Revista Cultura y Ocio

Cuentos de verano I - Escuela de verano para escritores (Julio)

Publicado el 27 julio 2016 por Alicia Cardete Vilaplana @read_infinity
escuela de verano para escritores noveles, verano 2016
Hace unas semanas os anuncié que iba a organizar una escuela de verano para escritores, pues bien, ¡os voy a enseñar los resultados :D! De hoy en adelante, los miércoles y los viernes hasta el día 17 de Agosto podréis leer los cuentos más chulos que mis alumnos han escrito durante las dos semanas del cursillo. En serio, estoy muy enamorada de ellos y muy feliz por haber podido organizar toda esta iniciativa. Tan feliz, que estoy pensando en hacer una segunda edición en Agosto. Si os gustaría participar, solo rellenad el siguiente formulario y así os aviso si relanzo el curso :D.
Bien, ¡pues vamos al tema! Hoy os presento a Ana, una de mis alumnas del curso. Ana fue la ganadora del primer reto, que consistía en escribir una pequeña historia que tuviese como protagonista al primer ser humano inmortal. Ana tiene muchísimo talento, así que tenéis que leer su cuento sí o sí ;D. ¡Os dejo en sus manos!
ana - ganadora del reto 1
Cuentos de verano I - Escuela de verano para escritores (Julio)¡Hola! Me llamo Ana, aunque mi nombre artístico es Utopía. En primer lugar, agradecer a Alicia esta oportunidad de darme a conocer y, cómo no, por su maravillosa iniciativa de la Escuela de verano para escritores, ya que ha sido toda una experiencia y me ha ayudado  a crear una rutina de escritura bastante original y efectiva. Gracias por ello, Alicia.
Sobre mí os puedo contar que comencé a escribir cuando estaba en el colegio como vía de escape del acoso escolar y después mi motivación por escribir ha ido variando bastante en el tiempo hasta llegar al día de hoy.
A mis 20 años todas las novelas que escribo, monólogos, guiones teatrales, etc., los creo con la esperanza de poder interpretarlos / dirigirlos sobre un escenario o delante de una cámara algún día, pues la interpretación es, junto con la escritura, mi oxígeno para sobrevivir.
Actualmente me encuentro en proceso de reescritura de mi novela Utopía, que estuvo disponible para descarga gratuita digital durante un par de años (y todavía hoy quien quiera adquirirla puede mandarme un correo a [email protected] y yo le mando el pdf encantada), con el fin de mejorarla y mandarla a editoriales a ver si hay suerte y la podemos ver algún día en librerías. Aparte, tengo cuatro o cinco novelas más en danza.
Hace unos meses escribí y recité en un local de mi ciudad mi primer monólogo dramático y aparte me gusta mucho escribir poemas de verso libre. Toda la información sobre mis proyectos y mis poemas, relatos, reseñas de libros y películas los podéis encontrar en mi blog Can't fight the moonlight, al cual estáis todos invitados. ¡Estaré encantada de devolver comentarios y visitas!
Podría contaros muchas cosas más, pero como creo que esto ya se ha alargado bastante, simplemente me queda reiterarme en darle las gracias a Alicia por su maravilloso blog y lo encantada que estoy de que haya encontrado un hueco en él para mí y por el curso de escritura que, por supuesto, recomiendo muchísimo a toda aquella persona a la que le guste escribir y quiera hacerlo de una manera más estructurada y creativa.
¡Un abrazo a tod@s y gracias por leerme! Espero que os guste el relato :)
CUENTO 1
Hola, me llamo Derek y tengo veintidós años, aunque este es un dato irrelevante, pues el paso del tiempo tiene poco poder sobre mí.

Cuando apenas tenía unos meses de vida, mis padres, en un desesperado intento por conseguir algo de dinero con el que sacarme adelante me ofrecieron como conejillo de indias para probar lo que los científicos llaman "pastilla de la inmortalidad".

Así de primeras puede parecer muy guay, pero no lo es en absoluto. Para mi desgracia, el experimento funcionó genial, y sí, es cierto, las células de mi cuerpo no envejecen, no enferman, por lo tanto, no pueden morir, ni yo tampoco. Tengo la piel tersa y uniforme, ni una mancha a causa del sol. Podría decirse que, técnica y físicamente hablando, soy perfecto -modestia aparte-.

Pero para que mis células estén tan bien nutridas necesitan de un alimento concreto. Algo energético, revitalizador y muy poderoso. Algo que me ha sido negado para poder proporcionárselo a ellas. De esta manera yo no puedo oír ni percibir ese elemento por medio de ningún sentido porque pasa directamente a mis células. Por eso llevo desde que era un bebé sin escuchar la música.

Ahora mismo estoy paseando por El Retiro, pero no oigo el sonido de los pájaros, ni el tono de llamada del teléfono móvil de ese señor, ni la pieza de Vivaldi que interpretan esos violinistas. Y vosotros os preguntaréis, ¿cómo sé que es una obra de Vivaldi? Porque lo pone en el flyer que me acaban de dar al pasar por su lado. Al parecer actúan esta noche en un local de la capital. ¡Tiene gracia! Por un nanosegundo he revisado mentalmente mi agenda para ver si tenía un hueco libre para ir a verles. Entonces me he acordado de quién soy y de lo poco fructífero que me resultaría ir a un concierto si no puedo escuchar la música, y que además he quedado esta tarde con Ramón para ver una peli. Naturalmente, él podrá disfrutar de su banda sonora -al parecer, muy premiada por la Academia de Cine-, y yo no.

Luego Ramón quiere que vayamos a alguna disco a ligar. De los dos yo soy bastante más atractivo y todas las chicas se me acercan a mí primero. Entonces descubren que bailo de pena -normal, no puedo seguir el ritmo de la música- y se van con Ramón, que no es tan guapo como yo, pero supongo que es mono y, lo más importante, no baila como un ganso borracho. Soy su mejor estrategia para ligar. Aunque a mí, sinceramente, me da igual que me use como cebo para atraer a las chicas. Ellas no me interesan. No, no soy homosexual, pero la única vez que me enamoré de una chica se dio la casualidad de que era música, piano y saxofón. Se pasaba horas tocando piezas de todos los estilos de Jazz y de todas las épocas: Nat 'King' Cole, Miles Davies, Frank Sinatra, Michael Bublé, Jamie Cullum, Kenny G... Al final la relación se me hizo insoportablemente frustrante. Todo acabó tras una canción de Louis Armstrong.

Como veis, todo en esta vida tiene banda sonora, hasta la ruptura con mi novia. Lo único que no tiene banda sonora en este planeta soy yo: el chico inmortal.


¡Esto ha sido todo por hoy! ¿Os ha gustado el relato de Ana? ¡Os invito a que os paséis por su blog y a que la descubráis más en profundidad! :D
Alicia

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