¿Sabemos diferenciar el ahorro de la tacañería?
La persona tacaña suele serlo en muchos ámbitos de su vida, no solo en el económico. A la hora de dar cariño, o mostrar sus emociones, se retrae y suele guardarlas para sí mismo o para la persona que considere digna de compartirlo. En el ámbito económico, llaman rápidamente la atención por sus esfuerzos, excesivos, para no gastar demasiado dinero. Ya que el hacerlo, les supone un gran sufrimiento.Son personas que no necesariamente sufren de una mala situación económica. Ahorran por si alguna vez llegan malos tiempos, o para disfrutar de un viaje, o de una compra en concreto, que jamás llega.¿Cuál es el comportamiento de un ahorrador patológico?
La mayoría de estas personas realizan un seguimiento exhaustivo de los gastos diarios del hogar, sometiendo a los familiares a una dictadura desagradable, en la que se hace complicada la convivencia. En muchos casos, incluso los encargados de hacer la compra diaria de alimentos, se ven obligados a mostrar los tickets de compra, la desconfianza suele ir unida a ese deseo obsesivo de economizar.Son capaces de recorrer decenas de supermercados en busca de las mejores ofertas, obligar a que los miembros de la familia únicamente usen el teléfono en horarios donde la tarifa es más económica, o mantener todas las luces apagadas, hasta que no haya una absoluta oscuridad en la casa. También cronometrarán el tiempo que duran las duchas, impondrá el número de veces que ha de tirarse de la cadena del retrete, o las horas idóneas para poner en marcha los electrodomésticos.De cara al exterior, el ahorrador patológico puede o no tener una cara muy distinta a la que muestra en casa. Bien puede mostrarse tan agarrado como siempre con los amigos, o crearse un personaje afable y generoso que sus familiares desconocen. En el primer caso, salen poco de casa. Cenan o comen fuera principalmente si son invitados, o en caso contrario, escrutan minuciosamente la cuenta del restaurante para asegurarse de no pagar ni un céntimo de más. Si fuman, jamás ofrecen tabaco, no dejan el paquete a la vista de nadie, e incluso parece que se sacan el cigarro encendido del bolsillo. Para los amigos, puede resultar un tanto cómica esta actitud, e incluso suelen ser blanco de bromas.Cuando enseñan la otra cara, suelen aparecer como personas abiertas, simpáticas, e incluso generosas. En algunos casos no desean mostrarse tal y como son, por lo tanto se inventan una realidad de cara al mundo exterior. Pero no deja de ser un papel, un comportamiento fingido, y su verdadero yo, les traicionará tarde o temprano.No es de extrañar, que con los años, se radicalice su postura y que incluso su apariencia física se vaya deteriorando. Suelen ir vestidos con ropas muy viejas, o bien de una calidad pésima, pues no lo consideran importante e invierten lo menos posible en ello. Acudir a la peluquería es un lujo que se permiten en contadas ocasiones, y de hacerlo, acuden a locales tan baratos como les sea posible.