Es por eso que se mantiene como una de las joyas aún muy poco visitadas de los Balcanes, conservando una gran autenticidad, una gran ciudad que queda un poco lejos de ser bella pero que desprende un halo de realismo mágico en la que perderse es todo un placer para los sentidos, por otro lado, la ciudad ha sufrido los horrores de la guerra como ninguna otra en la llamada Guerra de los Balcanes... pero poco a poco, Sarajevo se lame sus heridas para dar paso a una de las ciudades más fascinantes que he conocido aunque no lo parezca desde el exterior.
Vijecnica: Antigua biblioteca de Sarajevo, destruída en la guerra y actualmente Ayuntamiento
Inat Kuca: La Casa del necio justo en la otra orilla del Ayuntamiento, llamada así porque el dueño se negaba a derribarla ante la imposición del gobierno y fue cambiada de lugar, ladrillo a ladrillo.
Sarajevo está diferenciado en dos grandes bloques: La parte otomana y la parte austro-húngara, dos barrios situados en la orilla norte del río Miljacka y separados en una misma calle que cambia de nombre, pasa de llamarse Saraci a Ferhadija, dos contrapuntos a una misma ciudad que con solo dar un paso la arquitectura y la cultura cambia por completo.
Comenzamos nuestro recorrido por Bascarsija, el barrio medieval otomano donde la sensación es la de haber viajado miles de Km. al este y situarnos en pleno Estambul, de hecho, no es casualidad, Sarajevo fue la segunda ciudad en importancia del imperio otomano y cuatro siglos de ocupación no pasan en balde.
Peluquería en Bascarsija
Calle Ferhadija, en la parte austro-húngara de Sarajevo
Catedral ortodoxa
Catedral católica de Sarajevo
Linea divisoria que parte el barrio otomano de la zona austro-húngara
Bezistán de Sarajevo
La plaza central de Bascarsija fue el punto de encuentro entre comerciantes provenientes de Oriente y Occidente, a su alrededor, se construyeron mezquitas, posadas, baños, bezistanes (mercados techados), escuelas religiosas, patios públicos y fuentes. Bascarsija comienza a ser el corazón de uno de los centros comerciales más importantes de los Balcanes, convirtiendo así a Sarajevo, junto con Estambul y Salónicaen una de las ciudades más grandes e importantes de la región. Hoy en día es un barrio palpitante de gente y de vida, donde toda clase de comercios, servicios, cafeterías y restaurantes conviven, lo ideal es perderse por su callejuelas que salen de su plaza central y dejarse llevar por sus colores, sabores y olores. Si cruzamos a la parte europea, ya no nos sorprende tanto el panorama, el bullicio de gente en la parte otomana cesa sorprendentemente y ante nosotros vemos una clásica calle comercial de arquitectura típica europea, con claros ramalazos que de manera inequívoca nos recuerda a una Viena venida a menos. Si hubiésemos cambiado de barrios a la inversa, el golpe hubiese sido bien diferente.
Sebilj de Bascarsija: Fuente pública de la época otomana y símbolo de Sarajevo
Puente Latino: No demasiado vistoso pero famosísimo por ser donde se asesinó al archiduque Franz Ferdinand y fue el detonante de la Primera Guerra Mundial.
Perros callejeros: Hay muchísimos por las calles de Sarajevo, están cuidados y censados como en Atenas
Modernos tranvías pasan al lado de decadentes edificios
Arquitectura típica de la zona austro-húngra
Museo Memorial de la masacre de Srebrenica: Apabullante y lacrimógeno
Catedral católica
La mañana siguiente de Domingo empieza temprano para dirigirse al Memorial Museo 11-07-95 sobre la matanza de Srebrenica, muy interesante e impactante, con instantáneas del fotoperiodista neozelandés Drew Godard al que ya pudimos ver fotos suyas en Mostar.
Nuestro tour del horror continúa en elMercado de Markale, tristemente también célebre por ser el lugar donde fue bombardeado dos veces por morteros durante el Sitio de Sarajevo. Murieron muchas personas y un pequeño monolito recuerda a las víctimas, podemos ver en el suelo las marcas de los impactos de mortero.
Por toda la ciudad podemos ver en el asfalto las llamadas Rosas de Sarajevo, son las marcas que dejaron los impactos de mortero sobre el suelo, la gente empezó a pintarlas de rojo, para que nadie olvide.
Llama Eterna por los caídos en la Segunda Guerra Mundial
Partida de Ajedrez con aficionados
Las heridas en los edificios son constantes en toda la ciudad
Los contrastes entre la parte europea y otomana, a plena luz del día son aún más evidentes, vemos una parte aún desvencijada y en fase lenta de reconstrucción, la otra parece impasible al paso del tiempo y las circunstancias, es un claro ejemplo de una ciudad desarticulada y mal gobernada, desconozco si el barrio otomano ha sido reconstruido o permaneció intacto durante el asedio a Sarajevo.
Gazi Husrev-beg: Mezquita principal de Sarajevo
Sahat Kula: Torre del reloj
Hamman Hursrev Bey
Calle Kazandziluk: Calle de los artesanos de orfebrería
Seguimos paseando por Sarajevo en el próximo capítulo... Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir con TwitterCompartir con Facebook