Crónica de un extraordinario congreso

Por lo que se sintió, por lo que se dijo, por los que estaban, por quienes no estaban, por el resultado… por muchas razones, el congreso de UPyD del día 2 de abril de 2016 fue extraordinario. Qué triste si se mira al pasado, pero qué reconfortante si miramos al futuro, que por fin un resultado de una votación no provoque escisiones ni fugas masivas. Qué grato que la democracia interna se ejerza con todas sus consecuencias y bajo la premisa de que la cordialidad ha de ser uno de los grandes valores que siga haciendo a UPyD diferente del resto de formaciones políticas.

Borrar los estigmas va a requerir de mucha perseverancia, paciencia, y hasta cabezonería pero a disposición de los militantes de UPyD está la forma de lograrlo. ¿Qué hacer para reducir ese desolador 70% de rechazo del electorado que tiene UPyD? Muy fácil: todo lo contrario de lo que se ha hecho hasta ahora. El primer discurso de Gorka Maneiro como portavoz así lo marcó; una intervención dirigida a fomentar la participación de la militancia en libertad, a expresar opiniones sin censura, a desarrollar creatividades sin temor, a que las bases del partido sean generadoras de motivación, a conformar liderazgos colectivos. Nada de esto se escuchó antes y por ello mucha gente se fue. “Las puertas de UPyD están abiertas pero no para salir sino que para que entren todos los que se fueron”, Gorka Maneiro dixit.

Por primera vez un congreso de UPyD concluyó con todos sus asistentes satisfechos y sintiendo la necesidad de desarrollar un trabajo común que será fundamental para que los españoles vuelvan a confiar en un proyecto que les tiene a ellos como únicos beneficiarios de las políticas que propone. Otro aire se respira dentro de UPyD; ahora conviene encender el ventilador y que salga por las puertas abiertas ese viento nuevo que atraiga a quienes están fuera.

En una extraordinaria intervención, el periodista Luis del Pino recordó la colosal campaña político-mediática que se ha puesto en marcha para intentar acabar con UPyD, lo cual no deja de provocar gran asombro en quienes están convencidos de que las políticas de este partido benefician a TODOS los españoles. Un partido que tiene como valores fundamentales la igualdad de todas las personas ante la ley, el respeto escrupuloso al dinero público, el desarrollo en libertad de la competencia, la convivencia pacífica y la persecución de los asesinos, la unidad de España, la igualdad y el respeto a todas las identidades, el rechazo a cualquier tipo de discriminación… un partido así no es lógico que tenga enemigos tan poderosos que utilicen ingentes recursos en su desaparición.

Efectivamente, como también dijo Maneiro en su discurso, el sábado 2 de abril de 2016 fue un mal día para los corruptos, para los recortadores de derechos sociales y para quienes quieren romper la unidad de España. El resto de la sociedad española tiene que ver a UPyD como un partido susceptible de ser votado y esa tarea corresponde sola, única y exclusivamente a sus militantes. El primer paso ya está dado y la senda está marcada; para recorrerla será fundamental estar firmemente convencidos de que España será mejor cuando se establezcan las políticas de UPyD. No fallemos a nuestro país.