Revista Boda

Cuando el tiempo no importa

Publicado el 08 marzo 2016 por Ta @detrasdeunaboda

Alguien os ha dicho que vais muy deprisa, que deberías echar el freno pero lo cierto es que vosotros sabéis bien hacía dónde vais y sí hablamos de velocidad, sólo os importa la del coche.

¿Casaros? ¿No es demasiado pronto? ¿Y después de tantos años os vais a casar?

Parece que nadie acierta con el tiempo exacto, a alguien se le olvidó escribir el decálogo del tiempo para casarse. Sí, esa lista donde vengan reflejados el número de años que debe tener un verdadero cortejo, como los de antes, o el tiempo que lleva preparar una boda.

Porque esa es otra. Si anuncias la boda con demasiada antelación habrá gente que te dirá que de aquí a allá pueden pasar muchas cosas y si la anuncias demasiado cercana a la fecha elegida te dirán que no da tiempo a planificarse.

Parece que el tiempo nos importa, cada vez más. Vivimos condicionados por varios relojes al día, locos por cuadrar horarios que no cuadran y marcados en rojo por un calendario. Vivimos para el tiempo cuando deberíamos vivir el tiempo.

A veces vamos muy rápido y otras casi en punto muerto pero lo cierto es que me encanta vivir la vida con las bajadas de las montañas rusas seguidas del traqueteo despacio que marca la subida, porque al final la vida es eso, subir y bajar, correr y andar lento. Vivir el tiempo a tu ritmo. Marcar tu tiempo sin fijarse en el cronómetro.

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¿El tiempo correcto? El tuyo. El suyo. El vuestro. Quizás nunca te gusto correr demasiado, eras de las que salías la última de clase porque no tenías prisa por recoger y te sorprendas ahora apurando los últimos brochazos del maquillaje con esa carrera por el pasillo y saltando las escaleras de dos en dos para llegar primero al portal. Y besaros, porque los besos en el portal deberían existir siempre. ¿Quién ha inventado la edad en la que uno ya no se besa en los portales? No deberíamos perder esa pizca de amor adolescente. Quizás siempre has ido rápido por las calles de tu ciudad y ahora te sorprendes recorriendo una de tus favoritas a paso lento, parándote en cada baldosa, en cada rincón, subiendo y bajando el bordillo mientras esperáis a que se ponga en verde el semáforo y os besáis mientras tanto.

El único tiempo correcto que existe es el tiempo vivido y si hablamos de vivir, puedes vivir en 30 días mucho más que en 30 años. Todo es lo que tú quieras. Todo es lo que te propongas. Así que dejen el tiempo a un lado y dedíquense a vivir.

VIVIR, en mayúsculas y con las cinco letras. Vivir separados o bajo el mismo techo, vivir seis meses y decidir que lo vuestro es para toda la vida o vivir 10 años y decidir que hasta ahí habéis llegado.

Cuando el tiempo no importa es cuando se vive de verdad y cuando se vive de verdad es cuando te das cuenta de que el tiempo no importa.

Quítate el reloj, arranca esa hoja del calendario y no leas la fecha en el periódico. Vive.

Que sean los demás los que pierdan el tiempo contándolo.

Vive, que sólo tú sabrás lo que valen los momentos.


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