Revista Expatriados

Cuando el tirano se entretiene componiendo poemas

Por Tiburciosamsa

Cuanto más conocemos sobre Mao Zedong, menos cosas positivas podemos decir de él. Lo último que hemos sabido sobre él, por cierto, ha sido sobre la gravedad de la hambruna que ocasionó su famoso Gran Salto Adelante. Tal vez por eso, uno de los últimos refugios que les quedan a sus fans es el de su poesía. Las loas que ya no pueden dirigir a sus políticas preclaras (y asesinas, añadiríamos hoy), las pueden seguir dedicando a sus poemas.
En un comentario que me he encontrado de la traducción que hizo de sus versos Willis Barnstone, le describen como “un poeta de una gracia extraordinaria y una simplicidad elocuente.” El propio Barstone habló del “poder original y la belleza de los poemas”. El blog www.ibiblio.org, va un poco más lejos y dice: “Pero, como poeta, nadie osaría dudar de que es uno de los mejores de la historia de China. Si nunca has leído sus poemas, seguro que has vivido una vida muy aburrida.” El extremo lo marca www.chinacultura.org, página del China Daily que dice que la poesía de Mao “encarna los principios elevados del Partido Comunista y el gran espíritu de la nación china. (…) La poesía de Mao exhibe un espíritu de audacia y poder, entretejiendo historia, realidad y compromiso y yendo más allá de las limitaciones de tiempo y de espacio. (…) Mao Zedong abogó por un método de composición literaria que combine el realismo revolucionario y el romanticismo revolucionario, y su poesía fue una síntesis de su teoría y su práctica.”
Como la vida de muchos literatos muestra que se puede ser un perfecto hijodeputa y un genio de las letras al mismo tiempo, he curioseado a ver si esto se le aplica también a Mao (digo lo de genio de las letras, porque de lo de perfecto hijodeputa no hay duda).
La poesía de Mao se divide en dos períodos: los poemas escritos durante lo más duro de la lucha por el poder (1925-1936) y los escritos durante el período en que ya tenía poder para tocarles las narices a varios centenares de millones de chinos (1949-1963). Uno de los poemas más famosos del segundo período es “Nadando”, que data de 1956. Su inicio dice:
Acabo de beber las aguas de ChangshaY ahora estoy comiendo pescado de Wushang.Diez mil millas del Yangtsé he nadado,He escrutado el cielo por encima de Chu.No importa que el viento sople y las olas rielen,es mejor que pasear ocioso en un gran jardín.Hoy estoy satisfecho.”
A mí lejos de emocionarme, me parece un poema bastante fanfarrón. Parecería una bravata de un chuloputas, “fijáos qué tío soy, lo que hice el otro día…” No veo por ningún lado ese sentimiento de comunión con la naturaleza y de sumergirse en ella, que veo en otros poetas chinos. Compárese con el siguiente poema de Zhang Ji, que también tiene como escenario un río:
La luna baja,los cuervos graznan, la helada en el cielo.Los arces del río, el fuego de los pescadores, que se preparan para un sueño triste.Las afueras de Suzhou, el Templo de la Montaña Fría,En la mitad de la noche, el sonido de su campana llega al bote del viajero [aquí el poeta se refiere a sí mismo].”
En este poema veo al poeta convertido en una figurita del paisaje. Oculto en la descripción, sólo nos enteramos de que está presenciando la escena en el último verso.
Tal vez no le haya hecho justicia a Mao escogiendo un poema de su segunda época. Probemos con uno de la primera. Éste se titula “El paso de Loushan” y data de 1935. Se refiere evidentemente a una operación militar:
El viento del oeste sopla con fuerza,Las ocas salvajes llamanA la luna de la mañana de escarcha.La luna de la mañana de escarcha,Los cascos de los caballos repiquetearon y los clarines sollozaron.No digas que la fortaleza realmente es tan fuerte como el hierro, Pues ahora saltamos sobre su cima.Saltamos sobre su cima, Las colinas azuladas son como el mar,Los últimos rayos del sol son como la sangre.”
Este poema me gusta mucho más. La descripción de la mañana fría, mientras se preparan para la batalla, es muy bonita. También el cierre del poema, dando a entender el reposo al final de un día de combate, resulta muy atractivo. Sigue siendo el mismo chuloputas fanfarrón, pero tiene sentido del ritmo y sabe crear imágenes sugerentes. Por cierto que en la poesía china son poco frecuentes los poemas que exaltan el combate. Si se habla de la guerra, es más bien para presentarla como una desgracia.
Hay otro poema, donde la belleza literaria y la fanfarronería se entremezclan. Se titula “Nieve” y es de 1936:
Los ríos y las montañas son tan hermososQue héroes innumerables se han inclinado respetuosos,Es una pena que Qin Huang y Han Wu carecieran de arte literario.Tang Zong y Song Zu carecían de encanto.Y el orgulloso hijo de los dioses, Gengis Khan,Sólo sabía cómo tensar el arco para disparar a las grandes águilas.Todo eso es el pasado.Para encontrar un hombre realmente heroico,Debes buscarlo en esta época.”
No hace falta ser un genio para imaginarse cuál es ese hombre heroico de nuestra época que además, a diferencia de los héroes del pasado, es un poeta consumado.
De lo que llevo leído, Mao me parece un buen poeta, aunque los hay bastante mejores que él en China. Su ego descomunal es algo novedoso en la poesía china, donde los poetas suelen esconderse en sus poemas y dibujarse con rasgos humildes. En fin, que se deja leer.

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