Revista América Latina

#Cuba Los cubanos festejan el 17 de diciembre. ¿O lo lloran?

Publicado el 18 diciembre 2015 por Ángel Santiesteban Prats @AngelSantiesteb

devoto de san Lazaro

Para los cubanos –hasta donde nos alcanza la memoria y la historia aprendida– el 17 de diciembre es un día sagrado en el que san Lázaro convoca a sus devotos al santuario de El Rincón, en las afueras de La Habana, para hacer promesas, agradecer favores recibidos o pedir salud para el próximo año.

El general sin batalla Raúl Castro y el presidente Barak Obama, decidieron hacer pública la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos de América –tras sellar el acuerdo con el intercambio de rehenes, tres espías del grupo de Los Cinco que quedaban en prisión, por un rehén norteamericano acusado de espiar para el país del norte, Alan Gross, y un agente de la inteligencia cubana acusado de traición– en fecha tan señalada para los cubanos, y de esa manera, empañar la tradición, porque hasta el más pagano o “comunista”, este día enciende una vela pidiendo salud y prosperidad para los suyos. A partir del año pasado, le sumaron la recordación del fatal acuerdo que no trajo ni prosperidad ni una apertura digna que evidencie alguna voluntad por parte de la dictadura de respetar los Derechos Humanos y encaminar al país hacia un futuro próspero y democrático. Solo se ha observado por parte del presidente norteamericano, docilidad y paciencia, como si de ese intercambio diplomático dependiera la estabilidad de su país.

Raúl Castro se dirige al país por acuerdo con Obama

Este año, cuando llegue el día del primer aniversario de esos acuerdos, los cubanos deberemos encender dos velas: una para nuestro san Lázaro y otra para el entierro de aquel pacto presidencial. Lo único que ha traído la apertura de las embajadas, es una nueva estampida de cubanos que huyen de su patria y supera con creces la de 1994 cuando la crisis de los balseros. Las conversaciones entre ambos gobiernos acabaron por convencer a la población de que lo único que se puede esperar es más inestabilidad y el fortalecimiento económico del régimen totalitario. El peregrinaje de los cubanos por toda Latinoamérica es sobrecogedor. El último escándalo de los isleños aún continúa sin resolución en Costa Rica; se produjo un cuello de botella con miles de personas varadas en campamentos de emergencia por la negativa de Nicaragua a dejarlos pasar impidiendo que lleguen a los Estados Unidos. No se podía esperar menos del Presidente Daniel Ortega, amanuense de la dictadura cubana.

Usurpar las fechas patrias

A los Castro les gusta robar las fechas importantes de las tradiciones nacionales. Como no les bastó usurparnos la Navidad, prohibirla, y señalar como “contrarrevolucionarios” a los que la celebraran, escogieron el 1° de enero como fecha de inicio de la mal llamada Revolución, es decir, de la dictadura que, disfrazada de populismo, nos hundió en la más extrema de las miserias y llevó a millones de cubanos a emigrar. Ahora, profanaron el 17 de diciembre, día sagrado de un santo que siempre les molestó por la cantidad de fieles que mueve.


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