Revista Cultura y Ocio

Crónica del #ETIM2013

Publicado el 02 diciembre 2013 por Ismaelpardo @ismael_pardo
Durante el último semana de noviembre, tuvo lugar en Málaga el IV Encuentro de Traductores e Intérpretes en Málaga, mejor conocido en las redes sociales y en el lenguaje coloquial en general como #ETIM2013. Las chicas de Educación Digital reunieron un panel de ponentes que no solo se acoplaba a lo que nosotros, los asistentes, les habíamos pedido en años anteriores, sino que también era igual de versátil que otros años. Sin más dilación, procederé a contar lo más importante que se contó en el encuentro para traductores más importantes de Málaga.
Sergio Calvo
Productividad en la traducción: un mito hecho realidadSergio Calvo no solo es traductor, revisor y terminólogo, sino que también dedica su tiempo a la docencia universitaria. En su ponencia, habló sobre la productividad en el mundo de la traducción, que empezó nombrando las muchas cosas que tenía que contar sobre este «mito» que había tenido durante todos los años de profesión. También mencionó que la productividad depende mucho de la persona y de los contextos en los que trabaja, y que lo importante es conocer cómo podemos llegar al objetivo.
Después de la pequeña introducción, comentó la realidad presente del traductor y del «mito» que nombra su ponencia. Desde San Jerónimo hasta ahora ha habido un cambio de mentalidad en el trabajo que incluye la productividad: «Si San Jerónimo hubiera pensado en la productividad, no habría tardado 27 años en traducir uno de sus textos más importantes». Después de buscar mito en el diccionario, pudimos ver que se trataba de algo ficticio que «condensa alguna realidad humana», y en la traducción esa realidad es la calidad. Cuando tenemos mucho trabajo, nos damos cuenta de verdad de que hay que ser productivo, cuyo objetivo siempre será la calidad. Las razones son varias, pero básicamente, se podrían resumir en que hay que sacar más horas al día, tener más rendimiento. Así, nos podremos convertir en el traductor productivo que tanto ansiamos, y tener la misma calidad en el menor tiempo posible.
Cuando nos preguntamos qué es la productividad, nos podríamos ir al DRAE, pero Sergio la definió como la 'relación entre la producción y los medios que hemos usado para ella'. La persona productiva, que es el ideal que tenemos que seguir, trabaja sin más, termina su trabajo y ya está tranquilo, algo totalmente opuesto a lo que será la persona no productiva. Para esto, podemos seguir un guion, que incluye varios puntos: identificar (¿qué estamos haciendo?), clasificar (¿cómo nos tenemos que enfrentar?), cuantificar (¿cuánto estamos haciendo?) y evaluar (¿qué podemos hacer para mejorar la siguiente vez). En resumen, no tenemos que trabajar más, sino mejor. También, hablando de este tema, diferenció entre ser eficaz (quien cumple sus objetivos) y ser eficiente (quien mejor aprovecha los recursos que tiene). Quien reúna la eficacia y la eficiencia, será productivo.
En la traducción, la productividad se podría definir como un engranaje, en el que se aúnan calidad, rendimiento y actitud. Sergio citó a uno de los ponentes de la edición pasada, Juanjo Arevalillo, al decir que «se contrata por aptitud y se despide por actitud», algo que hay que tenerlo muy en cuenta, ya que para ser productivo hay que tener ganas de querer serlo. Se necesitan muchas cosas, pero lo básico es tener correo electrónico, una página web (para el posicionamiento), herramientas TAO, una agenda y gestor de tareas que estén integrados en todos los dispositivos que usemos, y dos oficinas a parte de la física (una virtual, que serían los archivos en la nube, y otra móvil, cuyo principal herramienta será un portátil). En la intervención del proyecto, lo esencial es la preparación del proyecto y de nosotros mismos a la hora de querer trabajar con él, ya que prework saves work. Otros factores que mencionó Sergio Calvo fueron los pilares del trabajo del traductor (un procesador de texto, recursos documentales y una herramienta TAO, etc.) y saber manejarse con los estándares para trabajar entre herramientas de TAO.
Sergio se despidió cuando nos ofreció unas últimas recomendaciones: hay que saber manejar nuestra herramienta de trabajo, por lo que el uso avanzado de los programas que usamos es esencial; también nos aconsejó a tener herramientas que de verdad nos sean útiles, como Grindstone (¡os aconsejo que la probéis!); tener la productividad como un compromiso personal: quiero empezar y quiero acabar algo. Y recordad que el CAOS siempre puede ser el comienzo de Controlar, Automatizar, Optimizar y Simplificar.
María BonillaPorque yo lo valgo: las tarifas en traducciónMaría Bonilla empezó su comunicación diciendo algo que todos estábamos pensando: «El tema de las tarifas es algo polémico». Ya que en España existe la ley del libre mercado, las tarifas que nos mostró eran meros ejemplos, por lo que quería dejar claro que no pretendía fijar nada: cada uno pide lo que quiere cobrar. Siguió explicándonos su situación personal: empezó hace seis años trabajando en plantilla, como revisora, traductora y gestora de proyectos, pero se animó a hacerse autónoma después de tres años en esa empresa. Ella definió todo el proceso que siguió a renunciar a un puesto fijo como «una rueda de la que parecía que nunca iba a salir». María quería demostrar que podía vivir de la traducción, y por eso trabajaba muchísimo con unas tarifas muy, muy bajas. Sin embargo, decidió cambiar su rumbo.
Gracias a un curso sobre marca personal, se dio cuenta de que no avanzaría si seguía dándole velocidad a la rueda en la que estaba metida: ella quería trabajar menos y ganar más, aprovechar su tiempo libre. Su objetivo, al ver que subió las tarifas y sus clientes huyeron, se convirtió en «tengo que conseguir clientes mejores». La eterna pregunta de ¿Cuánto quiero cobrar para vivir bien? se puede calcular bien con herramientas como CalPro, de ASETRAD, o la Calculadora Freelance. María decidió, no obstante, mostrarnos un pequeño cuadradito con una situación hipotética.
Si trabajaba 6 horas (porque, de las 8 que supuestamente se trabajan, solo se aprovecha el 75 %), con una media de 400 palabras por hora, con un horario de lunes a viernes, con unos gastos de 360 € (software y asesoría, por ejemplo) y la cuota de la seguridad social, el sueldo es menor de lo que podríamos conseguir en un puesto fijo. Tenemos que querernos y tenemos que valorarnos.
Los traductores tenemos una formación específica, por la que hemos pasado años estudiando, tanto fuera como dentro de las universidades, y cualquiera no puede hacer nuestro trabajo. Somos necesarios para la sociedad, porque somos los responsables de que el mundo se comunique, por lo que tener tarifas altas no es malo, sino al revés: el cliente valora nuestro trabajo y tendremos más beneficios.
Puede darse el caso de que el cliente no acepte nuestras tarifas, y es que la globalización, aunque nos ayude en ciertos casos, nos perjudica en otros. Por ejemplo, ahora es muy común saber idiomas, algo bastante raro antes, y también es común la actitud de «traduzco para sacarme unas pelillas» de los que María considera intrusos, que no son personas que no han estudiado Traducción e Interpretación, sino aquellos que hacen nuestro trabajo y no pueden ofrecer calidad. Por eso, nuestra competición no es sobre tarifas, sino en calidad.
Para todo esto, nosotros somos la felicidad. María terminó su ponencia diciendo «Quiero trabajar feliz». ¡Y cuánta razón tiene!
Lourdes de RiojaComunicar en interpretaciónLourdes de Rioja es intérprete profesional y también se dedica a la docencia universitaria. Comenzó su carrera en la Comisión Europea, y trabaja con inglés, francés, danés, sueco y catalán al español. Habló sobre cuando ella empezó a trabajar en este organismo europeo, que fue durante los años 90, en los que los regímenes lingüísticos eran muy amplios. Lo malo de empezar a trabajar en estas instituciones es que los intérpretes se creen que todo funciona de la misma manera fuera que en la Comisión, y eso lo descubrió Lourdes al marcharse.
En el 2004, con la inclusión de muchos países en la UE, se produjo el big bang lingüístico, al tener que trabajar también con lenguas de Europa del Este. Se complicó mucho el trabajo, y el método que usaron para agilizarlo y simplificarlo fue hacer una interpretación por retour o usar el globbish, que es un inglés global que funciona simplemente para la conunicación. La realidad fuera de Bruselas es, obviamente, bastante diferente.
El ejemplo lo tenemos bien calentito: el discurso de Ana Botella. Lourdes consideró que este discurso muestra la ignorancia y el poco respeto que se tiene hacia las lenguas, ya que no todos pueden hacer todo. Ya hay gente que puede trabajar de intérprete, pero, sin embargo, todavía la gente se empeña en maltratar al lenguaje en general. Y por eso hay que dar a entender al cliente que la interpretación es importante. Lourdes hizo un comentario acerca de que ella era regatista, y que se grabó con su equipo para ver en qué fallaban. Eso precisamente es lo que hay que hacer: enseñar al cliente cómo se trabaja para que valoren la profesión.
El éxito del videoblog A word in your ear, que Lourdes lleva desde 2012, ha tenido éxito por el contenido, ya que hacía falta comunicar sobre interpretación. Por temas confidenciales, no se puede contar qué se trabaja, pero sí cómo. Lourdes trata de darle un enfoque para que la gente comprenda la profesión y que no se queden con la interpretación teórica que se da en la universidad.
Paula MarianiSubtitulación y doblaje: tan lejos, tan cercaPaula Mariani, traductora audiovisual para doblaje y subtitulación y presidenta de ATRAE, nos habló, precisamente, de su especialidad: la traducción audiovisual. Rompió el hielo al contar su historia y tener que responder a la típica pregunta que se hace cuando comentas que te dedicas a este campo: «¿Y tú a quién doblas?». Su ponencia trató sobre las diferencias entre las versiones de la traducción para subtitulación y para doblaje.
Paula consideraba que el principal factor que había que tener en cuenta entre las dos versiones es que fueran diferentes: «te das cuenta de que está bien hecho cuando no coinciden, ya que cubren necesidades diferentes». Si los públicos son diferentes, evidentemente, las versiones deben ser distintas. Mientras la subtitulación está en un medio escrito y tiene restricciones de tiempo y de espacio, el doblaje se transmite oralmente y también tiene restricciones, pero de sincronía y de velocidad.
Cada vez está más extendido el uso de ver la versión original subtitulada, por lo que lo que se necesita, sobre todo, es hacer que el espectador comprenda de qué se está hablando. Imaginemos que en la versión original aparezca un jugador de baloncesto que no sea nada famoso o que no sea conocido en España y tenemos que traducir, precisamente, tanto la versión para subtitulación como la versión para doblaje. Lo mejor en el primer caso es hacer una generalización («jugador de baloncesto», «deportista»), mientras que en doblaje lo más adecuado sería la sustitución por otro jugador.
Las traducciones para subtitulación y para doblaje tienen más diferencias, como que la traducción de la versión subtitulada es vulnerable a críticas por parte del espectador, ya que cuenta también con la versión original: «¡En el subtítulo pone marrón y el tío ha dicho blue! ¡Menuda mierda de traductor». Sin embargo, la versión para doblaje tiene lo que se llama suspension of disbelief, que, en otras palabras, es hacer que te lo creas. Todos sabemos que Brad Pitt no habla español, pero con el doblaje  nos lo tenemos que creer.
La versión subtitulada suele ser un trabajo de una sola persona, en el que se tiene la máxima responsabilidad, ya que lo que se entrega es lo que se ha trabajado y suele ser la versión final. Sin embargo, la versión para doblaje es una versión preliminar, ya que actúan más personas y la entrega de la traducción es uno de los primeros pasos: luego tiene que pasar por el ajustador y por la interpretación por parte de los actores de doblaje.
AnuvelaDiez años de traducción en equipoAnuvela es un colectivo en el que se unieron siete traductores, que, además de unirles la vocación por la traducción («tenemos a un periodista y a un psicólogo, pero oye...»), les une la amistad desde hace muchos años. Congeniaron personal y profesionalmente en el posgrado de Traducción Literaria, y fue entonces cuando decidieron compartir un espacio en el que poder trabajar, que llamaron Anuvela (un juego con sus nombres: Ana, Nuria, Verónica y tres Lauras). Hay que tener en cuenta que Anuvela no es una empresa, sino un pseudónimo que usan ellos.
El primer trabajo que recibieron, y la primera traducción que hicieron como un equipo, fue un libro de relatos eróticos. No tenían problema por trabajar como equipo, ya que los relatos eran de diferentes autores, y dio un muy buen resultado. La razón por la que decidieron trabajar en equipo la explicaron después de la inclusión de Robert, el único anuvelo: el sector editorial cada vez está más acelerado, y no es rara la traducción que está hecha a varias manos. Sin embargo, desde Anuvela se aboga por la coordinación y darle cuerpo desde dentro, ya que esto hará que se pueda ofrecer la misma calidad que un solo traductor, pero en menos tiempo.
La ley de Propiedad Intelectual equipara los derechos de autor del escritor al del traductor, por lo que, al entregarse el libro, se realiza un anticipo de royalties por derechos de autor de la obra que se acaba de traducir. El resto se suele cobrar a partir de los 60 000 ejemplares del libro traducido, y ese porcentaje que les pertenece a los traductores de literaria se saca del precio de venta al público.
Los textos «anuvelables», es decir, en los que Anuvela puede trabajar, suelen ser los best sellers, en los que el estilo es secundario, el lenguaje es más simple, se suelen leer rápido, hay más acción que en otro tipo de literatura y personajes estereotipados, y, por último, en los que la marca suele ser el autor: es decir, la gente lee a Ken Follett, no Los pilares de la tierra.
Las ventajas de traducir en equipo son varias: se puede pedir una tarifa más elevada por la urgencia y por la coordinación que se ofrece; también se pueden poner en común los problemas que se tienen, para después poder buscar soluciones; y también el compartir el espacio físico a la hora de trabajar hace el trabajo más fácil.
La calidad del producto final se basa en que Anuvela no parte, sino que reparte el libro. Se nombra a un coordinador por proyecto que decide, unifica criterios y revisa el libro cuando esté terminado. La puesta en común es constante debido al uso de herramientas digitales, como servidores en la nube. Precisamente aquí, al ser nombrado el coordinador, es cuando se explica qué hace el coordinador: no solo reparte páginas, sino que crea una serie de documentos que los anuvelos restantes pueden consultar.
Estos documentos incluyen uno con la adjudicación de capítulos para cada traductor, otro en el que se puede ver el calendario de fechas de entrega interna, y unas hoojas de cálculo en Microsoft Excel que sirven de guía y que se actualizan a tiempo real, con un código de colores que señala si las opciones están revisadas o aceptadas (incluyen: personajes, glosario general, glosarios específicos, dudas de estilo, etc.).
Laeticia AbihssiraVisibilidad vs anonimato: los servicios de inteligenciaLaeticia Abihssira es traductora e intérprete profesional, aunque muchos la conocemos principalmente por su labor como bloguera en Traducir es descubrir. Su ponencia versó sobre los traductores e intérprete que trabajan en los servicios de inteligencia, concretamente en el español. El Centro Nacional de Inteligencia es un organismo que pertenece al Ministerio de la Presidencia. Su labor es facilitad al presidente del gobierno y a los ministros información, análisis y estudios de otros países.
Los traductores e intérpretes que trabajan para el CNI principalmente traducen correos interceptados o escuchas telefónicas a sospechosos (interpretaciones). Para trabajar en este ámbito no hace falta ser traductor jurado. También se apuntó que hay poco personal funcionario (como mucho, dos personas por lengua) y son del tipo C (Laeticia dijo que podrían cobrar alrededor de 1000 €).
Cómo llega un traductor o intérprete a trabajar para los servicios de inteligencia se puede dar de dos maneras: la primera es por señalamiento (recomendación), en el que gente que ya trabaja en el CNI (en este caso) recomienda a gente de confianza o a contactos; y la segunda es por la página web del Ministerio de la Presidencia, en la que el traductor deberá entregar su CV, pasar unas pruebas psicotécnicas, evaluación de idiomas, un estudio de seguridad personal y un reconocimiento médico. Los requisitos para estar en plantilla son conocer un idioma extranjero (y uno de los dialectos del árabe, si se sabe árabe), dominar el español a la perfección y tener la nacionalidad española. Ahora mismo interesan el árabe, el chino, el ruso y el italiano.
Durante los últimos años se ha hablado de la visibilidad del traductor, que está muy bien porque se reconoce tu trabajo, pero el traductor que trabaja para los servicios de inteligencia lo ve desde un prisma diferente. Aunque se te puede reconocer socialmente para reivindicar derechos humanos, hay casos particulares en los que no es tan buena idea. El anonimato es obligatorio en ciertos ámbitos porque se corren muchos riesgos, y este es uno de ellos.
Las cuatro de SyldaviaEn la trastienda de la viñeta traducidaLa última ponencia corrió a cargo de las cuatro de Syldavia, un grupo de cuatro traductoras especializadas en cómic y novela gráfica. Son traductoras editoriales y trabajan con el inglés, el alemán, el portugués, el griego y el italiano al español. Conocen el mundo editorial y son traductoras literarias, por lo que querían saber abordar este proyecto con la seriedad que merecía. La razón principal por la que decidieron unirse es que, precisamente, «la unión hace la fuerza».
Ellas consideraban que el cómic era la unión entre la traducción literaria y la traducción audiovisual, y que conllevaba un gran reto al condicionar al traductor y limitarlo, aunque no había que tomarlo como algo negativo, sino como una invitación a la experimentación.
También se habló de la reivindicación de la traducción del cómic como lenguaje especializado para que el traductor sea considerado como un traductor de narrativa o como de poesía. De hecho, durante los últimos años, el cómic ha cambiado, y no solo en temas y formas, sino que su principal motor es recurrir a la narrativa para hacer cómic.
Los lectores también están cambiando, ya que los lectores nuevos están acostumbrados a la calidad impoluta que suele tener la traducción literaria tradicional. Sin embargo, la traducción no lo es todo, sino que es el principio de una larga cadena, en la que también actúan el corrector, el editor y el rotulista, que le da forma gráfica a las letras. Este último, junto a la editorial, es de quien depende la cantidad de cosas que vas a traducir (a veces no vale la pena traducir ciertas onomatopeyas, por ejemplo).
Al ser una disciplina que une texto e imagen, a veces, la misma solución está en el cómic, que se suele entregar al traductor en un ejemplar físico o en PDF. Nos contaron un par de anécdotas de unos cómics que tradujeron. En la primera anécdota, nos pusieron un par de viñetas en las que se veía como un pájaro hacía chiff-chaff en el cómic, cuya intención del autor era poner la onomatopeya, pero también hacer referencia al mosquitero común (Chiffchaff en inglés). Tuvieron que solucionarlo con el cuco, que hace un sonido parecido a su nombre y que también ronda por el lugar en el que estaba ambientado el cómic. Evidentemente no se respeta el original, pero se resuelve la intención del autor. La segunda anécdota era sobre un cartel, en el que se podía leer Dockwood. En la versión original, se había tachado la D y se había puesto una C, para que se leyera Cockwood (cock = pene). Las cuatro de Syldavia pidieron a la editorial que retocaran la imagen para que la D no estuviera tachada y que hicieran un pene con las dos últimas oes, para mantener la broma sexual.
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Crónica del #ETIM2013
Hasta aquí la crónica del #ETIM2013. Espero que os haya gustado y que hayáis aprendido tanto como yo. Me gustaría agradecer a las chicas de Educación Digital por el buen rato que nos hicieron pasar al traer a ponentes de tanto nivel y también por montar tal sarao. ¡Nos vemos el año que viene!

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