Revista Opinión

¿Cuán serio resultan las enfermedades mentales?

Publicado el 23 julio 2017 por Carlosgu82

Nos encontramos en un tiempo y en una sociedad donde se desconoce de una forma tan excesiva lo innegable y lo serio de las diferentes anomalías o trastornos mentales, en nosotros los humanos, que continuamente consentimos en sobrellevar diferentes limitaciones con nuestro entorno social, con el trato hacia nuestros familiares, y nuestra felicidad, definitivamente, sin ninguna necesidad de padecerlas.
¿A cuántos de nosotros o a cuántas personas que usted conoce les han dicho alguna vez: “Porqué es usted tan tímido”, “porque no habla”, “¡parece bobito!”, “se le comieron la lengua los ratones” y etc.? Pues, amigos, esta situación y estos casos no son un chiste, no son una tontería la cual se inventan o deciden padecer dichos afectados. No es una situación que sufren porque, simplemente, “no hacen nada” para evitarlo. No es algo que padecen por causa de no hablar o no socializar con los demás. La actitud reprimida o conducta, aparentemente, antisocial de tales semejantes nuestros se debe, en realidad, a una anomalía cerebral-mental, es decir, a alguna especie de falla en el correcto o conveniente funcionamiento cerebral de tales individuos. Más exactamente, en el desempeño de las diferentes células cerebrales o neuronas. Así que, amigos, indiscutiblemente, una anomalía cerebral-mental es la causante de la actitud reprimida o desahuciada de tales afectados y no al contrario, no es que su actitud causa dicha anomalía cerebral. De otro modo, quienes deben pasar casi toda su vida en una cárcel saldrían siendo los más tímidos y reprimidos del mundo.
Sin embargo, afortunadamente, existe una solución para este despreciable dilema. Se puede conseguir por medio de diferentes tratamientos. Los más eficaces tienen que ver con la administración de diversos medicamentos, dependiendo, pues, del tipo de padecimiento que presenten los afectados.
Así que, este tema no viene a ser como se hacía creer por muchos que no había otra solución, a dichas angustias, sino soportarlas hasta que, en algún punto de la vida, y quizá “por obra del azar”, estas se apartaran de quienes las soportaban.
Si deseas más ilustración sobre esta realidad revisa un nuevo artículo que publicaré muy pronto.


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