Cuando la tecnología se utiliza con fines oscuros

Mi trabajo consiste en acercar la tecnología al ciudadano de a pie, a las personas no técnicas, a todo el mundo. Introducir cambios sociales, culturales y hábitos personales a través de la tecnología no es una tarea fácil, ya que requiere grandes dosis de análisis, empatía, escucha activa y entendimiento de los problemas de los usuarios.
Por eso no puedo menos que indignarme cuando veo iniciativas como la del Ministerio de Educación. El pantallazo que estáis viendo es lo que miles de españoles han podido ver irremediablemente durante varios días seguidos, los últimos días del plazo para solicitar la beca general para estudios universitarios en toda España. Un servicio continuamente caído. Un servicio que se ha establecido por Orden Ministerial -contra toda legalidad, por supuesto- como el único medio para obtener el impreso para solicitar la beca.
No sé ni quiero saber si esto ha sido intencionado o no, si tiene algo que ver con evitar pagar becas por las increíbles matrículas de más de 1.500€ que, aprovechando Bolonia como cortina de humo, ha calzado el Gobierno a todos los estudiantes que ahora no podrán decir que la Educación sea un derecho, sino un privilegio para quienes puedan pagárselo.
Lo que sí me gustaría saber es por qué no han pensado en el impacto tan negativo que esto va a tener en decenas de miles de familias, que a partir de ahora maldecirán Internet y siempre desconfiarán de cualquier trámite online, desde una solicitud a una compra. Menos mal que al menos en otros países la sociedad tecnológica sigue avanzando...