Revista Viajes

Cusco.

Por Orlando Tunnermann

CUZCO (CUSCO).
DATOS DE INTERÉS
FUE DECLARADA LA CIUDAD PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD EN 1983. ESTÁ UBICADA CUSCO EN EL VALLE DEL RÍO HUATAYANAY. ES MAGNÍFICA SU PLAZA DE ARMAS O “HAUKAYPATA”, DEL QUECHUA: “LUGAR DE LLANTO”.CUSCO.
CUSCO.
CUSCO.
Una ciudad realmente interesante, bonita, plagada de acicates, donde puedo derrochar sin temor epítetos encomiásticos (elogiosos). Cusco merece una amplia visita. A través de estas líneas trataré de prestigiar lo más prominente (destacable). He venido distraído por el camino reparando en unas formaciones líticas, o sea, de piedra, que surgen colocadas sobre algunas cimas de colinas, oteros, montes bajos. Son las llamadas “Apachetas”, y si están ahí es porque la elevación en cuestión, esa montaña, es sagrada. Al igual que en Lima vuelvo a sumergirme en una jungla metálica de cláxones furibundos y tráfico denso, como un océano de “carros”, como ellos dicen, vehículos, coches. Mis primeros pasos se dirigen a la Avenida del Sol. 
CUSCO.
 Es una delicia callejear por aquí, explorar la Plazoleta del Espinar, la Calle Marqués o la Plaza de San Francisco. Esta última en cuestión formó parte de la explanada de Cusipata. En los años 70 se consolidaría como verdadero eje de unión entre el casco histórico y el mercado de San Pedro. Ahí mismo está el añoso pero interesante convento de Santa Clara, pero yo, movido por aspiraciones más mundanas que espirituales en esta ocasión, paso de largo para acercarme hasta el mercado antes mencionado. Autóctono y laberíntico, es un placer moverse por este entorno comercial y observar un día como otro cualquiera en la vida de los cusqueños. Como está cubierto, los rigores del verano no afectan al visitante con calores de desierto asiático. Hay toda suerte de género a la venta: textiles, comida, cientos de puestos que venden de todo. La cosa prosigue por esta senda consumista en las calles Nueva y Trinitarias. Caminando por esas calles cusqueñas contemplo en la acera de enfrente un maravilloso mural de pura temática inca con predominio de dibujos e imágenes que hablan de batallas campales. Si el visitante aún no ha llegado a la frontera conocida del hartazgo comercial, puede prolongar tal actividad en el Centro Artesanal de Qoricancha (“Recinto de oro”), un macro-mercado de artesanía de productos locales. 
CUSCO.
CUSCO.
 Cerca de mi hotel me llama la atención un precioso edificio blanco que no alcanzo a colegir qué diantres pueda ser. Una persona sentada en una escalinata frente al edificio me dice que se trata del Palacio de Justicia.
Ahí mismo reparo después en un precioso mural mosaico con el plano de la ciudad. 
CUSCO.
Ahora sí es tiempo ya de ponernos espirituales. Por ello me acerco hasta la iglesia de Santo Domingo, construida en estilo inca imperial. La entrada vale 15 soles, pero merece la pena. La oscura muralla que sustenta el convento es una maravilla como construcción o concepción en sí misma. Exuda por cada poro sus orígenes incas. CUSCO.
CUSCO.
CUSCO.CUSCO.
Queda espacialmente manifiesto en ese claustro fantástico que me recibe, con esos muros eternos de piedras perfectamente encajadas sin apoyo de argamasa. Tres estilos conviven en feliz armonía: colonial, moderno e inca. Por los resquicios de esas moles no entra ni una aguja. Los incas los construían para honrar y venerar a sus deidades: el Sol, la Luna, el rayo y el arco iris. Para finalizar la visita, sube al alucinante mirador. Desde allí disfrutarás de unas vistas panorámicas excelentes.CUSCO.
Mi siguiente parada me llevará hasta el parque arqueológico de Saqsaywaman. Más de 30 puntos calientes de temática arqueológica, centros que respiran por cada poro un pedacito de historia vetusta. Espacioso y hermoso, interesante y mágico como un “cocedero” telúrico. La explanada donde me hallo está dispuesta en terrazas sobre someras colinas. En este espacio tan generoso en amplitud se celebra anualmente la fiesta del Sol, que convoca a unos 20000 visitantes. La ceremonia dura unas dos horas y se representan bailes, pases, desfiles, etc, todo enmarcado bajo el prisma de la tradición, trajes tradicionales y respeto al acervo cultural.
CUSCO.
CUSCO.
Las piedras que conforman los muros de estas ruinas son titánicas; me cuesta deglutir sin queja alguna la épica teoría de los forzudos hombres que tiraban de ellas, cada una pesa unas 50 toneladas, y que las encajaban unas sobre otras con precisión milimétrica. CUSCO.
CUSCO.  CUSCO.
CUSCO.

A día de hoy harían falta las mejores grúas de marchamo alemán para semejante proeza. Están colocadas en zigzag y a tres niveles: el superior o mundo de lo espiritual, los cielos del cóndor, el nivel medio, donde se mueve el puma, y por último el inferior, el reino de la serpiente. En la misma línea dos centros arqueológicos de análogas características. 

DATOS DE INTERÉS 

TAMBOMACHAY, DEL QUECHUA, TAMPU (ALOJAMIENTO COLECTIVO) Y MA´CHAI (LUGAR DE DESCANSO). OTRAS REFERENCIAS APUNTAN QUE LA PALABRA MACHAY HACE ALUSIÓN A LAS "CAVERNAS", TÉRMINO QUE PARECE CIRCUNSCRIBIRSE CON MAYOR FIDELIDAD A ESTE ENTORNO ROCOSO DONDE SEGÚN LAS TRADICIONES INDÍGENAS SE PRACTICABAN RITUALES RELIGIOSOS O MÁGICOS Y QUE ADEMÁS ERAN LUGAR DE CULTO, REUNIÓN Y VENERACIÓN. TAMBOMACHAY FUE EL BALNEARIO DEL INCA YUPANQUI Y EN AQUELLA ÉPOCA SUPUSO UNO DE LOS PRINCIPALES BALUARTES DEFENSIVOS DEL VALLE DEL CUSCO.

El templo de Tambomachay, un recinto concebido para el descanso de quienes emprendían el camino del inca hacia el Machu Picchu. El agua que mana de este lugar jamás merma en caudal ni volumen. Unas puertas gemelas representan la dualidad y en el nivel superior están impresos los cuatro elementos esenciales: tierra, aire, agua y fuego.
CUSCO.

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 Concluyo con mi visita al Quenqo o “túnel, laberinto en zigzag”. Magnífico mirador el que me sale al paso de esta cámara subterránea, concebida para sacrificios rituales de niños para la Pachamama o “Madre Tierra”. Niños, pues estos simbolizan la pureza. Se accede al altar, después de esperar durante muchos minutos a que lo haga la marabunta turística, a través de una grieta u oquedad en la roca y un pasadizo. La oscuridad me circuye y es difícil vislumbrar el ara o altar de sacrificios.
CUSCO.

CUSCO.



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