Cuidando los DISCOS de VINILO

Se deben tomar ciertos recaudos para mantener los discos de vinilo en buen estado.  Quienes aún los usamos lo sabemos bien, pero en la época en que era el formato corriente esas costumbres se fueron aprendiendo a medida que mejoraban los reproductores, y los albumes se empezaban a considerar objetos 'coleccionables'...
Porque por ejemplo recuerdo que de chico en casa había un reproductor de simples -con radio AM- que parecía una lunchera, y donde había que meter los discos por una hendija como se hace ahora con una compactera de auto... ¡No parece una buena forma de cuidarlos!...  Calculá la antiguedad del aparato teniendo en cuenta que reproducía los simples de 33rpm y no los de 45.

Y la verdad es que nadie cuidaba demasiado los simples, pero los LP un poco más, porque no hay nada más feo que un rayón que interrumpe el viaje de un lado completo de un "Tales From Topographic Oceans", digamos...  Desde ya lo principal es guardarlos inmediatamente después de cada uso, sin dejarlos apoyados en lugares donde se puedan caer o rayar... ¡O sea en ningún lado!
La forma correcta de guardarlos es dentro del sobre interno primero y en la tapa de cartón después, de forma que las aberturas queden 'cruzadas', y que la placa no tenga contacto con el exterior...  Los sobres internos suelen ser de papel satinado, de celofán, o de polietileno, siendo éstos los peores porque producen estática y atraen pelusa.
Obviamente no se deben apoyar los dedos en el disco (ni hablar de las uñas), porque queda sustancia grasa en los surcos y perjudica la reproducción...  Hay que sacarlo del sobre metiendo la mano hasta apoyar uno o dos dedos en la etiqueta del medio y con el dedo gordo en el canto...  Una vez liberado ya se pueden usar las dos manos -siempre sosteniendo por el canto- para ponerlo en el tocadiscos...
Para limpiar los discos, en algunas disquerías te vendían algo parecido a un borrador de escuela (de los que borran el pizarrón) para pasárselo en la bandeja mientras gira, y así quitarle la suciedad.  Pero lo cierto que eso también puede producir estática, y si el disco está sucio lo ideal es pasarle un pañuelo de algodón -nunca una franela o trapo que deje pelusa- humedecido con una solución de mitad de alcohol y mitad de agua...  Lo mejor es una remera vieja apenas humedecida, que retira tanto la pelusa de la superficie como la basura o grasa de entre los surcos...
Se recomienda también guardarlos en forma horizontal o vertical (vertical mejor), y mantenerlos alejados de fuentes de calor, ya que el material es muy sensible y se dobla o deforma con relativa facilidad...  Controlar que la púa se encuentre en buen estado es fundamental -de acuerdo a la calidad y el uso duran entre 3 meses y algo más de un año...  ¡Pero no son eternas!...
Un último consejo sería no prestar jamás un disco, pero eso cualquiera lo sabe, ¡Y ya le dedicaré mas tiempo al tema!