Crónica del festival MÁRGENES, II edición de cine español al margen

El clima no fue el mejor: lluvia y frío. La fecha tampoco lo fue: compitió con muestras de cine fantástico y con otros festivales de cine. Sin embargo, el público no falló, y la Cineteca del Matadero de Madrid se coronó definitivamente como el lugar de acogida para los encuentros entre los espectadores más fieles y las películas más independientes. 

La II edición del festival online de cine español al margen se celebró desde el pasado jueves 7 hasta el domingo 10 de marzo. Con 11 películas en exhibición online a través de su web (todas por sólo 5 euros durante 10 días), esta segunda edición incluyó, como novedad, la exhibición offline de las obras en la Cineteca del Matadero a un módico precio y con coloquios, siempre que las circunstancias lo permitiesen, al finalizar las proyecciones con sus respectivos directores, ya fuera en la cafetería o en la misma sala de cine.

Organizado por la productora española River Lab, MÁRGENES ha logrado enfocarse en el público más leal y comprometido; ése que valora una buena obra audiovisual por muy al margen de lo comercial que se encuentre, al margen de lo que estamos habituados. Por ello, su organización no cesa en su empeño de que otro cine es posible aunque no se le dé cabida en las salas españolas. Y es cierto: la mayoría de las cintas exhibidas en estos cuatro días de arte no dejarán a nadie sin aliento o con un lavado de cerebro, porque la reflexión es inexorable. Bien empleada sea.

A pesar de que algunas películas dan tumbos entre el documental y la película tal y como el público medio lo conceptualiza, es de agradecer la apuesta arriesgada y con los ojos tapados que promueve MÁRGENES. Porque aunque no todas las películas puedan ser del agrado de todos los públicos, es imposible no valorar lo que supone hoy en día jugársela a lo independiente, a lo más creativo y a lo más al margen del panorama audiovisual español. Aún más cuando todas ellas acumulan numerosos premios a pesar de que las salas de cine no sean amigas.

De las 11 películas proyectadas y seleccionadas de entre más de 100 que ha recibido la organización, éstas son nuestras recomendaciones:

LOS ULISES: dirigida por Agatha Maciaszek y Alberto García Ortiz, abrió el festival esta oda documental a los extranjeros que son traídos a España a través de redes de trata de personas. En concreto, se centra en un grupo de 57 inmigrantes procedentes de India que acamparon en un monte de Ceuta para llamar la atención del Gobierno e intentar conseguir los papeles, como hizo un grupo anterior y lo logró en poco tiempo. Sin embargo, esta vez no ocurrirá lo mismo. Realizada en 2011, aún hoy en día quedan unas 20 personas viviendo en el campamento a la espera de lograr una solución para su situación irregular. Como explicó uno de sus protagonistas, “si yo he pasado con la mafia a España y ellos [el Gobierno] me dejan seguir, ellos se convierten en mafia también.” Con mucho tiempo transcurrido desde que salieron de su país hasta que pisaron legalmente suelo español -casi 9 años- y mucho dinero invertido (15.000 euros), los directores, que les visitaron frecuentemente y aún hoy mantienen una relación de amistad, decidieron que interactuarían con las familias de los inmigrantes a través de vídeos. Las reacciones de ambas partes al visualizar sus mensajes en vídeo forman una parte importante del documental, que no hace más que clamar por los derechos a una vida digna de cualquier ser humano, sea cual sea su situación.

12+1 UNA COMEDIA METAFÍSICA: Quizá la que acumulaba más adictos a su director, Chiqui Carabante, fue una de las que más llenó la sala. Al estilo de esa inconveniente pero lúdica comedia de los Monty Python La Vida de Brian, aquí están los apóstoles siguiendo a su Dios por las arenas de uno de los desiertos de Fuerteventura. Con un alto grado de humor y una descarriada visión de la tradicional religión católica, Carabante escribe su propio testamento en clave de pecado visceral. Él, que se definió como anarquista en el fondo, explicó en el coloquio que la realización de la cinta fue muy comunista y muy hippie, por lo que, admitió, haber perdido a un jefe de producción porque “eso, claro, les vuelve locos”.
MI LOCO ERASMUS: Qué decir, cómo explicar, por dónde empezar… Esta obra, a pesar de proyectarse fuera de concurso dentro del festival, es un MUST para todo cinéfilo amoroso, individuo con su gen creativo perdido en la oscuridad o freak de los vídeos de gatitos de Youtube. Este conglomerado de audiencias (aún podría ampliarse mucho más) es algo así como la definición o el porqué de esta película/documental/materia gris. Dirigida por Carlo Padial, parece que por su título nos va a hablar de un Españoles por el mundo de estudiantes en el extranjero, empañados por drogas y sexo. Sin embargo, estos dos elementos aparecen mimetizados en la mirada de su protagonista, Didac Alcaraz. Él quería empezar un documental sobre los estudiantes Erasmus en Barcelona, y aprovechar para dar una pincelada descriptiva sobre la ciudad condal. Pero se le fue complicando la historia y ahora ha acabado nutriéndose de Ballantines con café, del dinero de sus amigos y de un oscuro local cedido por su abuela -paciencia, señora- donde dibuja, escribe y pone voz a los personajes que se ha inventado. Esto ocurre después de haber grabado horas y horas de material para acabar dándose cuenta de que los estudiantes no tienen nada interesante que decir. Ahí sigue, Didac, con sólo 5 minutos montados de su obra maestra, trabajando de personal de mantenimiento mientras la creación le carcome las entrañas.

PIEDAD: Primera incursión en el cine documental de Otto Roca, que siempre había trabajado de fotoperiodista o de fotógrafo documental, apreciable en la obra, que no pierde ese toque de dura naturalidad embalsamada en una marcada fotografía hermosa y realista. Roca narra la historia de Piedad, una señora de un pequeño pueblo de León casi desierto que se ve afectada por el Alzheimer a sus 76 años. Con pocas posibilidades de llevar una vida normal en la localidad rural de Leiroso, tiene que trasladarse a la ciudad con su hijo, lo que le provocará fuertes cambios y su pérdida de conexión con la naturaleza. Piedad cuenta cómo es la relación del Alzheimer con la familia, cómo se desempeña el día a día frente a esa enfermedad, amarrada a la dependencia de por vida.

Esta segunda edición de MÁRGENES se clausurará en una gala el sábado 16 de marzo, en la que se entregarán los premios a las películas elegidas por el jurado, además del ‘Premio especial Márgenes al cine independiente’ al productor y director Luis Miñarro como reconocimiento a su trayectoria profesional y su apoyo incondicional a la parte más inquieta de la cinematografía española.