Cuate, aquí hay tomate

El otro día me encontré una noticia en la que el titular decía: Cómo reconocer la salsa de tomate de calidad. Pensaba que daría pautas o que habían hecho un estudio de salsas de tomates de diferentes marcas para concluir lo que una buena salsa llevaría. Cuán equivocada estaba, era una noticia falsa. Es decir, publicidad encubierta.
El artículo se centraba en lo que un señor, dueño de una marca de tomate, decía que tenía que ser una buena salsa. Vamos, su salsa concretamente. Por eso, explicaban paso a paso cómo elegían y cultivaban los tomates, la selección y todo el proceso que realizaban hasta transformar el tomatito en la salsa para los macarrones.
Y digo yo, ¿en qué momento se ha pasado de publicar noticias interesantes o absurdas a hacer publicidad descaradamente bajo la excusa de un artículo en un portal dedicado a ello? Puedo entenderlo si tienes un blog de cocina o de salsas de tomate o comida en general, que hagas una entrevista a un señor que no conoce nadie, de una marca, en este caso, que ni yo sabía que existía. Pero venderme un titular para que pique y me lea algo pensando que descubriré trucos para saber si estoy comiendo sano o algo rojo con conservantes, mi inteligencia, aunque poca, se siente insultada.
Yo, que me mato a buscar cosas curiosas para traéroslas, reirnos juntos, o yo sola, depende de lo bien que me salga la entrada del blog, voy y me encuentro con artículos que me engañan y me dejan sin nada de que hablar. Para que luego digáis que no me documento, busco y rebusco, pero ellos no me dejan encontrar tonterías ni estudios sobre los que reírme.
En fin, mi conclusión es: si queréis una salsa de tomate de calidad, leeros los ingredientes.Si queréis reiros en el futuro: seguid leyéndome, nunca se sabe cuándo seré graciosa. Los caminos de este blog son... misteriosos, como la salsa de tomate.