Revista Cuba

Cuba: Capitalismo, Riqueza y Privatización.

Publicado el 28 abril 2016 por Yusnaby Pérez @yusnaby
SISTEMA DE LIBRE MERCADO

A veces parece que no hablamos el mismo idioma, porque decimos una cosa y cada quien la entiende como le conviene, como lo cree o como le han enseñado. Voy a dedicar esta columna a aclarar algunas.

La primera es el término capitalismo. Un término que aunque se sigue utilizando, lleva a confusiones. Es más conveniente utilizar el término  economía de libre mercado y libre competencia para definir el sistema en el que las personas y empresas  pueden producir y ofrecer libremente sus productos en el mercado y cualquiera puede producir productos similares o sucedáneos. El precio lo fija la Ley de la Oferta y la Demanda, y se controla la existencia de monopolios y oligopolios que busquen controlar el mercado y el precio. A esto es a lo que en esencia nos referimos cuando hablamos del sistema capitalista, pero es mucho más conveniente usar el otro término.

Los castristas dicen que no se permitirá al capitalismo regresar a Cuba, pero el  término capitalismo se refiere a que para poner una fábrica hay que invertir cierta suma de dinero que incluye las cantidades necesarias para comprar terrenos, construir los edificios, comprar la maquinaria, adquirir materias primas y tener una suma extra de dinero que permita al negocio subsistir hasta que comience a generar ingresos y se vuelva autosustentable. Ese es el capital que hay que invertir.

Si los inversionistas son privados, el capital será privado, si los inversionistas son extranjeros, el capital será extranjero y si el inversionista es el propio estado, el capital será estatal en cuyo caso el estado casi seguro tendrá un monopolio. Pero en todos los casos existe capital por lo que asociar el término únicamente al capital que proviene de inversionistas privados es un craso error. En la Cuba de hoy, el principal y casi único capitalista es el gobierno cubano salvo en los pequeños negocios que le son permitidos a los llamados cuentapropistas.

El incentivo para invertir lo genera la posibilidad de obtener una ganancia o utilidad. Esa ganancia o utilidad compensa el riesgo de hacer una inversión que si fracasa, puede llevar a que se pierda el capital invertido. Por eso los inversionistas privados, tanto nacionales como extranjeros invierten. La obtención de las ganancias  generadas por todas las empresas, aparte de ser justa y legal, genera lo que llamamos riqueza nacional.

Generar riqueza no es malo como algunos marxistas dicen, sino todo lo contrario. Mientras más riqueza se genera en un país, más rico es el país. Al generar mucha riqueza, las empresas pagan más impuestos, y es por esta vía, la fiscal, la forma en que la riqueza generada se distribuye para que llegue a todos los ciudadanos.

El gobierno no posee dinero propio y ese es un mito que se debe aclarar de una vez. El gobierno obtiene sus recursos mediante la ya mencionada vía fiscal, o sea, a través de los impuestos que se aplican a muchos conceptos: A las ganancias de las empresas, al ingreso personal, a las ventas (o compras), a las propiedades, a las importaciones  y a todo lo que se les ocurra. También cobra derechos o tarifas por servicios que presta. Como peajes por autopistas, uso de aeropuertos, emisión de documentos como actas de nacimiento y defunción, actas de matrimonio, divorcios, emisión de pasaportes, licencias para conducir autos, etc.

Pero ese dinero que recibe el estado mediante impuestos, derechos o tarifas no es propiedad del estado y esto debe quedar muy claro. Son aportaciones que hacen las personas para que el estado las administre. O sea, el dinero no es del estado, sino del pueblo y es ese grupo de personas que son electos en elecciones libres o designados por aquellos que resultaron electos, los encargados de administrar ese dinero y utilizarlo en objetivos comunes. Quizá lo entendamos mejor con este ejemplo:

Supongamos que la nación es un condominio en el cual todos tenemos nuestro espacio, nuestro lugar. En el condominio, cada quien se encarga de administrar su espacio, o sea, lo pinta, lo amuebla, le pone o no aire acondicionado, etc. O sea, cuida su propiedad. Pero aparte de los espacios de cada quien, existen las áreas comunes como pasillos, elevadores, accesos, vigilancia, jardines, etc. Esas son las áreas comunes, y para administrarlas, elegimos a los administradores del condominio, se hace un presupuesto y se acuerda una cuota de mantenimiento que cada quien tiene que pagar.

En nuestra analogía, el estado sería equivalente a los administradores del condominio y  los impuestos y derechos serían equivalentes a la cuota de mantenimiento. Lo importante que hay que entender aquí, es que el estado no posee dinero propio, sino que recibe dinero de nosotros por la vía fiscal para administrarlo, pero aunque lo administre el estado, el dinero es nuestro. Entonces cuando el estado usa nuestro dinero y lo invierte en una empresa, tiene que cuidarlo y hacer que genere una ganancia, pero, ¿Es esta la función del estado?  O ¿tiene otras cosas más importantes que hacer?

La respuesta es obvia. Hay otras funciones mucho más importantes que tiene que hacer el estado y no convertirse en un inversionista. Para eso existen los inversionistas privados.

Y cuando el estado dice que otorga algún servicio gratis como puede ser la educación o la salud, que quede claro que no es gratis, porque lo está pagando con nuestro dinero ya que invertir y equipar escuelas y hospitales y pagar sueldos de profesores, enfermeras, y médicos no es gratis. Cuesta y cuesta mucho.

Se dice que en Cuba no se pagan impuestos, pero la realidad es que el gobierno paga uno de los salarios más bajos del mundo. Paga poco cuando debiera pagar mucho más, y esa diferencia es un impuesto descomunal que tienen disfrazado para no llamarle impuesto.

Finalmente se habla de no permitir la privatización, pero la realidad es que el dinero no alcanza para hacer lo que se tiene que hacer porque el estado se ha metido a hacer cosas que no le competen.  Privatizar, no es otra cosa que quitar al estado de todas esas cosas en que se metió sin ser necesario y dejar que sean las personas, el sector privado,  las que se encarguen de ellas.

Espero que esto haya servido para aclarar algunos conceptos que son fundamentales dentro de los cambios que tienen que hacerse en Cuba.


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