Revista Coaching

Cuando sientes vértigo al emprender

Por Maria Mikhailova @mashamikhailova

Steve Jobs: "No puedes conectar los puntos mirando hacia adelante; solo puedes hacerlo mirando hacia atrás. Así que tienes que confiar en que los puntos se conectarán de alguna forma en el futuro. Tienes que confiar en algo: tu instinto, el destino, la vida, el karma, lo que sea. Porque creer que los puntos se conectarán luego en el camino te dará la confianza de seguir tu corazón, incluso cuando te conduce fuera del camino trillado, y eso hará toda la diferencia".

He querido empezar este post con esta cita de Steve Jobs que Carlos, mi marido y socio directo en esta aventura del emprendimiento, repite de vez en cuando. Un mensaje que hoy, después de un viaje de mini-vacaciones de unos días, al llegar a casa, ha cobrado de pronto todo su sentido para mí y para nuestro proyecto de vida.

Así que aquí estoy, a las 8 de la tarde, después de más de 5 horas de coche, tecleando en mi portátil (mi oficina móvil) en el despacho desde el que doy mis sesiones, con la sensación de la sal del mar en mi piel y algo de arena seca aún en los pies, pensando en Steve Jobs y sintiendo una especie de vértigo por todo lo que se avecina.

"Nos va a ir bien", le repito a Carlos a menudo, especialmente en momentos de dudas, de miedos, de inseguridad y esa incertidumbre que nos acompaña a todos los emprendedores. Él asiente: los dos estamos seguros de que no puede irnos mal, estamos dándolo todo.

En este viaje de 5 días me acompañó otra de las personas más importantes de mi vida, aparte de Carlos, mi hermana pequeña Katy, alma inquieta y emprendedora nata... Se sorprendió al ver que no parásemos de hablar de negocios en todo el viaje, que escucháramos en el trayecto en coche podcasts sobre emprendimiento, webinars, facturación y búsqueda de propósito.

Pareceremos unos frikis a los ojos de muchos. Nada más llegar al apartamento de la playa, lo primero que hicimos fue comprobar cómo iba la WiFi, desempolvamos nuestros portátiles y nos pusimos a responder correos y arreglar asuntos pendientes.

Si un cliente me dice que no ha recibido su curso por el que pagó o si no le funcionan enlaces del PDF, nuestra prioridad es solventar el problema, sea sábado, domingo o las 10 de la noche.

La vida del emprendedor digital no es sencilla

Sí, la vida del emprendedor digital y nómada no es sencilla. Eso sí: es apasionante, a ratos divertida, llena de retos y motivación. La vida del coach digital es aún más apasionante: estás ayudando a cumplir sus sueños a cientos de personas, sean alumnos de tus cursos, potenciales clientes, tus clientes actuales o simplemente lectores de tu blog que te comentan, te agradecen o escriben emails contando su historia.

Ahora, que estoy en medio de un lanzamiento importante, un lanzamiento de un programa muy potente, puedo decir que yo también siento ese vértigo. Sé lo que es embarcarse en algo grande, algo que te emociona y va a ser transformador, pero donde no hay certeza absoluta, donde incluso no te crees que puedas llegar a los resultados soñados.

Sé lo que es apostar por algo que es muy importante para ti, donde pones tus ilusiones y esperanzas, donde hay algo que aún no controlas... pero sientes ese cosquilleo en tu interior, esa fe, esa confianza de que las cosas terminarán saliendo bien, como dice el fragmento que comparto arriba de Steve Jobs: "No puedes conectar los puntos mirando hacia adelante; solo puedes hacerlo mirando hacia atrás. Así que tienes que confiar en que los puntos se conectarán de alguna forma en el futuro."

Fue precisamente Carlos, después de mi hermana Katy, la persona que más apostó por mí y me hizo ver que yo valía para algo mucho más grande. A él le debo en parte mi proceso de reinvención.

Sin la fe, sin la confianza de otra persona en mí, en que yo podía conseguirlo, no lo habría siquiera intentado.

Tengo mucho que agradecerle en este sentido y nunca dejo de hacerlo.

Ahora, mirando hacia atrás, puedo conectar los puntos: los inciertos inicios de mi comienzo emprendedor, mis miedos y dudas, mis ensayos y errores, nuestros viajes al mar, al extranjero, donde ambos aprendíamos de la vida y del mundo online y desarrollo personal de manera acelerada. Nuestros sueños, los libros que leíamos, lo que Carlos me enseñaba, los podcast sobre emprendimiento que llevaba escuchando desde hace años, incluso antes de conocerme, que compartía conmigo.

Él me hablaba de todo ello y yo me lanzaba a probarlo. De manera autodidacta al principio, sin saber si me estrellaría o no. Así un día le escuché hablar de la profesión de Community Manager y acto seguido participamos en un concurso de Fanta, grabando nuestro primer corto que Carlos editó con mucho cariño, sin tener ni idea de la edición de vídeo. Concurso que obviamente no ganamos (hubo "tongo" entre muchas otras cosas), pero lo pasamos genial creando algo juntos.

Meses después me encontraba realizando un Máster de Community Manager tratando de relanzar así mi frustrada carrera de publicista.

Al año siguiente ya trabajaba en prácticas en una empresa de publicidad en Alemania como Community Manager...

Años después, Carlos dejó su trabajo como ingeniero en multinacionales europeas para embarcarse en una aventura para muchos incierta, especializándose como experto en edición y postproducción audiovisual. Entre tanto trabajó al tiempo completo en mi blog, ocupándose del cambio visual que fue decisivo para mi consolidación profesional como coach (mis primeros clientes me llegaron gracias al cambio de identidad visual, entre otras cosas), los vídeo-trailers y teasers creativos y muy cuidados de mis cursos online, toda la parte técnica de mi web, así como la creación de blogs para mis clientes de coaching y mentoring y otros compañeros de profesión.

Siento vértigo cada vez que se abre una nueva etapa en mi proyecto

Mirando hacia atrás y viendo todo lo conseguido en poco tiempo, y mirando hacia delante y visualizando todo lo que nos queda por construir, siento vértigo, siento miedo, ilusión, esperanza, incluso incredulidad.

Hemos construido un negocio, hemos creado algo grande... y lo mejor de todo: está hecho desde el alma, desde el amor y la búsqueda de servicio que queremos ofrecerle al mundo.

Cada vez que hablamos con nuestros clientes, sentimos una gratitud inmensa, agradecimiento por que confíen en nosotros, por que nos cuenten sus problemas, sus retos, sus anhelos... y buscamos la mejor forma de ayudarles.

El mundo, y más el de ahora, funciona según la ley de dar y recibir. Primero da, después recibe.

Y eso nos da vida. Porque cuando sientes que emprendes desde el corazón, buscando ayudar a otros a alcanzar sus sueños... wow, es una sensación mágica, indescriptible. Cada persona con la que hablamos es única, tiene su historia, su propia vida, sus ilusiones, sueños... Poder estar a su lado para que consiga algunos de ellos es algo que nos llena y nos conecta con nuestro propósito.

Hoy, de vuelta a casa desde la playa, escuchábamos una entrevista que le hicieron hace poco a alguien que nos encanta a ambos: Laín García Calvo, al que tuvimos el placer de conocer y entrevistar en persona hace unos meses en Málaga. Escucharle es siempre un placer: sabiduría y autenticidad, unidos al gran corazón que tiene ese hombre. Y pudimos comprobarlo de tú a tú.

En esa entrevista Lain hablaba del propósito de vida y decía que cuando tu objeción se convierte en tu obsesión, ese es el propósito. Puedes tener un gran talento pero de nada te sirve si no lo pones al servicio de los demás. Es más: cuando algo se te ha dado demasiado fácil, no lo valoras. Pero cuando la vida te pone constantemente a prueba, cuando luchas por algo y parece que otra vez se desmorona todo, ahí es donde vas a aprender de verdad, ahí es donde vas a crecer más.

Cada día hablo con personas que luchan, que se desesperan por alcanzar sus propósitos, a los que la vida parece ponerles zancadillas en vez de ayudarles a avanzar. Yo también he pasado y sigo pasando por algo parecido. Me quejo, me siento cansada, devastada a veces... pero al día siguiente me levanto con otro pensamiento y empiezo a buscar otros caminos, nuevos caminos para llegar a esos objetivos que se conectan con un propósito mayor.

Y es que muchos, la gran mayoría, por desgracia, abandonan a mitad de camino, se rinden incluso cuando tal vez les falta muy poco para llegar a la meta, como cuenta la metáfora del bambú, pero los que persisten y no abandonan, incluso cuando parece que nada tiene sentido, acaban saliendo adelante. Como dice Laín: la vida no escoge a los preparados, prepara a los escogidos. En realidad, es un texto que se le atribuye a Jesús (como acabo de comprobar en Google), pero es tan real, tan aplicable al mundo del propósito, de la reinvención y del emprendimiento.

¿Cómo ser escogido? Apostar al 100% por tu propósito. Sólo así llegas a lo alto. No hay otra manera. Si yo no hubiese confiado al 100% en que lo de ser coach me saldría, incluso cuando los propios compañeros de mi máster de coaching desconfiaban de que se podía vivir de esto, hoy no estaría escribiendo esto en el blog. Probablemente dejaría de intentarlo hace tiempo.

Mi primera decepción como emprendedora

Me siento orgullosa y relato con frecuencia la experiencia con mi conferencia en la casa de cultura de Brunete a la que no asistió ni una sola persona. Recuerdo también a mis primeros clientes que abandonaban tras la primera sesión. Mis primeros posts que sólo comentaba una persona (gracias, Miguel Ángel, por tus magníficos sonetos que acompañaron cada artículo de mi Abecedario de la felicidad). Poder ganar una cifra de 1.000 al mes era para mí en aquellos comienzos una utopía.

Pero persistí, no desistí y siempre confié en que los puntos se acabarían conectando de alguna manera, aunque en aquel entonces no supiera cómo.

El crecimiento a menudo da vértigo

Ahora, en una nueva etapa de mi negocio online, mi querido blog que ha sido como un hijo para mí y al que no pienso abandonar por más trabajo que tenga, siento ese vértigo de nuevo: se avecinan nuevos proyectos, como el lanzamiento del Programa MEIC, un programa premium innovador que lanzo ya no en solitario, sino con mi socio y compañero de esta aventura: Carlos Garrudo.

Presiento que empezamos a crear algo grande: porque nuestra promesa es grande pero no imposible. Estamos buscando nuestros casos de éxito documentados, con cifras reales. Queremos ayudar de verdad a profesionales del desarrollo personal para que logren vivir de lo que les apasiona en un tiempo relativamente corto. Y vamos a dar lo mejor de cada uno de nosotros: Carlos con su expertise en el mundo tecnológico y de negocio y yo como coach y mentora.

La idea nació hace meses: una mentoría grupal exclusiva, un programa transformador en el que las personas se van a involucrar al 100% en crear sus programas premium y empezar a vivir de coaching, terapia o desarrollo personal en cuestión de pocos meses.

¿Demasiado ambicioso? Bueno, yo misma lo conseguí el año pasado con el lanzamiento del programa El Sendero de tus Sueños. Pasé de cobrar 40 euros la sesión a un programa premium de casi 1.000.

También recuerdo que sentí vértigo pero ése fue un antes y un después en mi negocio como coach y emprendedora. E se vértigo es bueno, es el vértigo que siente todo emprendedor cuando pasa de etapa, cuando inicia algo nuevo, cuando da el salto.

Como emprendedores estamos obligados a dar esos saltos de vez en cuando, porque ahí es donde empezamos a crecer de verdad. Si yo no hubiese dado esos saltos, seguiría a día de hoy jugando a ser coach, escribiendo mucho por puro placer, pero no me atrevería a vender ni ofrecer mis servicios.

Bienvenido al mundo de la incertidumbre y la emoción

Siento vértigo. En mi vida hay cada día menos seguridad y cada día más incertidumbre. Pero también siento agradecimiento, amor y plenitud. Prefiero sentir ese vértigo de vez en cuando que una vida "segura" en una oficina, como contaba en ese reciente artículo.

¿Me estaré enganchando a eso? Tal vez. Si eres de los míos, bienvenido a esta aventura de emprender online. Bienvenida al mundo de la incertidumbre y la emoción.

Puede que ahora no veas cómo se conectan los puntos de tu vida o tu proyecto digital. Puede que todo sea un caos y no sepas ni por dónde empezar a dar los primeros pasos. En tal caso, te recomiendo contar con un mentor (no necesariamente yo, aunque si puedo ayudarte, me encantaría).

Tómate una pausa. Observa. Respira. Reconecta con tu sueño, con tu visión. No te garantizo que los puntos se conecten enseguida. Pero cuando avances, cuando te arriesgues, cuando lo des todo por tu sueño... estoy segura de que al mirar atrás de repente observarás con asombro cómo todos los puntos convergen y te llevan al mismo lugar: tu propósito de vida, algo todavía más grande que tú.

Yo, al mirar hacia atrás veo eso (y no sólo yo, también Carlos): nos mueve la pasión de mejorar vidas de otros, nos apasiona conectar con personas y ver en ellos la grandeza que esconden dentro, aunque aún no sean conscientes de ello, nos motiva poder servirles de inspiración, darles herramientas, buscar y apasionarnos con ellos en sus proyectos, encontrar soluciones creativas y dar lo mejor de nosotros para que ellos crezcan y hagan crecer a los demás. Porque ésta es la cadena de una vida con sentido: expandir tu conocimiento, tu ayuda y hacer de este mundo un lugar mejor.

Ahora me encantaría que nos contaras tú también: ¿sientes alguna vez ese vértigo al emprender o reinventarte? Si es así, sólo puedo darte la enhorabuena: ¡vas por buen camino!


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