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Crónicas Cannes 2012: "Reality" ¿Fellini también llega al Gran Hermano?

Publicado el 19 mayo 2012 por Fimin

19 de Mayo del 2012 | etiquetas: Festival de Cannes, Festivales 2012, Televisión  Compartir

Hace exactamente un años, se iniciaba en Nápoles el rodaje de la nueva película de Matteo Garrone. El realizador italiano volvía así a ponerse tras la cámara tres años después del gran éxito de "Gomorra", con más de diez millones de recaudación en Italia y muchos premios recogidos, entre ellos, el Gran Premio del Jurado de Cannes en 2008. Premio que aspiraba a repetir, o incluso a mejorar, presentando este año "Reality", en principio, una de las grandes responsables de encumbrar la sección oficial de esta 65 edición como una de las más potentes de los últimos tiempos. No era para menos tratándose de un film cuyo objetivo esta vez apunta a los reality shows y las ansias de celebridad de una sociedad enferma. ¿La sorpresa? Si esperábamos que Garrone nos llevara "Gomorra" al Gran Hermano...nos encontramos con más de una. Olvidémonos de su excelente anterior film y mejor miremos a Fellini, Berlanga o incluso, "El Rey de la Comedia".

¿De qué va?

Luciano es un pescadero napolitano que gana dinero extra destapando pequeñas estafas con su mujer Maria. Como tipo agradable y dado al espectáculo, Luciano nunca pierde la oportunidad de actuar delante de sus clientes e infinitos familiares. Un día su familia lo anima a aùntarse al cásting de Gran Hemano. Durante el proceso de selección, su percepción de la realidad empieza a sufrir variaciones.

¿Quién está detrás?

Suyas son dos obras de primer nivel como "Primo Amore" o “L’Imbalsamatore”, dos joyas que como ya es habitual en nuestro país, permencen inéditas aún y siendo aquellas que llevaron a Matteo Garrone a su obra cumbre, su indiscutible obra maestra en forma de feroz retrato sobre la camorra napolitana. Era "Gomorra," una ficción de carácter documental que básicamente nos hablaba de dinero, poder y sangre. El resto del equipo de rodaje está compuesto por colaboradores habituales de Garrone: el director de fotografía Marco Onorato, el director de arte Paolo Bonfini, el montador Marco Spoletini y la diseñadora de sonido Maricetta Lombardo. El vestuario será obra de Maurizio Millenotti, ganador de un premio David de Donatello en 1999 por La leyenda del pianista en el océano, de Giuseppe Tornatore, y candidato al Oscar en 1986 por Otello y en 1990 por Hamlet, el honor de la venganza, ambas de Franco Zeffirelli.

¿Quién sale?

Entre los 'participantes' veremos a Claudia Gerini ("La Desconocida", "-Ex", La pasión de Cristo"),Ciro Petrone (el Ciro de "Gomorra"), y un buen puñado de actores debutantes.

¿Qué es?

Gran Hermano + Fellini

¿Qué ofrece?

A decir verdad, su recepción crítica nos llega más bien envuelta en el escepticismo y la decepción que en el entusiasmo. Pero hay de todo y para todos los gustos, así que al lío:

Empezamos con la prensa nacional, con un Manu Yañez que desde su imprescindible blog de Fotogramas no ha dudado en resaltar sus cualidades y múltiples (e ilustres) referencias: "Articulada en clave de farsa, la película consigue trascender el plano caricaturesco y el personaje de Luciano termina erigiéndose en sentido mártir de una preocupante dolencia social. Puede que la película abuse del registro grotesco y de la exaltación esperpéntica de ciertos tópicos de la Italia sureña, pero la corrompida humanidad de Luciano nos transporta con naturalidad al interior del horror: de la vida convertida en simulacro, a lo Bienvenido Mister Marshall, a la caridad cristiana reconvertida en hipocresía social, a lo Plácido. De hecho, el trastorno mental del protagonista recuerda en gran medida al del Rupert Pupkin (Robert de Niro) de El rey de la comedia. Referentes que quizás le vienen un poco grandes al filme de Garrone, pero que dibujan el radio de acción de esta película urgente".

Opinión similar la de Sergi Sánchez, quien escribe en La Razón que "se encalla en el pensamiento paranoico de su personaje, pero es, en general, un estimable intento de retratar la necesidad del hombre contemporáneo de buscar su reflejo sublimado en otra dimensión del mundo que no es la de su realidad inmediata".

Carlos Boyero, por su parte, saca a relucir la clásica comedia italiana en El País para una película que parece no haberle entusiasmado pero si agradado: "y no puedo evitar acordarme del genial Alberto Sordi cuando veo la cara, la expresividad y los movimientos del actor Aniello Arena. Es una película que se acerca en el tono, en el estilo, en su tragicómico retrato de la existencia a aquellas perdurables comedias que alguna vez hizo el cine italiano".

Más efusivo se muestra un E. Rodríguez Marchante afirmando en el ABC que "Garrone filma en Napoles como yo me lavo los dientes en mi casa, y se le sale el frecor neorrealista y chillón por la pantalla; la gracia de los personajes, la fuerza, la mezcla de lo entrañable con lo malicioso..., la película es un magnífico retrato, aunque se escurra al final hacia lo simbólico y pierda ese pie en el empedrado meado en el que había transcurrido. La exposición de frikis es, además, de primera división".

No es el caso de Luis Martínez de El Mundo, quien nos evoca el inconfundible mundo felliniano pero en el peor de los sentidos: "Reality no acierta a definirse entre el drama, la comedia y todo lo contrario. El director se muestra demasiado temeroso de ser confundido con el asunto tratado y abandona demasiado pronto el gesto demoledor y cruel que tenía 'Gomorra', que exigía una historia demasiado triste para no provocar carcajadas. En todo momento, entre un falso Fellini y un pobre Totó, la película se empeña en ser demasiado italiana. En el peor de los sentidos".

Y en cuanto a la prensa internacional, ante todo, decepción y escepticismo:

Allan Hunter abre fuego en Screen opinando que "surca aguas fellinianas para ofrecernos una caprichosa reflexión sobre la influencia corruptora de los reality-show. Recatada y especuativa, "Reality" fracasa al hacer sangre de un conflicto que ya no resulta tan urgente e inmediato como una vez lo fue".

Misma senda sigue Deborah Young en The Hollywood Reporter: "Por más que innegablemente resulte un buen material para una sátira de la televisión italiana de Nápoles, no resulta lo suficientemente divertida como para entrar en órbita". Y añade: "un anhelo frenético por ser el centro de atención de celebridades tiene un efecto predeciblemente destructivo en una pobre vendedora de pescado en Nápoles en la "Reality" de Matteo Garrone, una obvia decepción tras su implacable drama criminal "Gomorra".

Y Kevin Jagernauth en The Playlist: "Resulta una auténtica decepción que tanto ideológicamente como narrativamente "Reality" nunca llegue a golpearnos con contundencia a pesar de gozar de una técnica y estética de primera categoría". Añadiendo que "ni la excelente banda sonora de Alexandre Desplat ni los largos e imponentes planos secuencia no evitan salvar el último film de Garrone del fracaso".

O Jay Weissberg en Variety: "Matteo Garrone demostró su talento y su categoría de cineasta de primer nivel gracias a su inconfundible realismo y a una confianza visual demostrada incluso antes de "Gomorra". La pena es que nunca ha resultado aburrido hasta que nos ha llegado "Reality".

Pero no todo es decepción, también encontramos oro al otro lado del Atlántico en la crítica que Eric Kohn le dedica en Indiewire otorgándole una A-: "El "Reality" de Matteo Garrone nos proporciona una terrible (en el mejor de los sentidos) reflexión sobre las obsesiones de 'Gran Hermano'. Y concluye: "Hasta cierto punto, "Reality" es en realidad un reality show con mayor resonancia que el "Gran Hermano".

La posible conclusión final nos la brinda Peter Bradshaw en The Guardian, otorgándole 3 estrellas y concluyendo que "la sátira sobre el reality show que nos propone Garrone resulta en cierta forma visible aunque fundalmente resulte predecible". 


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