Revista Coaching

Cuando el propósito es sólo marketing

Por Jofoba @jordifortunybad

En los últimos meses he tenido varias experiencias a nivel personal que me han llevado a una reflexión que me apetecía compartir por aquí. Tiene que ver con el propósito en las empresas, o, mejor dicho, del propósito de las empresas.

Efectivamente, parece demostrado que como más alineada está una empresa con su propósito y valores, más exitosa es.

Ya sea en el plano corporativo, como en el personal, la importancia del propósito reside en que orienta, actúa como una brújula. Así, una empresa o una persona sin propósito, tiene altas probabilidades de ir a la deriva, a merced del viento que sople más fuerte.

Se deduce fácilmente pues, el impacto que puede tener funcionar sin un propósito definido. Sin ir más lejos, y entre otras cosas, la efectividad brilla por su ausencia.

Como es importante, las empresas acostumbran a invertir muchos recursos en definirlo. Aunque tengo la sensación de que muchas empresas pecan de falta de honestidad en este proceso.

Entienden la importancia del propósito, pero construyen propósitos de cara a la galería, para poner en el escaparate. Lo que me lleva a concluir que es práctica habitual que el propósito del propósito (valga la redundancia) sea simplemente marketing.

O igual sí que lo hacen honestamente, pero luego son incapaces de trasladarlo en cascada a todos los ámbitos de la empresa. Me produce inquietud observar empresas donde hay una clara desconexión entre el propósito descrito y el desarrollo de la realidad.

Si profundizas en las webs, lees revistas corporativas o analizas la publicidad que se hace; este propósito si que se muestra. Se saca rédito de él. Pero cuando sales de ahí, cuando interactúas como cliente, o como trabajador; no parece que haya correlación. Por decirlo de alguna manera, lees la teoría y sufres la práctica, salta a la vista que algo no encaja.

Analizando con cierto sentido crítico determinadas políticas, y contrastándolas con lo que se «predica», pocas veces encuentras una relación coherente. Es fácil presenciar fastuosos actos corporativos totalmente enfocados a que se visualice la potencia de un propósito, y luego en la relación habitual con esta misma empresa, no lo ves reflejado por ningún lado.

Leía hace unos días que alguien apostaba por estrechar los lazos entre el Departamento de Marketing y RRHH, el foco en el cliente debe compartir protagonismo también con otras personas: los trabajadores. Creo que es un buen punto por dónde empezar.

Si el propósito es compartido, todos los agentes en una empresa van a ir en la misma dirección, y por tanto transpirará en todos los niveles y a través de cada acción. Y la efectividad será la gran beneficiada.

Photo by Dan Gold on Unsplash


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