El ramo de novia no es solo un bonito arreglo de flores, es un símbolo cargado de significado y tradición. Desde la antigüedad, las novias han llevado ramos como amuletos de buena suerte, para alejar la mala energía y como símbolo de fertilidad y prosperidad. Es como llevar contigo un poquito de magia en tu gran día.
Pero eso no es todo, el ramo también tiene un significado romántico. Se dice que en la antigua Grecia, las novias llevaban consigo hierbas aromáticas para ahuyentar a los malos espíritus y atraer el amor y la felicidad. Imagina el aroma embriagador de la pasión en tu camino hacia el altar.
Las flores empezaron a ser el elemento elegido para componer los ramos de novias en la Edad Media, aunque por una razón menos romántica de lo que podamos pensar. En aquellos tiempos la higiene y el baño brillaban por su ausencia, las bodas solían celebrarse en los meses de calor y las novias portaban unos recargados vestidos. Todo ello llevó a buscar una solución práctica para esconder el olor corporal.
Hoy en día, el ramo de novia sigue siendo una pieza fundamental en cualquier boda, y es el complemento perfecto para realzar tu belleza y personalidad. Ya sea que optes por un estilo clásico, moderno, bohemio o extravagante, tu ramo será una extensión de ti misma, un reflejo de tus gustos y emociones en este día tan especial.
Así que, novias del mundo, dejen volar su imaginación y elijan el ramo que las haga brillar con luz propia en su gran día.
¿Conocías la historia del ramo de novia?
Foto: Master Fotógrafos
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