¿Cuál es el secreto para poder cumplir con nuestros sueños?

Yo sueño, proyecto, tengo planes, miles de ideas que dan vuelta en mi cabeza. Quiero probar, animarte, avanzar, descubrir. Me encantaría tener el tiempo, las ganas y los recursos para estudiar de todo. Adoro arrancar hobbies nuevos, encontrar eso que no se hacer e intentar aprenderlo.

Pero tengo un proyecto que los supera a todos: estamos construyendo una familia que requiere tiempo, esfuerzo, paciencia y amor. Hay cosas que solo las podemos hacer hoy, como leer un cuento a nuestro hijo de tres años, ayudarlos en las tareas a los mayores, o decirles que todo va a estar bien aunque haya perdido su equipo de fútbol favorito.

El secreto está en saber priorizar, en no renunciar a los sueños, en entender que hay un tiempo para cada cosa y una cosa para cada momento.

Creo que no se puede hacer todo al mismo tiempo, porque necesitas descansar, disfrutar de cada momento y parar para agradecerle a la vida.

Mis hijos están creciendo, cada vez más independientes. Me asusta que ya no me necesiten tanto tiempo. Sus vidas sociales por momentos son más intensas que la mía, y de repente, que tengamos una salida romántica con mi esposo para ellos equivale a una noche libre en casa para hacer lo que quieran. ¿Dónde el llanto descontrolado al ritmo de mamá no te vayas?

La hora del baño, de la cena, momentos que antes eran caóticos, de repente se van controlando. Y no solo eso, sino que no necesitan de nuestra presencia física todo el tiempo. Podemos hacer otras cosas mientras ellos cumplen con sus actividades. Ahora te das cuenta que no valía la pena sufrir tanto cuando no podías salir porque tus chicos estaban más pequeños.

Todo a su tiempo, según cada persona, según cada familia, según cada circunstancia en particular. 

Si aprendemos a disfrutar en cada momento lo que nos toca vivir con alegría, a entender que dejar para mañana algo nuestro no es postergarlo sino que es priorizarlo cuando podamos hacerlo con fuerza, con ganas, con amor, si logramos aceptar el hoy, reconocer lo que sí y lo que no podemos hacer, sin culpas pero con objetividad, ahí vamos a empezar a estar en paz.

Creo que el secreto es entender qué es lo que nos hace felices y poder planificar, programar todo que queremos hacer. No tiene que ser hacer todo hoy. A mí, por ejemplo, me sobran proyectos y los voy haciendo a medida que me libero de otros que también me apasionan con la misma fuerza.

Si te sentís perdida y que no tenés tiempo de hacer lo que te gusta, te aconsejo que pares, veas cómo estás parada, en qué usas tus días, cuáles son las actividades, puedas entenderlas y priorizarlas. Después, podes ver cómo te gustaría que fueran tus días y de ahí analizar cómo hacer para llegar de un punto a otro. Quizás si tus hijos son chicos, es cuestión de tiempo, quizás de actitud, quizás de recursos, no lo sé. Lo que estoy convencida es que se puede, es que podemos hacer lo que queremos.