Cubre y no preguntes

Hace tiempo que todos observamos una práctica indignante que ojalá no se generalice y que no debería producirse. Resulta que no son ni un político ni dos los que convocan a la prensa en una comparecencia para explicar lo que a ellos les apetece explicar (y que generalmente tiene que ver con cosas que interesan a los ciudadanos y con información que debería estar sobre la mesa, ante todos) y luego no dejan hacer preguntas a los periodistas que se acercan a cubrirla.
¿Se puede llamar "rueda de prensa" a una rueda de prensa sin preguntas? Por supuesto que no. ¿Tienen (tenemos) que formar parte los periodistas de este circo? Obviamente no. Porque esas ruedas de no-prensa son simples ruedas de autopromoción de algunos gobernantes que se limitan a leer una nota redactada a conciencia por gabinetes expertos con los puntos que quieren tratar. ¿Y son los periodistas los que deben (debemos) resignarse a no poder hacer preguntas? No debería ser así. Un gobernante se expone a la Opinión Pública y es función de los periodistas hacer que hablen de otros temas a parte que también interesan  e intentar esclarecer ciertos aspectos que no se aclaran porque, ya sabéis, los políticos hablan mucho y dicen poco.
Creo que en estos casos no deberían convocar a periodistas, porque una rueda de prensa sin preguntas es propaganda, porque hay quien se piensa que los medios de comunicación son su ventana al mundo exterior y no el lugar mediante el cual los ciudadanos les observan y les juzgan. La labor social de un periodista no es sentarse a escuchar a un gobernante, tomar notas e irse a su casa; la labor de un periodista es garantizar que la información veraz y no manipulada en origen llegue a los ciudadanos.
La APM, junto a otros organismos y medios ya ha denunciado esta situación, y lo que se debería conseguir con el apoyo de todos es hacer que la situación cambie, que si los políticos quieren decir algo pero no se atreven a que los periodistas pregunten, que redacten un comunicado o que pasen una nota de prensa, pero que no exijan una cobertura en la que se limita el trabajo de muchos profesionales. Porque evitar las preguntas, es evitar tener que responder. 
Y no responder, llamadme malpensada, es muchas veces signo de que algo se tiene que esconder.