Revista Cultura y Ocio

Crown Lands. Fearless. Edición Rockarte

Publicado el 05 marzo 2024 por Moebius
Crown Lands. Fearless. Edición Rockarte Ahora Rockarte realiza una gran animación sobre el arte gráfico de otra buena banda desconocida, ahora hablamos de un dúo de multiinstrumentistas provenientes de Oshawa, Ontario, Canadá, y como tal, con un sonido muy Rush, y al tiempo muy bien logrado. Pero si bien el disco evoca el sonido y el alcance del "2112" de Rush, claramente este álbum es un producto del 2023, y su trama fantástica basada en personajes funciona como una parábola de discusiones del mundo real sobre el capitalismo, la colonización y la lucha indígena. Aquí, los dos líderes del proyecto brindan una guía para ayudarte a navegar la historia de este viaje por las estrellas y los mundos más lejanos. Aquí, un excelente trabajo de Rush, sin Rush.
Crown Lands. Fearless. Edición RockarteNo vamos a dar mucho preámbulo que acá lo que vale es la fabulosa animación de Rockarte, pero antes dejamos un comentario sobre el disco que está muy bueno...

Es un dúo canadiense de música rock de Oshawa, Ontario, formado por el vocalista y batería Cody Bowles y el guitarrista, bajista y teclista Kevin Comeau, con influencias prog-rock, que compone música y letras inspiradas en la resistencia indígena al colonialismo. Han declarado que su nombre, "Crown Lands", expresa el deseo de desbaratar el concepto de "tierra de la corona" canadiense, o tierras en manos del gobierno robadas a las Primeras Naciones.
"Los Crown Lands son narradores natos, con los ojos puestos en este mundo y otros. Pintores de universos extraños y absorbentes. Defensores de las comunidades LGBTQ+ e indígenas. Contraculturales para el siglo XXI, influenciados por una mezcla de pensamiento antiguo, ciencia ficción y narradores musicales desde Rush hasta Paul Simon, Led Zeppelin hasta John Prine. Es rock progresivo, pero no como lo conoces, o cómo pensabas que podría ser.
Aunque aún están en sus venas, los Crown Lands tienen lazos profundos con la historia. El enigmático proyecto del cantante/baterista Cody Bowles (un Mi'kmaq Two Spirit , que creció aprendiendo de los ancianos de la reserva de la Primera Nación de Alderville en Canadá) y el guitarrista/tecladista Kevin Comeau (un bajista nacido en una familia judía de Whitby, Ontario, cuyos ancestros sobrevivieron el Holocausto), el grupo canaliza espíritus antiguos en historias fantásticas. Todo ello atemperado con problemas actuales, y todo ello como un dúo.
"Creo que el factor sorpresa de Cody y yo logrando esto, como dos personas, es algo que debemos mantener en el espectáculo en vivo", razona Comeau. "Todavía podemos lograr mucho de esto en vivo sin pistas, sin trucos y sin miembros adicionales".
Desde que se conocieron en 2015 en una audición para una banda - donde se conectaron por su amor a íconos del prog como Rush - el dúo de cabello leonino ha prosperado con una mezcla diversa de ideas y actividades. Conversaciones extensas mientras pasean por el bosque. Odas urgentes al maltrato de los pueblos indígenas de su país (capturadas en su sencillo del 2020 "End Of The Road"). Bromas tontas sobre películas y comida india. Referencias culturales que incluyen los mundos de J.R.R. Tolkien, el autor de Dune Frank Herbert, el maestro budista Chögyam Trungpa y las bandas sonoras de Flash Gordon y Terminator. Mientras tanto, se acumulaban montones de riffs.
"No hacemos mucho en soledad para esta banda", dice Comeau. "Cuando estoy solo haciendo música, es música sintetizada, algo así como Vangelis o Tangerine Dream o John Carpenter. Y cuando Cody está solo, toca todas estas flautas increíbles hoy en día, y eso es todo un mundo aparte. Pero cuando nos juntamos, es como ¿qué harían Pink Floyd si improvisaran con Rush? Es un tipo diferente de espacio mental."Christian Dárchez
Edición Rockarte
Si no podés ver la animación, entrá acá:
https://fb.watch/qwAKnzNytQ/

Justo cuando pensé que los americanos Greta Van Fleet y su más pura imitación habían llegado al pico más alto de descaro llega esta banda con su segundo disco a levantar la apuesta en materia de caradurismo musical. Crown Lands es un dúo canadiense y como no podría ser de otra forma siguen la estela (o mejor dicho cada nota) de los astros del Rock Progresivo Rush. Y aunque cueste creerlo, en 2021 editaron su debut homónimo en 2020 (también tienen 4 EP’s a cuestas) y al momento fueron nominados en 2 categorías de los Juno Awards (¿que?) y ganando una como “Grupo revelación del año”. Este año la banda está de vuelta con su segundo trabajo y al momento de su edición varios medios de prensa cayeron rendidos ante el dúo y el mismísimo Mike Portnoy (ex Dream Theater, hoy en cualquier proyecto habido y por haber) salió a recomendarlos abiertamente en sus redes. No me voy a cansar de decirlo pero siempre voy a recordar cuando la prensa muy suelta de cuerpo en sus revistas les aconsejaba a Jimmy Page y a Robert Plant que le iniciara acciones legales a Lenny Wolf cuando editó su disco debut con Kingdom Come en 1988 por considerarlos una copia de Led Zeppelin. ¿Qué estoy siendo exagerado con la prensa especializada? ¡Y bueno, los antecedentes no los ayudan! Y menos cuando salen a alabar a grupos modernos como el de estos canadienses. Igual estoy consciente de algo: ¡cómo cambiaron los tiempos!
En “Fearless”, segundo disco de los canadienses Crown Lands, la cosa grita “RUSH” a los 4 vientos, y sin ruborizarse ni inmutarse un milímetro con una propuesta que evoca a sus compatriotas de la era de “Fly by night” y “Caress of steel” (ambos de 1975) discos en los que empezaban a despegar del Heavy/Rock a lo Led Zeppelin de su debut homónimo de 1974 para ir por lides más elaboradas e intrincadas, y que encontrarían su cenit (y por ende su sonido propio) con los esenciales “2112” (1976) y “A farewell to kings” (1977). Voy a ser justo con el dúo por si alguien me sale con frases infantiles propias de los 90’ como “Seguro vos componés mejor que ellos” (Como si dicha frase inhabilitara a alguien para opinar) y voy a decir que los tipos conocen muy bien cada yeite y tienen la habilidad técnica para replicar el sonido de sus compatriotas; eso es algo innegable y me parece magnánimo de mi parte reconocerlo. La pregunta del millón es que si imitar a una banda tiene algo de malo…Y bueno, replicar el sonido de una banda al pie de la letra te limita mucho a nivel creativo, por más gancho que le pongas a tus composiciones (ese es otro punto a favor del dúo). A mi entender le pasa lo mismo a Greta Van Fleet y ahora a estos canadienses. Ya puestos en clima voy directamente a los extensos 18 minutos de Starlifter: fearless pt. II donde escuchan esos guitarrazos bien a lo Alex Lifeson, los cambios de ritmos en los parches de Neil Peart (Dios te tenga en la gloria) como al acompañamiento, los adornos y escalas de bajo a lo Geddy Lee como también el defecto que tenía él sobre esa era y que después mejoró en los discos posteriores, sobre todo en los 80’: el abuso de los agudos nasales. Dreamers of the dawn va por lides más cancioneras en una marcha movida y con buenas armonías pero que no estuvieron muy finos con el estribillo. Mejor suerte corre la pausada The shadow (mi favorita) de muy muy buenas melodías contemplativas donde el cantante y también baterista Cody Bowles desiste de tanto agudo y juega más con tonos bajos y medios, y también cuenta con un muy buen estribillo. ¡Si no es el mejor tema del disco pega en el palo! Right way back de hecho no está tan mal y tiene su encanto en sus cambios de ritmos rápidos a lentos para el estribillo, pero le faltó más fuerza en el sonido y parece salida de otro disco. Luego tenemos Context: fearless PT. I de 7 minutos (vaya a saber por qué la pusieron en la mitad del disco y no al principio) con sus consabidos pasajes instrumentales con los duelos de bajo en plan melódico y de batería. Hay signos de querer despegar de los regazos de Papá Rush (algo que también sucede en “The shadow”) en un instrumental acústico en plan casi country llamado Penny, en la power ballad Lady of the lake no se aguantan así mismos y todo vestigio de búsqueda se ve ensombrecido cuando Bowles pega esos alaridos innecesarios. Por suerte para el final en el medio tiempo Citadel esa tendencia está más controlada en un tema más cancionero y sin tanta parafernalia progreta.
La producción del disco es otro de los puntos a destacar: tiene un perfecto balance entre potencia y melodía aunque ese sonido no sea 100% de ellos, todo se escucha limpio y nada quedó librado al azar. Ahí me tengo que sacar el sombrero. La otra pregunta del millón es ¿Era para tanto el revuelo que armó la prensa con esta banda? A mi parecer es obviamente que no, y aunque (tengo que ser justo otra vez) la banda destaca más cuando se sale del guión establecido, los tipos mayormente quieren mostrar lo bien que tienen estudiados a sus compatriotas y eso los limita mucho. Recomendado para los fans de Rush y el Rock en general. Ojalá algún día se animen a brillar con luz propia ya que tienen los medios necesarios para hacerlo en lugar de estar a “La sombra” de otros porque a fin de cuentas “La fortuna favorece a los valientes”.

Lo podés escuchar completo desde su espacio en Bandcamp:
https://crownlandsmusic.bandcamp.com/album/fearless

Y estas son sus redes sociales:



Crown Lands. Fearless. Edición Rockarte

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