Revista Arquitectura

Cultivando paisajes, sembrando economía social

Por Paisajetransversal @paistransversal

Cultivando paisajes, sembrando economía social

En la década de los noventa, el modelo de agricultura surgido en los años sesenta, con la Revolución Verde, empezó a recibir muchas críticas, debido a la creciente evidencia de los riesgos para el organismo humano aportados por los fertilizantes, herbicidas y pesticidas.

Pandemias y enfermedades como la encefalopatía espongiforme bovina o la gripe aviaria, contribuyeron a empujar un cambio de los hábitos alimenticios hacia una agricultura más respetuosa con el medio ambiente y sin el uso de sustancias peligrosas.

En Estados Unidos y Europa, desde hace veinticinco años se han desarrollado redes especiales de productores, consumidores y otros actores de las cadenas alimentarias llamadas Redes Alimentarias Alternativas ( Alternative Food Networks, o AFNs, en inglés). Estas apuestan por una producción sostenible, respetuosa con el entorno natural, un consumo consciente y responsable de comida, y también una relación productor/consumidor más cercana y de confianza. Todas estas características contribuyen a re-conectar la comida con su lugar de origen, en oposición a lo que ocurre en la agricultura industrial. Sobre las AFNs existe una gran literatura científica, que las investiga desde diversos puntos de vista, ya que recogen un gran abanico de iniciativas y sistemas de producción, distribución y consumo: desde los mercados campesinos y las huertas comunitarias hasta las tiendas ecológicas y los grupos de consumo [1].

Sin embargo, poco se ha investigado del papel que estas redes pueden tener en la conservación del paisaje agrario tradicional y en la biodiversidad agrícola.

Cerca de la capital española, la Concejalía de Medio Ambiente y Movilidad del municipio de Rivas-Vaciamadrid, en 2013 puso en marcha un interesante proyecto enfocado en la producción y el consumo sostenible de cercanía, para impulsar el desarrollo de empleo verde, en un terreno municipal abandonado, enmarcado en el espacio protegido del Parque Regional del Sureste [2], cerca del río Jarama.

Cultivando paisajes, sembrando economía social

El Plan del Parque Regional regula el territorio de Soto del Grillo como zona D2: "formada por terrenos cuyos suelos presentan mayor capacidad para usos agrícolas. Se ubican en proximidad a los ríos principales y en los páramos. Incluye también algunas superficies de olivar, así como enclaves de uso ganadero y forestal". Las normas relativas a esta zonificación van incluidas en el Plan General de Ordenación Municipal (PGOM) del Ayuntamiento de Rivas, mientras que para el parque agroecológico se han diseñado unas normas de uso del territorio enmarcadas en los siguientes temas:

  1. Protección del suelo, del agua, de la vegetación y de la fauna
  2. Protección del patrimonio agrario, incluyendo las buenas prácticas agrícolas
  3. Reglamentación de la circulación con vehículos (motorizados o no) y a pie en el territorio del parque
  4. Prevención de incendios
  5. Otros usos y actividades (acampada, ruidos, etc.)

Las finalidades principales del Parque están enfocadas en las siguientes perspectivas:

  • Económica, para fomentar la creación de empleo y valorizar la vocación agraria del territorio
  • Ecológica, para el mantenimiento de las condiciones naturales y la protección e incremento de la biodiversidad
  • Social, que incluye actividades de tipo educativo y científico, así como el favorecimiento y la regulación de actividades de ocio

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La zonificación del territorio refleja la multifuncionalidad de los objetivos del proyecto: de las 85 hectáreas total, 68 están dedicadas a la producción agrícola; 2,6 a la formación a través de huertas comunitarias; 13,4 a la protección ambiental (cerca de las riberas del río Jarama) y una pequeña parte (0.5 ha) a servicios y equipamiento [3].

El área destinada a la producción agrícola ha sido repartida en 17 parcelas, que han sido asignadas a otros tantos proyectos de explotación agraria, valorando diferentes aspectos:

  1. Experiencia, formación y capacidad empresarial del promotor
  2. Propiedades innovadoras y ecológicas
  3. Marketing (estrategias, canales de distribución, publicidad)
  4. Viabilidad económica

Muchos de los proyectos representan buenos ejemplos de redes Alimentarias Alternativas, ya que no sólo practican producción agrícola a pequeña escala y -por obligación del reglamento del Parque- según criterios ecológicos, sino que la estructura empresarial y los medios de distribución y venta están basados en relaciones de confianza entre productores y consumidores.

De la gestión del Soto del Grillo se encarga un órgano formado por la Concejalía de Medio Ambiente y Movilidad del ayuntamiento, propietarios privados, agricultores y asociaciones locales. El parque está conectado con el mercado ecológico de Rivas, que tiene lugar dos veces al mes en la ciudad, y acoge productores locales y no locales, con sello oficial del Comité de Agricultura Ecológica de la Comunidad de Madrid (CAEM), y tiendas sostenibles [4]. Además, desde 2015 el Parque cuenta con una propia marca de calidad, llamada "producto fresco del parque agroecológico Soto del Grillo". Para una investigación científica de la UPM, se entrevistaron los promotores de seis proyectos pertenecientes al Parque, intentando enfocar los discursos sobre el tema de la ecología. Con la misma finalidad se analizaron las webs de las fincas, para descubrir cuáles son los aspectos más destacados en la promoción de su actividad. En ambos análisis, salieron interesantes consideraciones sobre la conservación del espacio natural y su paisaje, así como la restauración de variedades poco conocidas o en riesgo de extinción y también sobre las ventajas sociales de los proyectos.

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Sobre la diversidad y su importancia para el paisaje rural, se afirmó que "cómo estamos dentro del parque regional, la diversidad de la huerta también puede formar parte de la diversidad de un paisaje; [...] o sea, tener una huerta diversa permite la protección del paisaje" (Diego de Tresbolillo Huertas Ecológicas). Además, la diversidad favorece la protección del medio ambiente, porque las semillas de " variedades locales están adaptadas al clima en el cual cultivamos, con lo cual también se consigue un menor consumo de agua" (María de Cooperativa Ecosecha). Pero la diversificación tiene incluso un matiz cultural, reintroduce en las cocinas "sabores que se han perdido de alguna manera, variedades que ya no se cultivaban, [...] entonces mucha gente viene buscando algo que se han perdido" (Úrsula de Cooperativa Besana).

Para la agricultura ecológica, es importante preservar el medio ambiente ya que es la fuente del sustentamiento de los seres humanos: "yo entiendo que nosotros no tenemos sólo la responsabilidad de darnos de comer, sino de cuidar lo que da de comer a nosotros" (Pedro, de Kiva, empresa justa y sana), y por eso un agricultor ecológico tiene que realizar también tareas que no estén directamente relacionadas con la producción de comida, como por ejemplo "poner setos vivos, porque [...] yo creo que un terreno de cultivo con un seto vivo alrededor tiene un nivel de biodiversidad muchísimo mayor que uno sin ello" (ídem). Cuidar del medio ambiente es también mantener una actitud de atención hacia las personas, así que "si yo considero que unas acelgas están fuera de fecha, y no están para consumo, para mi consumo, tampoco lo están ni siquiera para regalar" (Celso, de Eco Delicatessen Bio).

Las empresas del Soto del Grillo realizan actividades culturales y turísticas, promovidas en las webs: En Tresbolillos Huertos Ecológicos ponen mucha atención hacia los colegios, para que "los niños y niñas tomen contacto con la tierra", y se organizan actividades de ocio y cursos sobre agricultura con las familias y las empresas, con el doble objetivo de "alejarse por unas horas de los ordenadores y oficinas para conocer los secretos de la agricultura" o "dar un paseo en bici por el Parque Regional del Sureste, a orillas del río Jarama". El ecoturismo, según Mónica e Ignacio de Vega Fértil, es una manera alternativa de "acercamiento y mayor confianza entre productores y consumidores". En las dos cooperativas (Besana y Ecosecha), la especial estructura empresarial realiza el compromiso de los consumidores con la finalidad de ponerlos "consciente[s] de que [...] lo que ofrecemos no es una tarjeta de descuento como un supermercado al uso, si no que apostamos por un modelo de economía y trabajo completamente diferente, arraigado en lo local y en el respeto al medio ambiente, los animales y las personas, o lo que es lo mismo: de Economía Social ".

Al fin y al cabo, en el entorno madrileño, se están planteando las "semillas" para un modelo de consumo alternativo, que apuesta no sólo a una alimentación más sana y equilibrada, sino que mira a un futuro donde se realice un equilibrio entre espacios urbanos y rurales, con una nueva forma de protección del paisaje es sus componentes naturales y culturales.

[1] Sanchéz Hernandez, J. L. (2009). "Redes alimentarias alternativas: concepto, tipología y adecuación a la realidad española". Boletín de la A.G.E. nº 49, p. 185-207.

Salvatore Pinna Soru es estudiante de doctorado en el curso internacional en Ingeniería y Ciencias Ambientales de la Universidad de Cagliari, Italia. Su trabajo de investigación se enfoca en la protección del paisaje y de la biodiversidad por la agricultura multifuncional y las redes alimentarias alternativas. Estudió en el Máster en Planificación de Proyectos de Desarrollo Rural y Gestión Sostenible de la Universidad Politécnica de Madrid.


Créditos de las imágenes:
Imagen 01: Productos hortelanos del Soto del Grillo de Rivas (fuente: Ayuntamiento de Rivas)
Imagen 02: Localización del Parque agroecológico Soto del Grillo (fuente: Salvatore Pinna Soru)
Imagen 03: Zonificación del Parque Soto del Grillo (fuente: Salvatore Pinna Soru)
Imagen 04: Marca local del Parque (fuente: Parque agroecológico Soto del Grillo)


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