Revista Cultura y Ocio

Cuidado con lo que anhelas…

Publicado el 24 enero 2010 por Rocio

Estoy empezando a leer un libro al que le tenía ganas desde hace algún tiempo. Se titula Palabras para el Bienestar (un camino hacia la armonía interior y la plenitud vital) y su autora Concha Barbero, la cual tengo el placer de tenerla entre mis curiosill@s y cuyos comentarios son muy valiosos para mí.

Cuando termine con su lectura haré una entrada sobre el libro y mi opinión  sobre él y lo incluiré en la sección Lectura recomendada (bueno, lo incluyo desde ya!). Pero hoy os voy a adelantar un pequeño aperitivo para que penséis sobre ello, se trata de una antigua parábola india que nos muestra el poder de nuestra mente.

Cada uno de nosotros está tejiendo (muchas veces inconscientemente) su propio mundo, nuestra mente es nuestro árbol mágico de los deseos. Todos nuestros pensamientos crean nuestro propio mundo, y esos pensamientos pueden crear nuestro cielo o nuestro infierno. Pero una cosa tenemos que tener clara y es que no hay nadie que nos “torture” más que nosotros mismos. Si llegamos a ser conscientes de esto, las cosas comienzan a cambiar. Porque podemos modificarlo, transformar nuestro infierno en cielo… tan solo se trata de “pintarlo” con una visión diferente.

Os presento la parábola (KALTAPARUS: “El árbol de los deseos“) que Concha recoge en su libro:

Cuidado con lo que anhelas…

“Una vez un hombre estaba viajando y entró al paraíso por error. En el concepto indio del paraíso, hay árboles que conceden los deseos, se llaman KALTAPARUS. Simplemente te sientas bajo uno de estos árboles, deseas cualquier cosa e inmediatamente se cumple no hay espacio alguno entre el deseo y su cumplimiento.

El hombre estaba cansado, así que se durmió bajo un árbol dador de deseos. Cuando despertó, tenía hambre, entonces dijo: “¡Tengo tanta hambre! Ojalá pudiera tener algo de comida”. E inmediatamente apareció la comida de la nada simplemente flotando en el aire, una comida deliciosa. Tenía tanta hambre que no prestó atención de dónde había venido la comida. Cuando tienes hambre, no estás para filosofías.
Inmediatamente empezó a comer y la comida estaba tan deliciosa! Una vez que su hambre estuvo saciada, miró a su alrededor.Ahora se sentía satisfecho. Otro pensamiento surgió en él: “Si tan sólo pudiera tomar algo!” Y por ahora no hay ninguna prohibición en el paraíso, de modo que de inmediato apareció un vino estupendo.

Mientras bebía este vino tranquilamente y soplaba una suave y fresca brisa bajo la sombra del árbol, comenzó a preguntarse: “Qué está pasando? ¿Estoy soñando o hay fantasmas que están jugándome una broma?” Y aparecieron fantasmas feroces, horribles, nauseabundos. Comenzó a temblar y pensó: “Seguro que me matan!” Y lo mataron.”


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