Revista Cultura y Ocio

"Cronopaisaje" de Gregory Benford (1980)

Publicado el 03 octubre 2014 por Tomas


Título: Cronopaisaje (Time Scape)
Autor: Gregory Benford. Escritor, doctor en física, profesor universitario de astrofísica y consultor de la NASA.  Es uno de los grandes autores de Ciencia-Ficción de los años 80, y autor de la "ley de la controversia de Benford".
Género y estilo: Es una novela de Ciencia-Ficción dura en su sentido más estricto, pues la trama gira en torno a un experimento científico, y los aspectos técnicos son fundamentales. Pertenece al subgénero de la Anticipación, por ambientarse en un posible futuro, que es de además de corte distópico, pues muestra una realidad poco esperanzadora.
Qué cuenta: En el año 1998, la Tierra sufre una catástrofe medioambiental de escala planetaria, fruto de la acción humana, que repercute en la población en forma de hambrunas, restricciones energéticas, revueltas sociales y conflictos en las relaciones entre Estados. John Renfrew, de la Universidad de Cambrigde, intenta enviar un mensaje de advertencia al pasado usando flujos de taquiones. El receptor será Gordon Berstein, en la Universidad de la Jolla, en 1963. Los enemigos de ambos serán la falta de fondos y la propia comunidad científica, de la que el autor hace un retrato bastante crítico.

"Cronopaisaje" le valió a Benford, entre otros, los Premios Nébula y John W. Campell Memorial, y supuso su consagración en el Olimpo de la Ciencia-Ficción, siendo uno de los máximos exponentes de la rama dura del género, como veremos en esta reseña.
Lo primero a destacar de "Cronopaisaje" es lo prosaico de su planteamiento. No encontraréis naves espaciales, viajes intergalácticos, experiencias extrasensoriales o razas alienígenas. Como la física que protagoniza la obra, la trama se desarrolla en un laboratorio, con los pies bien plantados en la Tierra.
A saber: En el año 1998, la Tierra vive una crisis medioambiental, causada por el uso de hidrocarburos clorados en los fertilizantes, que una vez volcados al mar provocan la floración del fitoplacton, causando la desaparición de innumerables especies marinas, alterando el ecosistema e impidiendo la pesca. De ahí pasan a las nubes, por evaporación, y contaminan los cultivos y la carne del ganado, por ingestión. Todo esto, unido a una precaria situación política y a un escenario de tensión creciente, con cada vez más países con capacidad nuclear, deriva en una carestía de alimentos y de recursos, que obligan a la población a padecer restricciones de suministro eléctrico y de agua, y a pagar precios exorbirtados por los comida. Las intoxicaciones alimentarias son frecuentes, y la seguridad ciudadana cada día es menor, con gente viviendo en casas abandonadas y altas tasas de delincuencia. Los mercados están fuertemente intervenidos, las bolsas de valores canceladas, y el comercio internacional es casi anecdótico. Los ciudadanos intentan sobrevivir en la autarquía, cultivando sus propios huertos y criando gallinas. Hay revueltas sociales por todo el planeta y en los lugares menos afortunados existen hambrunas y epidemias. Las autoridades se muestran incapaces de controlar (y menos aún de solucionar) la situación.
En este marco, John Renfrew, de la Universidad de Cambrigde, en Inglaterra, experimenta con haces de taquiones, usando antimoniouro de indio como conductor, bombardeando la posición astronómica en la que se encontraba la tierra en el pasado, esperando que alguien reciba el mensaje en el que advierte sobre los riesgos de los hidrocarburos clorados para el medio ambiente. 
En 1963, Gordon Bernstein, en la Jolla, California, que está experimentando con los por entonces aún embrionarios taquiones, detecta un ruido interfiriendo con sus pruebas. Tras aislarlo, identifica el mensaje. Pero tanto Renfrew en 1998 como Bernstein en 1963 se enfrenta al más terrible enemigo de los científicos. A su némesis, a su archivillano plenipotenciario: La falta de fondos. 
Y es que "Cronopaisaje" es, en esencia, un retrato del mundillo científico y de las instituciones universitarias, de su dependencia de presupuestos y fuentes de financiación, de su relación con los medios de comunicación, de los diversos personajes que lo componen y de su "política", de las relaciones de poder que se establecen y de la competitiva y (según Bedford) artera e insidiosa comunidad científica. 

El experimento de la novela sería algo como esto. O no :) [fuente]


El núcleo central de la novela es, como no, el experimento de Renfrew, y la narración alterna entre el año 1998 y el 1963, salvo un último capítulo ubicado en 1974, que serviría como reflexión sobre si el intento de comunicación con el pasado tuvo éxito.
Alrededor de esta trama giran muchas líneas argumentales, como la vida personal, profesional y familiar tanto de Renfrew en 1998 como de Bernstein en 1963, y sirve al autor para mostrar una profundidad y detalle en la construcción de los persones desacostumbrada en la Ciencia-Ficción dura, convirtiendo "Cronopaisaje" en un drama y en un retrato social que se adentra por momentos en el costumbrismo.
Mientras que aquellos capítulos ambientados en 1998 se titulan simplemente así, "1998", los situados en 1963 llevan por título la fecha exacta, y se entregan cronológicamente. Y sí, efectivamente, ahí está la fecha crucial, 22 de noviembre de 1963. Como no podía ser de otra manera, el asesinato de John Fitzgerald Kennedy tiene su espacio en "Cronopaisaje", introduciéndolo Gregory Benford como una variable más en el cambio del futuro.
Porque, ¿no es una paradoja que se cambie el pasado sin alterar el propio presente? Es decir, si desde 1998 se cambia la línea temporal, el experimento de Renfrew ya no tendría lugar. Es la llamada "paradoja del abuelo", que se cita explícitamente en el texto. Benford la resuelve de una manera elegante y plausible, aprovechando para darle a la novela un afán divulgativo, explicando mediante los diálogos de los personajes conceptos complejos de física cuántica, haciéndolos asequibles.
Toda la  novela es así una introducción a la mecánica cuántica para neófitos, y tiene momentos más áridos y otros más amenos, pero el resultado general es correcto. Con todo debo avisar: "Cronopaisaje" no es un libro para todos, los menos acérrimos seguidores de la Ciencia-Ficción podrán hallarlo aburrido.
Esto es debido a que es una obra muy formal, muy ceñida al rigor científico, y Benford no hace especulaciones. Vamos, que la nave espacial de la portada es pura publicidad y no guarda relación alguna con el argumento, donde lo más extraordinario que vemos es la posibilidad exitosa de enviar un mensaje al pasado mediante taquiones, las partículas que aún hoy son hipotéticas. [En el capítulo de 1974, durante una conversación con un físico de partículas, Bernstein se muestrá escéptico ante la especialidad: "Los físicos de partículas eran unos adictos a sus inmensos aceleradores". Faltaba mucho aún para el LHC :D]
Por lo demás, se puede disfrutar de la imagen que Benford muestra del mundillo académico y científico, donde quedan retratados sus diferentes integrantes, cada uno con sus motivaciones e intereses. Vemos a Isaac Lakin, el jefe de departamento de Bernstein, preocupado por la captación de presupuestos por encima de todo, apremiando a Bernstein para que presente un logro, el que sea, que pueda ser publicado en las revistas especializadas, y que le coacciona comprometiendo su puesto y su carrera si no muestra avances. O a un científico llamado Saul Shriffer, responsable del "proyecto Ozma, escuchando señales de radio procedentes de otras civilizaciones", que son un trasunto de Carl Sagan y el proyecto Seti, respectivamente, a quien atribuye poco rigor en sus cálculos, exceso de optimismo y un especial talento de cara a los medios de comunicación.
Precisamente, la citada obsesión de Lakin por publicar se extiende a toda la comunidad científica, provocando un exceso de información que imposibilita leer todo el material disponible, teniendo que recurrir los interesados a resúmenes y recensiones. Y eso es lo que sostiene la Ley de la Controversia de Benford: "La pasión asociada a una discusión es inversamente proporcional a la cantidad de información real disponible". Es decir, el exceso de información se convierte en ruido, y dificulta encontrar datos útiles.
El toque más divertido lo ofrece el desfile de excéntricos chalados y teóricos de la conspiración que acosan al sufrido Bernstein cuando su experimento sale a la luz. Personas carentes de cualquier formación académica y capacidad científica, con las teorías más absurdas y extravagantes posibles, aquejados además de victimismo y paranoia.
Llama la atención también lo competitivo que es el mundo universitario, con diferentes centros (el MIT, Columbia, Yale, La Jolla...) disputándose las mentes más brillantes y hablando de adquisiciones como los equipos deportivos hablan de fichajes de grandes estrellas.
En este libro hacen también apariciones grandes nombres de la física, unos más conocidos para el gran público, otros menos, pero tanto Eistein, Schrödinger, Heisenberg como muchos otros, aparecen bien citados, bien presencialmente, a lo largo de la historia. Hay incluso sitio para Philip K. Dick, cuyo libro "El hombre en el castillo" le es regalado a Bernstein por su novia, Penny.
Como ejercicio de Anticipación, "Cronopaisaje" es poco halagüeño, y Benford no muestra el optimismo ni la confianza en la Humanidad de autores como Clarke o Asimov. Escrito en 1980, en plena Guerra Fría, muestra un 1998 con un mundo dividido aún en dos grandes bloques (parece que nadie fue capaz de aventurar la caída del la Unión Soviética) que siguen usando el planeta como un gigantesco tablero de ajedrez, concentrándose la mayor tensión en Iberoamérica. Argentina aparece como un país con capacidad nuclear, y Brasil como una potencia emergente que está cometiendo un suicidio medioambiental, al deforestar el Amazonas para convertirlo en terrenos de cultivo. La mentada floración del fitoplacton, que está en el eje de la trama, se ceba en especial con este país, que tiene en la pesca uno de sus principales sectores económicos.
Acertó Benford prediciendo un envejecimiento preocupante de la población estadounidense y europea, y el aumento del poder y relevancia social de ese sector de la sociedad, cada vez más condicionante para las políticas y con un voto más determinante.
El resto del panorama es similar: Gobiernos incapaces de solucionar los problemas que han creado, degradación de los entornos urbanos, masas de población en la pobreza, delincuencia incontrolable, alimentos escasos y de pobre calidad (un mundo donde el café "sabe a pelo de perro" es una distopía de pleno derecho), restricciones en los suministros de servicios, autarquía económica, bloqueo de los movimientos de población, capitales y mercancías, mercados totalmente intervenidos (la pesadilla de los estadounidenses), revueltas sociales, catástrofes medioambientales (California vive en un incendio forestal permanente)... vamos, que la Ciencia, para Gregory Benford, no ha sido el motor de cambio de la Humanidad que es para otros autores más utópicos.

Las tres B de la Ciencia-Ficción: David Brin, Greg Bear y Gregory Benford.
Amigos, compañeros de profesión y autores de la segunda trilogía de la Fundación. 


En conclusión, "Cronopaisaje" es una muy buena novela de Ciencia-Ficción dura y un ejemplo de que se puede practicar este género sin descuidar los personajes ni los subargumentos, y que una historia puede basarse en la ciencia sin ceñirse en exclusiva a ella, hablando a la vez de cuestiones humanas y de los problemas de las personas que viven en torno a ella. Como ya comenté, puede no ser atractiva para los menos devotos de este gran género literario, pero los amantes del mismo no la pueden dejar pasar. Nos leemos!

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