Revista Cultura y Ocio

Cuando triunfó el miedo

Publicado el 24 diciembre 2015 por Javier Ruiz Fernández @jaruiz_

Cuando lo hizo, no lo supimos; se hizo certeza unas horas después, alrededor de las 22:00. O quizá algo más tarde todavía, mientras recargábamos la página del navegador para ver si esos votos y escaños que danzaban al ritmo del sistema d’Hondt ofrecían un giro aún más inesperado.

Triunfó el miedo. Triunfó en las urnas, y también lo hizo fuera: donde 23 de cada 100 personas no votaron. También hubo quien votó con el corazón más que con la cabeza; no faltaron aquellos que vieron claro el camino que se abría entre ideología, compromiso y futuro; y quienes mantuvieron el mismo patrón que en las once ediciones anteriores: polaridad, tradición, derecha, izquierda y falta de memoria; todo ello, dentro de un sistema que ve caducos esos mismos conceptos que le definen.

Última estimación de intención de voto preelectoral.
Última estimación de intención de voto preelectoral.

Yo voté. Voté con cabeza y con corazón, creo; igual que muchos otros. No importa si a rojos, azules, lilas, naranjas o a otros. Advertí que ni uno de ellos se libraba de caer bajo el yugo de los grandes partidos (ni ellos mismos) ni de la ley electoral española, probablemente tan macabra y socarrona como la alemana o la francesa, que no han tardado en empujar sus opiniones hacia este punto del Mediterráneo convirtiéndolas, a golpe de talonario, en verdades irrenunciables.

Yo creí. Creí que podríamos; que podríamos hacer caer al Partido Popular (aunque olvidé la fuerza de los hilos que sostienen sobres, del miedo a luchar por un futuro distinto —ya casposo, a estos alturas—, de las campañas políticas multimillonarias que esconden sus costes: olvidé su corrupción); creí que podríamos hacer caer al Partido Socialista (con sus ERE en Andalucía, sus casos de corruptelas que rivalizan y, a menudo, superan, y su vieja política siempre a la antesala del gobierno o de la oposición irresponsable); que surgirían nuevas voces, nuevos partidos y nuevos retos entre actores que quieren formar parte del cambio necesario.

Principales candidatos de las Elecciones Generales 2015 (España)

Hoy, lunes 21 de diciembre, me alegra haber cogido vacaciones de Navidad en este panorama incierto, donde las coaliciones y las promesas electorales amenazan con una segunda jornada de votaciones llegado el caso. Hoy, es día de pactos, de segundas reflexiones (ya maceradas), y de imposibles. De abstenciones, como la del líder de Ciudadanos, que también se leen como apoyos en la trastienda; de (im)posibles coaliciones que me recuerdan, en la distancia, más a un idílico Uruguay que a Venezuela, y de ser consecuentes con nuestros rostros y nuestras máscaras.

De demostrar si queda algo de aquel Partido Socialista Obrero Español; de si el Partido Popular puede plantear lo implanteable, de si, por una vez, puede existir una España plural que luche por hacerse entender, o de si todavía faltan años entre los que decidir emigrar de este circo esperpéntico de lo mediático y lo político o seguir protegiendo con recelo esa imagen de cartón piedra que se resquebraja desde el centro hacia los extremos y amenaza con aplastarnos a todos.

La entrada debió publicarse el lunes 21 de diciembre. Sin embargo, para bien o para mal, poco ha cambiado en el panorama político desde principios de esta misma semana a hoy, jueves 24 de diciembre.


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