca abandonan su sonrisa ante la presencia de un extranjero sin dejar de arrastrar esa bolsa casi más grande que su tamaño.

Crónica primer viaje tren india
CRÓNICA DE MI PRIMER VIAJE EN TREN POR INDIA

Me sorprende el echo de encontrar en las columnas de la estación enchufes para cargar el móvil, cómo es posible que no lo tengamos en nuestra ciudad? Cómo es posible que no tengamos ni un sólo letrero en inglés para los bienvenidos? Suerte tenemos de ellos por Asia, cuando en muchos de sus países ni siquiera entendemos el alfabeto.

Para en la estación un tren que no es el nuestro. Viaja abarrotado. Las cabezas y los brazos de los pasajeros aparecen de entre los barrotes de las ventanas. En las puertas también hay gente colgada hacia fuera esperando cualquier oportunidad para poder pegar un grito y soltar una escandalosa carcajada, los más tímidos sólo nos sonríen. La vestimenta común: una camiseta sucia y de pantalones un recorte de ropa al que le llaman sarong al cual ya estábamos acostumbrados después de Myanmar.

Falta menos de una hora para nuestro tren y nos acordamos de Jenny nuestra amiga alemana que nos dejó en Kalimpong, nos había comentado que era mejor situarse cerca de donde llega nuestro vagón de tren. Nosotros teníamos el cincuenta y dos pero en esta estación no teníamos ni idea de cómo saber donde podría para más o menos ese vagón al llegar el tren y no queríamos arrancarnos a correr como locos con las mochilas

Crónica primer viaje tren india
CRÓNICA DE MI PRIMER VIAJE EN TREN POR INDIA

Por fin! Empiezan a anunciar la llegada del nuestro por los megáfonos. En el anden de atrás hay un tren parado del cual sale un hombre, el mismo que llevaba rato gritándonos para captar nuestra atención y haciendo una sonrisa estilo maléfico como si de un loco se tratara. Al verlo salir del vagón veo que le falta una pierna, su objetivo en estos instantes es el de pedir dinero a la gente y pronto llega nuestro turno. Mi amable negación no le sirve golpeándome la pierna y el brazo repetidamente.. me sabe muy mal, pero ya hace mucho tiempo que decidimos no dar dinero a todo el que nos cruzábamos pidiendo sobretodo por las experiencias de viaje que hemos tenido.

El tren! Aquí está! Buscamos corriendo nuestro vagón y nuestro upper bed once y catorce. Me sorprendo de nuevo al ver que no hay muchos ocupantes. Compartiremos vagón con un par de jóvenes parejas indias. Bueno, no esta tan mal como pensábamos. Una cama larga y al menos cabemos en ella, sí, no hay cojín pero para qué esta la mochila? Lo único que me molesta y a la vez me salva son los tres ventiladores que tengo a dos palmos de mi, ninguno enfoca donde estamos nosotros y para colmo me da la sensación que con cualquier giro durmiendo me voy a pillar la mano, el pelo o quién sabe.. El vagón cuenta con un montón de compartimentos como el nuestro. En cada uno son tres literas por lado más dos perpendiculares. La litera del medio de las tres no se usa durante el día así la cama de abajo es usable para el culo de más viajeros.

-Veg or non veg?- nos pregunta un hombre vestido de azul. Nos preguntamos si la comida va incluida pero pronto adivinamos que no. Vamos a probar la comida del tren a ver como nos sienta.

- Veg! Tan nebat!- y pronto nos traen 4 bandejas con arroz, patatas al curry y dal, descubrimos entonces que se trata de un Thali, pero este es muuuy soso, lo preferimos más picante y más caliente.

Mucha rabia me da cuanto justo después empiezan a entrar una cola asombrosa de vendedores ofreciendo comida a precios irrisorios. También ofertados se encentran planchas de pelo, chai o café, palomitas, etc.

Al acabar de comer nos encontramos con bandejas y una bolsa de plástico que no sabemos donde tirar, no divisamos basura alguna. Qué inocentes nosotros pensar que el mismo chico que nos las trajo nos las vendría a buscar. No veo otra opción que colgar la bolsa de la litera y tirarlo más tarde, pero pronto el chico de la litera de abajo nos informa de cómo deshacernos de ella. Con gestos nos explica que la tiremos por la ventana! Nos negamos y sonriendo les contamos que no podemos hacer eso cuando los cuatro se han puesto a reír ofreciéndonos palomitas de las que están comiendo.

Por miedo a que se cayera la bolsa encima de los pasajeros de abajo decidimos ponerla debajo del asiento del primer nivel pensando en cogerla al abandonar el tren.

Crónica primer viaje tren india
CRÓNICA DE MI PRIMER VIAJE EN TREN POR INDIA

Cada vez que el tren hace parada en una nueva estación montones de personas se abalanzan sobre las puertas de este llenándolo cada vez más y creando un ambiente de temperatura y humedad elevada casi inaguantable. A medida que vamos avanzando nos acercamos más al corazón de india y esto también se nota en el nivel de temperatura que cada vez es más sofocante. Disfrutamos de un buen rato de la litera baja gracias a una mujer que se cambió de asiento.

Ahora sí, mis vistas son privilegiadas. Campos de te, vacas comiendo hierba, niños bañándose en balsas de color poco convencional, mujeres pasturando, etc. Me encanta mirar a través de ventanas sin que el mundo, la vida, se de cuenta que les observo de muy cerca. Podría estar horas observando por la ventana de cualquier medio de transporte. Esa sensación de plenitud dura poco, el tren empieza a estar tan abarrotado que decidimos volver a nuestros puestos con vistas de pájaro, que tampoco están nada mal.

Más y más calor. Los ventiladores ya parece que no sirvan para nada. Duermo unos diez minutos y me levanto como un pollo. Aprovecho la primera oportunidad para bajar a la litera de la mujer que ha vuelto a irse con su amiga.

Crónica primer viaje tren india
CRÓNICA DE MI PRIMER VIAJE EN TREN POR INDIA

El sol empieza a caer muy lentamente haciendo que el cielo quede reflejado en todas las balsas que cruzamos. Observo los niños jugar a pelota en los campos. Adultos y no tan adultos trabajando en el campo. Perros y cabras buscando un trozo para llevarse a la boca. Pueblecitos pequeños con casa echas de paja o barro con el reflejo del sol cayendo, qué fantástico!

Justo en el punto de hacerse oscuro paramos en una estación y por lo que parece bastante rato porque todos salen a comprar la cena fuera. Los vendedores sacan su parada a pie de andén para que no tardes en decidirte que es a él a quien tienes que comprar, y no a otro. Albert también sale trayéndome un roti con patatas y tomate estofado por 20 rupias, delicioso! Unas galletas vienen después con la idea de acompañarlas con un chai pero de los miles que pasaron durante la tarde no ha pasado ninguno más.

Una de las parejas indias me corta un trozo de pepino que se está comiendo, no puedo decir que no y me lo como aunque no acabe siendo demasiado bueno que digamos. La gente empieza a abrir las literas y se estira. Se encienden las luces del tren. Todo está mucho más calmado. A duras penas se oye alguien hablar junto con el ruido de los ventiladores. Aprovecho para continuar leyendo la guía de india a través de mi Kindle hasta cerrar los ojos.

Me despierto sobresaltada, una mujer esta chillando! Al levantar la cabeza veo un hombre con camisa de cuadros azul salir corriendo del vagón. La mujer sigue chillando como una loca, entiendo que le han robado. Todos los hombre del vagón salen corriendo sin pensárselo. Me ato bien la mochila a los barrotes de la cama y miro que no falte nada. Entre los gritos le pregunto a la mujer de mi compartimento si el hombre había robado y la mujer me hace un gesto imitando la acción de cortar el cuello a alguien muy nerviosa. Esta misma, acto seguido sale también para afuera con los hombres. Al cabo de diez minutos vuelven con las manos vacías y continúan hablando muy exaltados costándome volver a coger el sueño.

El tren arranca de nuevo y consigo conciliar el sueño, aunque poco más tarde me vuelven a despertar unos gritos. Esta vez es un policía, la mujer explica nerviosa lo sucedido. Ya no quiero escuchar nada, sólo quiero dormir.

A las 5'15h sonaría el despertador. Otro grito! Esta vez es Albert, me dice que me prisa a decirle que hora es, según él hace demasiado rato que estamos parados en una estación. Son las 2'15h, déjame dormir que ya sonara el despertador, tranquilo-.

Ahora sí, suena el despertador. Es de día y mucha gente ya está despierta observando por los barrotes de la ventana. En teoría llega el tren a nuestro destino a las 5'35h para después continuar hacia Delhi. Todavía con la espalda pegajosa y la cara sudada paro al vendedor de chai, esto y un par de galletas me despertará. Son casi las 6 y el tren no para. Pregunto al trabajador de la cocina del tren que me informa ser en la próxima parada. Mientras esperamos en la puerta conocemos a un chico español que viajaba en el mismo vagón que nosotros. Por lo que cuenta es un gran viajero.

Por fin parece que lentamente se para el tren. Al fondo veo una estación vieja, sucia, dejada, nada comparada con la de Siliguri. Efectivamente es Mugalsarai, la nuestra. Me preparo para nuestra dura negociación con los valientes y prepotentes conductores de tuk-tuk, pero esto ya en otro capítulo!

Bienvenidos a Varanasi, la ciudad india por excelencia!


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