Cuando cada día se convierte en una lucha, un nuevo combate cotidiano

Cada día es una lucha constante, un nuevo combate al que hacer frente para que las adversidades no se ceben contigo. Sin embargo, a veces, dar un paso atrás no es tan malo como pueda parecer. Sobre todo si no estamos preparados para la lucha cuerpo a cuerpo. Y es que, como certeramente escribe Manu Larcenet, “la retirada también forma parte del combate”.

Ésta y otras frases cargadas de reflexión interna se encuentran diluidas en las cuatro historias que forman parte de la colección ‘Los combates cotidianos’ del francés Manu Larcenet. Norma Editorial las ha recopilado recientemente en una edición integral que recoge todos los tomos, con subtítulos tan sugerentes como “Tantas pequeñas cosas…” y “Lo que la verdad cuenta”. Un compendio que agotó la totalidad de ejemplares a los pocos meses de su publicación y que va camino de agotar la segunda edición.

Marco es un joven fotógrafo de guerra que decide tomarse un respiro en mitad de la naturaleza para dedicarse un tiempo a sí mismo. Una limpieza personal que le haga reencontrarse con quien él es, su familia y la realidad de un mundo desinteresado en la pobreza, la soledad y los crímenes inherentes a los conflictos bélicos. La crisis de identidad se suma a sus problemas de angustia y lo sumerge en un mundo que quizás no está hecho para él. Falta de empatía, envejecimiento de unos padres con quienes no se ha sentido nunca identificado, los problemas de mantener un compromiso con otra persona y la falta de capacidad para comprender la banalidad de su alrededor marcarán la vida del simpático protagonista.

Nos encontramos ante un personaje que, a juzgar por su apariencia y forma de ser, puede parecernos falto de madurez. Sin embargo, Larcenet nos adentra en un equilibrio entre acontecimientos reales que pueden caer en lo cómico (cierta ironía y sentido del humor es constante) con convergencias propias de la soledad en plenos espacios de evasión. Desde los pasos por praderas y riachuelos hasta los viajes por carretera, sin olvidar aquellos rincones en los que uno siente su lugar de privacidad, Marco encontrará cuál es el camino de su propia vida, qué es lo que de verdad importa y qué forma parte de nuestros propios miedos.

El punto de inflexión viene cuando necesita hacer frente a unos cambios que no quiere aceptar como propios. El amor, la nueva vida, el desencanto profesional, la enfermedad y la muerte acechan a nuestro protagonista, quien encontrará en un viejo vecino solitario el motivo de sus enfados infundados.

De fondo, Larcenet nos muestra más allá de una reflexión general acerca de la vida y sus complementos. Nos habla del problema de los astilleros franceses, de la superficialidad con la que algunos profesionales de la cultura afrontan su trabajo y por qué la extrema derecha gala gana adeptos entre los obreros. ¿Qué hacer cuando todo está perdido? Parece que el autor de esta novela gráfica no le encuentra una solución, pero sí algunos motivos que explican la decadencia de una generación.

‘Los combates cotidianos’ posee un guión ágil, que engancha y que invita a pensar. El tono irónico llega a rozar lo absurdo pero también nos invita a empatizar con la pérdida de un ser querido y la compasión hacia una enfermedad que arrastra a millones de personas hacia el olvido. La edición integral incorpora algunos anexos en los que podemos ver cómo Larcenet estudia los dibujos a partir de ubicaciones reales, anotaciones de ideas, reflexiones propias, canciones populares,… Una historia llena de fuerza y energía, que engancha e invita a parar y reflexionar. Una novela gráfica sobre la vida de un joven fotógrafo, Marco, que podría ser cualquiera de nosotros.

Juanjo Sánchez

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