¿Cuáles son las alergias más frecuentes?

Existen diversos tipos de alérgenos que pueden causar alergias en las personas. Hoy quisiera mostrar los más frecuentes.

Entre las alergias más comunes destacaría sin duda la que causa el polen. El polen es un polvo, por lo general de color amarillo, que es el material de fertilización de las plantas y que se libera en el aire durante la primavera.

El polen que desencadena reacciones alérgicas de forma más habitual es el de las gramíneas (gramilla, hierba de centeno, trigo, cebada), aunque no debemos olvidarnos de los olivos, haya, abedul, ciprés y otras plantas herbáceas que cada vez dan más casos de alergias en nuestro país.

En el siguiente vídeo podemos ver las alergias más frecuentes y cómo se actúa frente a ellas:

Un caso curioso es el de los álamos: contrariamente a la creencia popular, estas”bolas blancas” de los álamos que suelen circular por el aire en grandes cantidades durante la primavera ¡no causan alergias!. No son más que celulosa y ésta no es alergénica. Pero ¿porqué solemos confundirnos? Por el hecho de que se produce en el mismo período que el florecimiento de las graminaceas.

Es decir, que el polen de las gramíneas se libera por el aire al mismo tiempo que las bolitas de los álamos y es más visible a primera vista la bolita que el polen. Por eso lo asociamos pero sin embargo es el polen el verdadero causante de las alergias.  

Otro agente alérgico muy común son los ácaros, o más bien sus excrementos. Los ácaros son pequeños animales que se alimentan del polvo y la caspa, y que podemos encontrar en grandes cantidades en la casa anidados en los colchones, en hojas e incluso en la ropa.

El caso del níquel. Esta alergia es muy molesta, especialmente para las mujeres. Por lo general, este tipo de alergia está relacionada con las manifestaciones típicas de enrojecimiento y ardor cuando se entra en contacto con joyas u otros objetos de níquel en la piel. En realidad, la situación es más compleja, ya que el níquel es un metal presente prácticamente en cualquier lugar, incluyendo los alimentos.

Una persona alérgica al níquel tiene que limitar el contacto con este metal y adoptar una dieta especial. Es decir, debe privarse de alimentos como el cacao, tomate, frutos secos y enlatados.

Las alergias basadas en los alimentos están muy extendidas, tanto es así que en 2004 la Comisión Europea emitió una directiva que obliga a los fabricantes de alimentos indicar en los envases de sus productos sobre la presencia de ciertos alimentos como gluten, crustáceos, huevos, cacahuetes y nueces, soja, pescado, leche, sésamo y mostaza.

Estas alergias no sólo se deben a la ingestión de alimentos a los que el sujeto es hipersensible, sinoo que a menudo tienen un fenómeno “reacción cruzada” mediante la cual las personas que son alérgicas al polen tienen también la misma sintomatología mediante la ingestión de ciertos alimentos. Esto es debido a un mecanismo de reactividad cruzada. Las sustancias alimenticias pueden tener la misma estructura que el contenido de alérgenos en el polen y por lo tanto, ser capaces de unirse a la IgE que causa la desgranulación de los mastocitos, engañando al sistema inmunológico.

Otro alimento muy discutido es la leche. El hecho de sentir el estómago pesado, tener náuseas o diarrea después de beber una taza de leche no siempre es síntoma de padecer alergia a la leche, de hecho, en la mayoría de los casos indica una intolerancia.

¿Cuál es la diferencia?

• Una alergia es debido a una hiper-respuesta del sistema inmune, que en este caso se hace activa frente a dos proteínas de la leche, la betalactoglobulina y la caseína.
• Una intolerancia se debe a una deficiencia de la enzima lactasa, la enzima que es responsable de descomponer la lactosa en glucosa y galactosa. S la enzima es deficiente las personas no son capaces de digerir la leche y éste “permanece en el estómago “.

La prueba para discriminar entre una alergia o intolerancia a la leche se llama ” activación doble ciego”: se administra al sujeto una pequeña muestra de las proteínas de la leche y un placebo, y de acuerdo con los síntomas que se manifiesten 24 horas después de la administración el médico podrá hacer el diagnóstico.