Revista Cine

Cuéntamela otra vez/XXXVII

Publicado el 27 enero 2015 por Diezmartinez

Cuéntamela otra vez/XXXVII
Ante el estreno de Annie (Ídem, EU, 2014), la nueva versión del musical setentero basado en el célebre personaje de tira cómica creado en los años 20 –y que ya había merecido algunas adaptaciones fílmicas en los 30-, me di a la tarea de buscar y volver a ver Annie (Ídem, EU, 1982), la versión anterior dirigida, insólitamente, por John Huston.Recuerdo haber visto la cinta de Huston en el momento de su estreno y haber caído bajo el influjo de sus magníficos números musicales (“It’s a Hard-Knock Life”, por ejemplo), de la presencia cómica de Carol Burnett (en “Little Girls” y “Easy Street” especialmente) y del optimismo desbordante de la canción-emblema “Tomorrow”, entonada por Annie (Aileen Quinn, con presencia y voz suficientes) en la mismísima Casa Blanca, con todo y Franklin Delano Roosevelt (Edward Herrmann) y su mujer Eleanor (Lois de Banzie) como entusiastas comparsas políticas.El porqué Huston fue crucificado en su momento –la crítica, casi de forma unánime, se le fue a yugular por esta cinta- solo puede explicarse por los orígenes políticos del famoso personaje central –Annie fue un emblema conservador, republicano, incluso libertariano-, que el propio director no rehuyó en una escena clave en la que vemos a un ridículo “bolchevique” atacar infructuosamente al multimillonario Oliver Warbucks (Albert Finney, perfecto). La escena, juguetona, francamente auto-paródica, muestra el tono exultante, alegre, desbordado, que Huston impuso a toda la historia.El manejo del encuadre y el espacio de parte de Huston, el ritmo en el que edita los números musicales y la convicción de los cantantes/bailarines/actores al interpretar sus personajes –agregue a los mencionados a la magnífica bailarina Ann Reinking y a un jovencísimo Tim Curry- volvieron a conquistarme de nuevo, como hace más de 30 años, cuando la vi por vez primera.
Cuéntamela otra vez/XXXVII
Esta re-visión del filme de Huston hizo que la nueva versión me pareciera aún más insoportable. Ninguno de los cambios al musical de 1977 funciona: no las nuevas canciones (que no se quedan en la memoria), no los nuevos arreglos (que hacen irreconocibles las melodías originales) ni, mucho menos, las coreografías (no hay una sola que esté bien montada).En cuanto al reparto, Jamie Foxx, en el papel del millonario benefactor que ahora se apellida Stacks , demuestra que es un actor de recursos, pero no hay mucho que pueda hacer si no tiene gran voz ni sabe bailar. La nueva Annie, Quvenzhané Wallis, es simpática, pero tampoco tiene la voz necesaria para las exigencias del papel.Con todo, es Cameron Díaz quien lleva la peor parte: es imposible borrar de la memoria el trabajo que Carol Burnett realizara con ese mismo papel en el mencionado filme de 1982. Aquella mujer sabía cantar, bailar y hacer reír. Cameron logra, más bien, que sintamos pena ajena. Cuéntamela otra vez/XXXVII

Volver a la Portada de Logo Paperblog