'Cuaderno para dos', de Rachel Cohn y David Levithan

Título original: Dash and Lily’s Book of Dares
Clasificación: Novela realista
Edición: Molino, 2011, 16 €
Valoración: 4’5 sobre 5

Librería Strand de Nueva York. Entre sus veintinueve kilómetros de estanterías, en medio de dos ejemplares de Franny y Zoey, Dash encuentra una moleskine roja. Dentro, una desconocida que responde al nombre de Lily le propone un reto que sólo el chico indicado podrá cumplir. De esta manera se inicia un juego de ingenio entre dos desconocidos que a pesar de la ironía de sus voces, en el fondo lo único que buscan es eso que llaman amor. Pero todo es posible en Nueva York y más si es Navidad.

Para mí, Cuaderno para dos es una de las grandes sorpresas de este 2011. Desde el primer momento en el que abrí una caja y me encontré con tres ejemplares de la novela de Rachel Cohn y David Levithan, mi casi infalible intuición me dijo que estaba ante una historia que me iba a gustar. Y mucho. El exterior: una edición muy cuidada del tipo a la que nos está acostumbrando Molino. ¿Y dentro? Una estupenda comedia romántica sin azúcar, sin excesos y sin melodrama. Dos narradores, Dash y Lily, que explican esta historia con una mirada irónica, divertida, tierna y con un deje de tristeza. El punto de vista se va alternando sin que parezca ese recurso manido que aparece en muchas novelas actuales. Al contrario, además: es la forma correcta de explicar esta historia, ya que el cuaderno que lo origina todo va cambiando de manos y cada uno de los narradores continúa, contradice o ironiza al anterior. Y esas dos voces están cargadas de personalidad. Dash y Lily son dos grandes creaciones literarias que consiguen individualizarse; Dash con esa pincelada snob que lo hace cargante y encantador a la vez, y Lily comportándose como una niña un pelo marisabidilla que es más de lo que cree pero menos de lo que a veces se piensa. Acompañando a estos dos, una miríada de buenos personajes secundarios (en especial la exnovia de Dash, con la que establece una relación preciosa y normal y, por esto, tremendamente original) y un retrato exquisito de una ciudad de Nueva York en plenas vacaciones navideñas. ¿Y todo esto para qué? Para hablar del amor y de ser amado. De la imaginación, las ilusiones y las expectativas. De la invención del amor. De ese momento donde todo es ideal y, de repente, choca con la realidad. Y todo explicado con humor. Y con un humor un punto snob (genial el chiste sobre Nicholas Sparks) que recuerda de lejos a Seinfeld. Libros divertidos con personajes reales y situaciones pausibles no abundan, y hay que valorarlos y reconocerlos.

Cuaderno para dos es una gran novela. Un ejercicio de humor afilado, de pasión por los libros, de amor a una ciudad, sutil en el planteamiento de los temas (lo ideal, la decepción…). Una obra para leer con frío en la calle mientras se escucha un disco de The Fiery Furnances, para reflexionar sobre el sentimiento más grande y la imagen que tenemos de lo que es, y para desear ir a Nueva York las próximas navidades. Una novela para descubrir y regalar.